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14 de Noviembre del 2021
Historias
Lectura: 20 minutos
14 de Noviembre del 2021
Rodolfo Asar

Periodista, ha colaborado en televisión y prensa. 

La batalla de Galápagos
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Tiburones en las bodegas del barco Fu Yuan Yu Leng 999 mientras era inspeccionado luego de su captura. Foto: Parque Nacional Galápagos

 

El caso del carguero chino Fu Yuan Yu Leng 999, capturado en Galápagos con 527 toneladas de tiburones mutilados muestra que hay grandes empresas pesqueras que actúan al margen de las leyes internacionales y se dedican a depredar los mares, sin importarles si se trata o no de especies en peligro de desaparecer. Pero la sentencia emitida por la justicia ecuatoriana, contra todas las presiones, generó un precedente fundamental.


Aquella mañana John Ronquillo casi derrama su taza de café. El responsable del control de barcos no podía creer lo que veía en la pantalla de la sala de monitoreo del Parque Nacional Galápagos. Una embarcación de bandera china, que el sistema de detección identificaba como Fu Yuan Yu Leng 999, navegaba por la reserva marina como quien pasea por el jardín de su casa. "Era muy extraño, recuerda, porque normalmente cuando entran de manera ilegal van bordeando los límites de la Reserva. Pero este barco no sólo que siguió adentrándose, sino que después navegó muy cerca de las propias islas. Tal vez su capitán pensó que no iban a ser capturados".


John Ronquillo en la sala de monitoreo del Parque Nacional Galápagos. Foto: Parque Nacional Galápagos

Después de verificar que el barco de 3.200 toneladas no tenía permiso para atravesar las aguas soberanas ecuatorianas —que, al igual que las islas, son un santuario natural— la dirección del Parque pidió a la Armada que lo intercepte. Esa misma tarde y tras una persecución de 40 minutos, un guardacostas y un helicóptero lograron capturarlo apenas a unas doce millas de la costa de la isla San Cristóbal.


Un barco y un helicóptero de la Armada mientras intiman a los tripulantes del barco a detener su marcha. Foto: Armada del Ecuador

Ya se sabía que era un barco carguero, no un pesquero. Pero el intento de huida generó sospechas de que no habían cometido un error inocente, como luego alegarían sus tripulantes. Cuando marinos y biólogos abordaron la nave quedaron atónitos: en las cámaras de frío había millares de cuerpos tiburones congelados y mutilados, desde martillos gigantes y un joven tiburón ballena, hasta fetos. Ninguno tenía sus aletas: ya habían sido cercenadas y almacenadas en más de medio millar de sacos.


Tiburones en las bodegas del barco Fu Yuan Yu Leng 999 mientras era inspeccionado luego de su captura. Foto: Parque Nacional Galápagos

En los días que siguieron los biólogos del Parque Nacional Galápagos contaron 7.639 tiburones. Y un posterior estudio genético de la Universidad San Francisco constató que pertenecían a doce especies, nueve de ellas consideradas vulnerables o directamente en peligro de extinción.

El barco fue llevado al puerto de la capital de las islas y sus 20 tripulantes encarcelados. Era el 13 de agosto del 2017, y en los meses que siguieron se entabló una batalla judicial que no estuvo exenta de presiones diplomáticas. Porque en los últimos años, y como muchos otros países de la región, Ecuador ha pasado a depender excesivamente del comercio y las inversiones de la República Popular China. Y enfrentarse a una potencia mundial podía ser considerado un desafío insultante que acarrearía consecuencias, pero el delito cometido era demasiado grave y evidente.

Cuando marinos y biólogos abordaron la nave quedaron atónitos: en las cámaras de frío había millares de cuerpos tiburones congelados y mutilados, desde martillos gigantes y un joven tiburón ballena, hasta fetos. Ninguno tenía sus aletas: ya habían sido cercenadas y almacenadas en más de medio millar de sacos.

"Al inicio hubo presiones para liberar el barco, revela Tarsicio Granizo, quien por entonces era el ministro de Ambiente. Alegaban que era la primera vez que sucedía, y querían que se los enjuicie en libertad. Se habló también de que hubo presiones comerciales,  pero que no duraron mucho porque hubo una gran presión social y el Estado ecuatoriano se presentó como demandante por la violación a los derechos de la Naturaleza establecidos en la Constitución"

Era la captura más grande de tiburones pescados ilegalmente en la historia del país y, cuando el Parque Galápagos hizo públicas fotos del cargamento del barco, la sociedad ecuatoriana reaccionó indignada. El caso ocupó los titulares de los medios de comunicación y fue tema de duros debates en las redes sociales. Y la presión por un castigo rápido y riguroso se trasladó a la Justicia.


