Foto: Ministerio de Inclusión Económica y Social
Una funcionaria hace una demostración de los sobres de Chis Paz a niños de una escuela pública.
La quinta ronda de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del 2006 midió que la desnutrición crónica de los niños del Ecuador era del 25,8%. Ocho años y varias decenas de millones de dólares después, la ECV del 2014, la sexta ronda, determinó que la desnutrición crónica infantil, (DCI), es de 24,1%, según el INEC, y del 23,9% según el Ministerio Coordinador de Desarrollo Social.
Lo cual significa que la desnutrición crónica cayó apenas 1,5% en los periodos de gobierno del economista Rafael Correa. Es más, comparadas las ECV, tenemos que entre 1998 y el 2006 la DCI cayó 9 puntos versus el punto y medio que ha caído desde el 2006 hasta el 2014.
1.5%
Es lo que cayó la cifra de desnutrición infantil en el Ecuador durante los ocho años del correísmo.
Las autoridades responsables de este, que especialistas en la materia han calificado como el “fracaso más estrepitoso” de la política social, no se han pronunciado, ni aun cuando uno de los altos funcionarios, Mauricio León, alertó en su cuenta de Twitter que la desnutrición crónica había bajado apenas algo más de un punto. La respuesta fue el silencio.
La desnutrición crónica se da cuando el niño o niña no alcanza la talla esperada para su edad, y tiene que ver también con el crecimiento y desarrollo cerebral. Uno de cuatro niños ecuatorianos, entre los 0 y 5 años, la padecían en el 2006, luego de la larga noche neoliberal, y lo mismo pasa en el "milagro ecuatoriano" de la revolución ciudadana. Sin embargo, la forma en que se presenta oficialmente el dato también es milagrosa: en la ECV 2014 todas las cifras tienen comparativos con el 2006, para mostrar los cambios positivos en los indicadores, menos la de la desnutrición crónica. Los datos que muestra el portal del Ministerio Coordinador de Desarrollo Social, tienen como única referencia comparativa que la desnutrición crónica en el 2004 era del 33%, sin citar fuente alguna. Pero en el portal del Sistema Integrado de Indicadores Sociales (Siise) que controla el mismo Ministerio, se muestra que la encuesta del 2004 es de la Encuesta Demográfica y de Salud Materno Infantil-CEPAR, y la cifra es del 23,2%. Incluso si tomamos en cuenta solo este dato, entre el 2004 y el 2014, la desnutrición crónica subió.
La versión oficial sobre la desnutrición crónica no cita ninguna de esta cifras oficiales, para señalar que “la reducción de la desnutrición crónica infantil de las niñas y los niños entre 0 y 5 años de edad ha sido el principal tópico de la política pública ecuatoriana en nutrición durante el siglo XXI. La baja estatura de las niñas y niños con respecto a su edad, es el resultado, en su mayoría, de determinantes sociales susceptibles de intervención por parte de políticas públicas. La reducción de la DCI es por lo tanto, un indicador de la eficacia y concurrencia de servicios y acciones de los Estados, la sociedad y las familias. Ésta refleja el grado de cumplimiento de los derechos sociales y económicos de sus habitantes. En el Ecuador se han logrado avances importantes en la reducción de la desnutrición crónica, especialmente en los últimos siete años”.
La erradicación de la desnutrición es uno de los pilares del Plan Nacional del Buen Vivir, elaborado por la Secretaría Nacional de Planificación, Senplades. La visión oficial es la de una acción integral, pues como se considera a esta situación el resultado de la pobreza y la falta de servicios básicos, de salud y educativos.
La desnutrición crónica afecta directamente al desarrollo del cerebro y por tanto al desarrollo normal de la inteligencia. Entre los 0 y 5 años de edad el cerebro realiza la conexión neuronal. Los primeros 1000 días es la etapa más importante para el desarrollo cerebral del ser humano. Luego de eso, cualquier daño o deficiencia es irreversible. Al año de nacida, una persona mide 76 cm, en cualquier parte del mundo. Entonces empiezan a notarse las diferencias, pero en proporción, y hasta los tres años de vida, el ser humano bien alimentado habrá generado 100 mil millones de neuronas y 300 mil millones de sinapsis, que es la unión celular de las neuronas. Mientras más conexiones haya el niño será más inteligencia, mientras menos, se afectará si inteligencia. La desnutrición crónica afecta al desarrollo mental del niño. Y el hecho de que 1 de cada 4 niños del Ecuador padezca esto señala la magnitud del problema.
La desnutrición crónica afecta al desarrollo mental del niño. Y el hecho de que 1 de cada 4 niños del Ecuador padezca esto señala la magnitud del problema.
Según expertos, si un niño de 1 año en estas condiciones es rescatado es posible que se pueda salvar su cerebro. Luego ya no. En los países andinos, la desnutrición crónica empieza a manifestarse desde el cuarto mes de vida, con la disminución de la ingesta de leche materna.
Y el impacto es toda una generación con disminución en su capacidad funcional, capacidad de trabajo, poco desarrollo mental e intelectual, poco desarrollo físico y baja productividad individual y social.
Una de las expresiones de la desnutrición crónica es la anemia. El Ecuador, dentro del programa para acabar con la desnutrición crónica, implantó el consumo de micronutrientes, que es una de las falencias más fuertes en la alimentación de los niños ecuatorianos. Y el “milagro” lo haría un producto hindú, Chis Paz, que oficialmente se lo señaló como “un suplemento alimenticio que contiene 12.5 miligramos de hierro, zinc, vitamina A, C, Ácido Fólico y Maltodextrina, que reemplaza la falta de vitaminas que provoca la anemia, pues esta aparece cuando el niño o la niña no tienen una alimentación saludable y es pobre en alimento ricos como el hierro”. La dosis que se debe administrar es de 120 sobres al año, consumiéndolo en dos dosis de 60 sobres cada una. El objetivo es que el niño y niña complete la ingesta de los 60 sobres en un período de 2 a 3 meses. En esa etapa se repartieron 1 millón 380 mil dosis de un gramo.
Así fue como se empezó a repartir casi un millón de dosis de Chis Paz entre los niños de 0 a 3 años. Una información de la prensa oficialista señalaba que durante el 2011, en Chimborazo se logró la reducción de 23 puntos porcentuales de la incidencia de anemia en los niños de esa edad, atendidos en los estatales Centros Infantiles del Buen Vivir y las unidades Creciendo con Nuestros Hijos.
Los datos de desnutrición crónica en el Ecuador del 2014 se concentran en las provincias de la Sierra Centro y Norte, con algunos focos en los cantones centrales de Manabí y Santa Elena-
[RELA CIONA DAS]
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