

Foto: El Universo
3,2 toneladas de droga mezclada con balanceado en Puerto Marítimo de Guayaquil fue la última gran captura del año 2019.
Gancho ciego se llama una de las modalidades de exportar droga desde el Ecuador, a través de los puertos del país. Este sistema consiste en colocar cocaína en los contenedores de productos perecibles que se exportan a Europa, lo que en la jerga policial se conoce como "contaminar" un embarque. El lunes 10 de febrero último, en el Puerto de Guayaquil, fueron capturadas por perros de la Policía antinarcóticos 3,2 toneladas de cocaína, en uno de los buques que tenía como destino el Viejo Continente. Entre el 2016 y septiembre del 2019, 62,6 toneladas de cocaína fueron incautadas en los puertos marítimos del Ecuador. Cuarenta de estas toneladas salieron del puerto principal de la Perla del Pacífico.
El 10 de febrero de este año fue capturado un embarque, el primero del 2020, de más de tres toneladas de cocaína, en el Puerto Marítimo. Foto: Diario La Hora
La incautación más voluminosa se dio en diciembre del 2016. En ese entonces, Diego Fuentes, ministro del Interior encargado, informó en rueda de prensa, junto con el general de Policía Nelson Villegas, por entonces director nacional de Antinarcóticos, que durante los trabajos de inteligencia se determinó que cuatro contenedores, con destino Bélgica, podían estar "contaminados" con alcaloide.
La inspección manual de agentes policiales y la acción del perro Stano dieron una alerta positiva para presencia de droga en un cargamento de 3.200 sacos de sal en grano. La prueba de campo determinó que 474 sacos estaban mezclados con cocaína. Cada uno con un peso aproximado de 25 kilos, dando un total de 11,85 toneladas de cocaína”.
Por este caso, fue detenido el representante de la empresa exportadora como parte de las tareas de gestión investigativa.
En 500 sacos de balanceado para camarón estaban ocultas 7,5 toneladas de cocaína, listas para ser "exportadas" desde el puerto de Guayaquil. Foto: Ministerio del Interior
Una historia de la 'Ndrangheta en el puerto de Guayaquil
Con base en el sur de Italia, la mafia calabresa controla los mayores puertos del mundo, sobre todo los de Europa. Lo hace para garantizar el manejo del tráfico de cocaína al Viejo Continente que se realiza por medio del transporte marítimo, no necesariamente clandestino, y que traslada cocaína desde Sudamérica en contenedores de exportación, sobre todo de fruta y otros perecibles.
Según investigadores del OCCRP (Organized Crime and Corruption Reporting Project) con quienes conversó Plan V, el 70% del tráfico interoceánico se da por contenedores que salen "legalmente" de puertos como los de Ecuador y otros de América Latina. Los traficantes usan productos perecederos, como frutas, flores, frutos del mar, para facilitar una salida rápida de la mercadería en los puertos de llegada: como son productos que se pueden dañar o madurar, las empresas importadoras y las aseguradoras presionan para que las inspecciones sean rápidas y si encuentran cargamentos de droga de menor cuantía no se detenga la salida de la carga total, so pena de demandas a las autoridades de control si los productos se afectan. Y es un tema complejo para las autoridades marítimas y portuarias, porque según los investigadores, las mafias del narcotráfico tienen entre 20 a 30 rutas abiertas simultáneamente.
La periodista mexicana Ana Lilia Pérez en su libro Mares de cocaína, señala que el mar es el elemento central del narcotráfico y que la "autopista de los narcos" está a la altura del Paralelo 10, al norte del plano ecuatorial de la Tierra. Considerando que Sudamérica es la zona cero de la cocaína, si se recorriera en dirección al este como una autopista en línea recta, esta ruta cruzaría 25 países desde Costa Rica hasta las Islas Marshal. Abarca tres océanos, numerosos mares y bahías y es la favorita de los narcotraficantes porque esta ruta marítima ofrece un amplio abanico de posibilidades para viajar a cualquier parte del mundo, por aguas con escasa vigilancia y mínimas posibilidades de detención.