Luego de la detención del barco hubo manifestaciones en Puerto Ayora, Santa Cruz, para exigir a la Justicia un castigo ejemplarizador. Foto: Parque Nacional Galápagos

Pero, ¿qué delito cometieron?

El llamado "juicio del barco chino" se centró en dos delitos, y ninguno de ellos fue por pescar en Galápagos, como erróneamente se cree. El primero y más contundente, por haber ingresado ilegalmente a la reserva marina de Galápagos. Porque ningún barco, salvo en caso de extrema urgencia y previo aviso, puede pasar a menos de 20 millas náuticas de las islas sin autorización. Y más grave por tratarse de una embarcación grande que en caso de accidente podría causar daños irreparables si contaminara las aguas. El capitán del carguero tenía claramente señalado en su carta de navegación que no podía pasar por allí. ¿Por qué lo hizo? Hasta hoy nadie lo sabe, pero es evidente que pensó que quedaría impune.

El barco frigorífico Fu Yuan Yu Leng 999 iba a toda marcha a encontrarse con la gigantesca flota que capturaba calamares en aguas internacionales a la altura del norte de Perú. No tenía el equipamiento necesario para pescar, y la trayectoria de su paso de casi un día entero por las aguas de Galápagos mostraba que no se había detenido a pescar. Ese no era el delito que habían cometido y en ningún momento del juicio fueron acusados de haberlo cometido.

Entonces, ¿de dónde procedían los tiburones que transportaba? A lo largo del juicio, los tripulantes insistieron en que las 527 toneladas que llevaban en sus bodegas las habían comprado una semana antes de entrar al mar de Galápagos, a "dos barcos taiwaneses" a los cuales incluso pusieron nombres: "Hai Feng 301" y "302". 

Pero no hay ningún registro de que esos barcos existan. Y otra vez la tecnología los delató. La organización Sky Truth, que usa la detección satelital para vigilar la pesca ilegal en mares de todo el mundo, determinó que ese día y en las mismas coordenadas que dieron los marineros el barco carguero se encontró con cuatro pesqueros de su misma empresa, la Pingtan Marine, con sede en Fuzhou, China.

El llamado "juicio del barco chino" se centró en dos delitos, y ninguno de ellos fue por pescar en Galápagos, como erróneamente se cree. El primero y más contundente, por haber ingresado ilegalmente a la reserva marina de Galápagos.


Buena parte de la población de Galápagos ha abandonado sus antiguas labores de pesca para vivir del turismo. Foto: Rodolfo Asar

Nefastos antecedentes

Los ambientalistas de la organización, Sea Shepherd, aseguran que el Fu Yuan Yu Leng 999 suele recoger la pesca ilegal de tiburones que esos mismos barcos palangreros realizaban en Timor, Indonesia, donde ya fueron multados y vetados.

Para darse una idea, un palangre es una línea de pesca con millares de grandes anzuelos y que puede medir hasta 150 km de longitud. Se usa para capturar atunes y peces espada, pero los voraces tiburones caen como moscas en la miel. En la carga que llevaba el Fu Yuan Yu Leng 999, cerca del 85 por ciento de la pesca eran tiburones, lo cual demuestra que no fue "incidental" sino claramente dirigida a capturar escualos.

La entrega de esa pesca al carguero se realizó muy lejos del mar de Galápagos, a unos 2.500 kms al noroeste, en aguas internacionales. Pero Walter Bustos, ex director del Parque Nacional Galápagos sospecha que llegaron de otra parte: "Es que una cosa es el sitio de entrega y otra el sitio donde fueron pescados, probablemente cerca de las costas centroamericanas o del sur de México. Los tiburones son especies altamente migratorias y hay convenios internacionales que así lo reconocen".

La de Bustos es una hipótesis que apoya el análisis genético realizado por un grupo de científicos ecuatorianos: "entre las especies capturadas hay tiburones grises que no nadan en aguas profundas, así que, necesariamente, tienen que haber sido capturados cerca de las costas de algunos de los países cercanos", sostiene la bióloga Elisa Bonaccorso, quien encabezó el estudio. También hay una enorme proporción de ejemplares pequeños, más parecido al producto de la pesca con redes que a las capturas de barcos palangreros; así es que eso podría indicar que el barco capturado o los propios palgreros recogieron la carga de otros barcos que estaban usando redes. Incluso podrían haber sido comprados a pescadores locales".