Las pesquisas localizaron a Vadalà, durante una reunión con otro líder mafioso y sus asesores, en un centro comercial de Venecia, italia, el puerto al que Vadalà planeaba importar cocaína desde Ecuador y Perú.
Una de las pruebas de que los italianos de la mafia calabresa operan en el Ecuador o tiene fuertes conexiones con este país, fue la investigación publicada en su portal, llamada en español Los vaqueros de la cocaína.
Basada en una investigación judicial, el informe periodístico tuvo como fuentes documentales dos acusaciones en tribunales de Venecia y Milán, así como en entrevistas con detectives y fiscales que trabajaron en varias investigaciones en 2015. La indagación seguía la pista de Antonino Vadalà, miembro de la mafia calabresa. Conocida como 'Ndrangheta, esta tiene su centro originario y estratégico en la región de Calabria, llamada Reggio Calabria, la provincia del sur de Italia de donde viene la familia de Vadalà y en la que la ‘Ndrangheta surgió como organización mafiosa a finales del siglo XIX y hoy es considerada la más fuerte del planeta.
Las pesquisas localizaron a Vadalà, durante una reunión con otro líder mafioso y sus asesores, en un centro comercial de Venecia, el puerto al que Vadalà planeaba importar cargamentos de cocaína desde Ecuador y Perú. El puerto de la ciudad contaba con menos vigilancia que el de Calabria y tenía dos ventajas más: no era dominado por ningún clan de la mafia y era la base de operación de Francesco Giraldi, el importador local con el que Vadalà quería asociarse, decía el reporte de OCCRP.
“Quiero mandar 200, 300 kilos a la vez”, le lanzó Vadalà a Giraldi en el encuentro. “¿Entiendes? Mínimo 200, 300”. Vadalà quería estar seguro de que Giraldi, el importador, tuviera la capacidad de organizar grandes cargamentos de frutas o de otros bienes legales desde América Latina, en los que se pudieran camuflar importantes volúmenes de cocaína.
Vadalà estaba particularmente interesado en comerciar con mercancías legales de Ecuador y Perú, países donde tenía una red de contactos y desde donde planeaba asegurar el suministro de droga.
Desde allá, la droga llegaría a Venecia a través de la empresa importadora de Giraldi (vía una orden de compras de las compañías eslovacas de Vadalá) y luego, la cocaína podía acabar o en Italia o en Eslovaquia, según el reporte de Los vaqueros de la cocaína.
En abril de 2015, seis meses después de la reunión en Venecia, Vadalà y Giraldi estaban listos para empezar sus envíos de cocaína.
Era imperativo tener negocios legítimos de fachada: mientras más dinero y mercancías legales fluyeran, era menos probable que los cargamentos fueran controlados de manera aleatoria por las aduanas.
Vadalà estaba bien preparado. En una conversación dijo: “Tengo actividades comerciales, tengo empresas. Una vez compré 20 millones de euros de carne [en América Latina] a través de contratos reales. Suministré a Ankara, al Estado turco, durante un año. Y ahora estoy firmando un contrato con Uruguay, Paraguay y Brasil”. La policía “puede verificarlo todo”, agregó. “¿Flujos financieros? Tengo todo en orden”.
Los investigadores concluyeron que Vadalà planeaba abrir una empresa en Ecuador para comprar productos que ocultaran el objetivo real de su nueva ruta hacia Venecia. La idea era que los contenedores pararan en Venecia, donde se desembarcaría la droga y que la mercancía legal siguiera hacia Eslovaquia. Otra opción era que los contenedores fueran directamente a Eslovaquia, que obtuvieran allá el visto bueno de las aduanas y luego fueran reenviados a Venecia.
Ese día de 2014 en Venecia, Vadalà y sus socios querían asegurarse su tajada en el lucrativo mercado de la cocaína en Europa. En la reunión, discutieron todo tipo de detalles prácticos: cómo organizar los envíos, cómo se embarcarían, quiénes serían sus proveedores en América Latina
Pero no le acabó de ir bien en la operación de tráfico de drogas desde Guayaquil. En el puerto principal Vadalà conocía gente que podía camuflar cocaína en contenedores, que también llevaban camarones congelados. Vadalà usó su compañía eslovaca Terra Real para girar 175.000 euros a la empresa de Giraldi en Venecia y luego añadió 53.000 euros en efectivo. El dinero se usó para comprar los camarones y 70 kilos de cocaína.
Pero cuando el contenedor llegó a Venecia, el 16 de mayo de 2015, solo estaban los camarones. Aparentemente hubo una falla de comunicación y no embarcaron la cocaína, relatan los investigadores.
La autopista de la droga y una organización impenetrable
Al igual que mucha droga que sale de puertos ecuatorianos, como de otros países del continente, la explosiva mercancía cruza el Paralelo 10 y recala en un triángulo de los históricos puertos europeos de Rotterdam, Amberes y Hamburgo, en el norte europeo. El primero fue hasta el 2004 el más grande del mundo, solo superado después por el despegue económico de Asia, por lo cual los puertos de Singapur y Shangai son ahora los más importantes del orbe.
Puerto de Rotterdam, en los Países Bajos, el tercero más grande del mundo.
Los investigadores contaron a Plan V que han rastreado los patrones criminales de las mafias de los puertos siguiendo la migración histórica y su estructura original y tradicional, que no ha cambiado en siglos. El centro es el clan o la familia, y de este se derivan siempre las relaciones familiares en el control del negocio. El clan se expande hacia la localidad, al llamado mandamento (que en Italia es una circunscripción administrativa supramunicipal intermedia entre el distrito y el municipio) y luego a la provincia.
Así, las familias mafiosas calabresas pueden instalarse en cualquier parte del mundo con personal propio y de confianza, el cual es parte de la familia por consanguinidad o afinidad. La familia es imposible de infiltrar y los investigadores han llegado hasta ella gracias a relacionar mapas, lugares de nacimiento, bodas, fallecimientos, bautizos; como un álbum familiar al que se puede conocer por completo solo si se encuentra y conocen todas las fotografías.
Luego se hace un seguimiento del dinero que se lava y que es producto del tráfico de estupefacientes, entre otros delitos. Este dinero se vuelca en inversiones en restaurantes, sector inmobiliario, juegos de azar y de otro tipo, el cambio de criptomonedas y empresas de importación y exportación, para seguir alimentando la estructura clave del negocio.
Instante de la captura de Sibillo, alias "Baby boss", de la mafia calabresa. Foto DW.
Los investigadores están conscientes que esta mafia se convierte en impenetrable al aplicarse en estrictos códigos familiares, como el del silencio, la lealtad absoluta a la familia, el reclutamiento por relaciones de sangre, y el respeto irrestricto de las tradiciones religiosas y culturales. La mafia calabresa es temida precisamente por eso y estas condiciones hacen de la misma una estructura cerrada con una extraordinaria cohesión familiar. Solo la captura de uno de sus líderes, permitió establecer algunas revelaciones.
La mafia calabresa sigue los mismos patrones en todo el mundo. Tiene brokers e intermediarios en los principales puertos donde el negocio de la cocaína alimenta sus ganancias, que se calculan entre 30 mil y 40 mil millones de dólares al año. Sus unidades operativas tienen sus bases logísticas en los puertos, sean el de Amberes o el de Guayaquil y establecen redes de importación y exportación de flores, frutas, maquinaria, vino, sal, balanceado de camarón... La historia de Antonino Vadalà es la muestra de cómo opera la 'Ndrangheta, la mayor organización criminal del mundo.
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