Ambientalistas y científicos sostienen que todo esto indica la existencia de grandes empresas pesqueras que actúan al margen de las leyes internacionales y se dedican a depredar los mares, sin importarles si se trata o no de especies en peligro de desaparecer. Y en este caso, una empresa que tiene su sede en China, un país signatario de compromisos por los cuales está obligado a sancionarlas.

"Es que una cosa es el sitio de entrega y otra el sitio donde fueron pescados, probablemente cerca de las costas centroamericanas o del sur de México. Los tiburones son especies altamente migratorias y hay convenios internacionales que así lo reconocen", dijo Walter Bustos.


Estación Charles Darwin, Puerto Ayora, desde donde se centraliza el monitoreo y vigilancia de las islas y el mar de Galápagos. Foto: Rodolfo Asar

Justicia para proteger la naturaleza

Finalmente, y tras un veloz proceso, la Justicia ecuatoriana emitió una dura sentencia: los tripulantes del carguero fueron condenados a entre uno y tres años de prisión; el barco fue decomisado y la empresa propietaria condenada a pagar una multa de algo más de seis millones de dólares. Y sentenció también que toda la carga de pesca fuera arrojada al mar.

En los considerandos de su dictamen, la jueza Alexandra Arroyo se extendió sobre la necesidad de castigar a quienes violen los derechos de la Naturaleza, que en la Constitución del Ecuador están taxativamente protegidos. Y la Naturaleza, en este caso, se entiende como algo que trasciende fronteras. Así lo dice en esta apretada síntesis:

En temas de la Naturaleza la carga de la prueba se revierte (los acusados deben probar que no cometieron un delito. N. de la R.) ... La embarcación tenía y transportó especies en peligro de extinción dentro del territorio protegido de Galápagos... Cinco de las especies son nativas de la Reserva Marina de Galápagos y migratorias, y alterar el orden de la migración afecta a la población de tiburones de Galápagos.

Su conducta lesionó sin justa causa a seres protegidos en un extremadamente alto número.... y tanto los ciudadanos chinos como los ecuatorianos somos suscriptores de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar cuyo efecto es evitar producir efectos nocivos a los recursos vivos y vida marina que menoscabe el patrimonio de las naciones, en este caso, Ecuador.

El barco tampoco tenía derecho de paso establecido por la Convemar.

Algunos expertos en conservación consideran que esa sentencia dejó sentado un precedente mundial para castigar este tipo de delitos.

"A nivel internacional no hay mayor referencia de un castigo así, por un delito que no fue cometido dentro de la jurisdicción de un país. Lamentablemente no hubo acompañamiento del gobierno para que esto se discuta en la Convemar, para que el Ecuador ponga una denuncia y se haga un debate internacional sobre los derechos de la Naturaleza" (Walter Bustos).

Hoy, el Fu Yuan Yu Leng 999 se llama "Hualcopo" y es utilizado por la Armada ecuatoriana para entrenar a marinos que se encargarán de proteger los mares de, entre otras cosas, los barcos depredadores.

"El juicio sentó jurisprudencia porque se reconoce que al entrar con especies protegidas a territorio ecuatoriano esto se convierte en delito. El precedente es que cualquier especie protegida pescada ilegalmente ni siquiera puede entrar a un territorio nacional porque eso se constituye en delito" (Tarsicio Granizo).

Hoy, el Fu Yuan Yu Leng 999 se llama "Hualcopo" y es utilizado por la Armada ecuatoriana para entrenar a marinos que se encargarán de proteger los mares de, entre otras cosas, los barcos depredadores.

Y la rigurosa sentencia de la Justicia ecuatoriana tuvo un efecto claramente disuasivo: desde entonces y hasta hoy no se han detectado naves que hayan ingresado ilegalmente a las aguas de Galápagos. Una batalla ganada. Pero el final de la guerra en defensa de la Naturaleza todavía está lejos.

Galápagos se expande y se une con otras reservas marinas

En pleno desarrollo de la COP 26 el gobierno de Ecuador sorprendió al mundo con un doble anuncio. Por una parte la creación de una nueva reserva marina de 60 mil km2 anexa a la ya existente, con lo cual la superficie protegida alcanza los 193 mil km2. Por otra, el acuerdo logrado con Costa Rica, Panamá y Colombia para crear una Reserva de la Biósfera tetranacional.  Abarcará cerca de medio millón de km2 y unirá las áreas protegidas de Galápagos, las islas del Coco, Cobá y Malpelo. Todas ellas catalogadas por la Unesco como Patrimonio Natural de la Humanidad.

Esta es una idea que comenzó a gestarse hace casi 20 años por iniciativa de un grupo de científicos latinoamericanos, y su principal objetivo es crear un santuario para las especies marinas que migran entre las islas: tiburones, tortugas, rayas, entre otras. Utilizando el rastreo satelital con GPS colocados en algunos tiburones, ya se ha demostrado que existe una "ruta" migratoria a lo largo de la cordillera submarina de Cocos.

La última fue "Yolanda", una tiburón tigre hembra marcada hace siete años en Galápagos y que apareció hace algunas semanas cerca de Cocos, a 700 kilómetros.

"Prueba que en esta zona del Pacífico Este Tropical hay mucho intercambio genético por esa movilidad de las especies. Y la Reserva de la Biosfera manda un mensaje muy importante al mundo sobre la necesidad de coordinar esfuezos entre países, remarca Elisa Bonaccorso. La parte difícil será que se la respete. Lo importante será la regulación y control de esas áreas, con sistemas de detección y respuesta rápida"

Lo que sigue ahora es avanzar en una clara delimitación y zonificación de áreas dentro de la Reserva de la Biósfera. Cada país debe definir un núcleo central donde habrá conservación absoluta; en otros espacios habrá corredores de navegación y en otras pesca restringida y controlada. Y no sólo para barcos extranjeros sino también de las flotas nacionales.

El carguero chino fue detectado en 2017 mediante un sistema llamado AIS que emplea ondas de radiofrecuencia. Todo barco de más de 300 toneladas está obligado a emitir señales por las cuales se puede identificar su nombre, posición geográfica, rumbo y velocidad.

Y aquí es donde se hace relevante la sentencia contra el Fu Yun Yu Leng 999 y su tripulación, y así lo sostiene Tarsicio Granizo: "sería ideal que se extienda a los otros tres países el precedente jurídico que sentó Ecuador castigando a quienes estaban transportando especies en peligro por las aguas de su reserva. Porque si bien habría un plan de manejo conjunto, en la porción de la Reserva de la Biósfera que le corresponde a cada país regirán las leyes de cada uno de esos países"

Ciencia y tecnología para proteger la Naturaleza

El carguero chino fue detectado en 2017 mediante un sistema llamado AIS que emplea ondas de radiofrecuencia. Todo barco de más de 300 toneladas está obligado a emitir señales por las cuales se puede identificar su nombre, posición geográfica, rumbo y velocidad.

Y quiso la casualidad que para entonces el Parque Nacional Galápagos había mejorado su capacidad de vigilancia. "Acabábamos de instalar la actualización de un sistema de control maritimo que era único en el Pacífico, sostiene Walter Bustos. Pasamos de análogo a digital, de radio a satelital y ampliamos la capacidad de alcance y vizualizacion. Con eso podíamos detectar la trayectoria del barco incluso antes de entrar a la reserva"

Con las nuevas tecnologías que usan ubicación satelital se puede seguir de cerca y al instante lo que está haciendo cada barco. Analizando su velocidad se puede saber si está pescando y dónde lo hace. Y tiene un enorme radio de acción, como lo explica John Ronquillo: "Hoy tenemos tecnología de detección mediante radar satelital y eso tiene alcance ilimitado. Hasta el punto de que a veces damos apoyo  a áreas protegidas como la de Cocos (Costa Rica) y otras del Ecuador continental"

Sin embargo, las embarcaciones que pescan ilegalmente suelen apagar sus equipos para no ser detectadas durante el tiempo que permanecen pescando dentro de las zonas exclusivas de otros países, y peor, dentro de reservas marinas. Y al crearse la nueva Reserva de la Biosfera tetranacional tendrán que vigilarse cerca de medio millón de kms2

Esto implicaría la necesidad de contar con una fuerte inversión para vigilancia, utilizando tecnología de punta: radares satelitales y fotografías satelitales de alta resolución que permitan observar en tiempo real si hay barcos violando las áreas prohibidas. Y, adicionalmente, y aún más costoso, una fuerza de despliegue rápido para capturarlos. Un esfuerzo económico enorme que seguramente requerirá apoyo internacional.

*Este artículo se produjo con el apoyo de Internews' Earth Journalism Network.

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