

Las brechas educativas en Ecuador no ha sido enfrentadas por los gobiernos pasados. Foto: PlanV
En 2017, junto con otros 6 países, estudiantes del Ecuador fueron evaluados en el marco del estudio PISA-D que mide las habilidades estudiantiles, realizado por el Banco Interamericano del Desarrollo y el Centro de Información para la Mejora de Aprendizajes.
Los resultados indican que Ecuador fue el mejor posicionado con respecto a países de medianos y bajos ingresos como Guatemala, Honduras, Paraguay, Camboya, Senegal y Zambia.
Pero si se compara a nuestro país con otros de Latinoamérica, su situación deja de ser tan alentadora. Se encuentra por debajo de casi todos los demás países de la región y muy lejos de alcanzar los resultados de los países industrializados de Europa, América del Norte y Asia que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En la evaluación PISA-D Ecuador, presentó una de las brechas socioeconómicas y de género más altas de la región.
Según Alexis Oviedo, catedrático de la Universidad Andina, los procesos curriculares no han mejorado sustancialmente los aprendizajes desde la Reforma Curricular de 1996. “Se han incorporado pequeñas cosas como materias de emprendimiento, pero la base sigue intocada, seguimos teniendo una malla rígida”. Oviedo argumentó que se enseña a través del memorismo y que las destrezas de juicio crítico no se desarrollan.
Una brecha socioeconómica reflejo de la sociedad
Más del 89 % de los estudiantes pobres evaluados en la prueba tienen rendimientos bajos en matemáticas. En lectura, la brecha entre el cuartil más bajo y el más alto equivale a casi 3 años de escolaridad menos para los estudiantes más pobres. Esto quiere decir que un estudiante ecuatoriano de los sectores más vulnerables tiene 3 posibilidades menos de obtener buenos resultados que sus pares de estratos socioeconómicos altos.
Oviedo dijo que existen factores como la desnutrición o el entorno familiar que influyen en los desempeños estudiantiles. “Si tus padres tienen libros, si creciste en un entorno educado, habrá más posibilidades de mejores desempeños en el sistema educativo”.
Más del 89 % de los estudiantes pobres evaluados en la prueba tienen rendimientos bajos en matemáticas. En lectura, la brecha entre el cuartil más bajo y el más alto equivale a casi 3 años de escolaridad menos para los estudiantes más pobres.
Según Milton Luna, docente de la PUCE y ex ministro de Educación, los resultados de pruebas como PISA-D “reafirmaron problemas estructurales ante la propaganda oficial del correato que daban cuenta de otra realidad, hoy se ha normalizado que los estudiantes pobres tengan educación de baja calidad”.
El docente argumenta que para cerrar esta brecha se debe llegar a un acuerdo fiscal-social que rompa con el coyunturalismo y mire a largo plazo. “Hay que hacer el esfuerzo de apostar por el futuro, sin fuerza laboral capacitada no habrá talento humano”. El exministro propone un modelo educativo abierto. “Hay que incorporar materias como el calentamiento global y el uso de las tecnologías de la información, pero también abrir las escuelas a las comunidades”.
Un sistema educativo con brechas de género
Uno de los temas que resaltan del informe es la brecha de aprendizaje en matemáticas. La diferencia en el desempeño entre hombres y mujeres en esa materia equivale a casi un año menos de escolaridad para el género femenino. En ciencia la brecha también se inclina a favor de los hombres y solo en lectura la balanza se inclina a favor de las mujeres.
El catedrático Alexis Oviedo resaltó que la matrícula femenina ha aumentado en los últimos años y que, en proporción, las mujeres indígenas tienen mejores rendimientos que mujeres mestizas o de estratos económicos altos. Según el ex ministro Luna, el currículum es el producto de un modelo de sociedad. “Hay una desactualización curricular, se deben superar nociones patriarcales, paternalistas y coloniales”.
El catedrático Alexis Oviedo resaltó que la matrícula femenina ha aumentado en los últimos años y que, en proporción, las mujeres indígenas tienen mejores rendimientos que mujeres mestizas o de estratos económicos altos.
La inversión en educación no es prioridad nacional
El país invierte en promedio en cada estudiante ecuatoriano USD 14.000 desde la primaria a la secundaria. Para poner en perspectiva la inversión en educación en el país, basta con mirar al país vecino de Perú que invierte USD 20.114 o Chile con USD 40.607 por estudiante. La inversión chilena es más del triple que la del Ecuador. Aun así, las cifras chilenas no alcanzan ni la mitad del presupuesto de los países industrializados de la OCDE en inversión.
Alexis Oviedo dijo que la educación no es una prioridad en la inversión pública. “La educación es uno de los ejes para reproducir la hegemonía, esto se podría explicar mediante la teoría de que las élites buscan mantener las disparidades para mantener sus prioridades”.
En el 2007 el gobierno de Rafael Correa incrementó el financiamiento a la educación. El aumento en la inversión llegó también con el aumento de las matrículas. Según Milton Luna, “el crecimiento de la inversión no se condijo con los aumentos en el aprendizaje, se ganó mayor acceso a la educación, pero se mantuvo un modelo memorizante”.
El ex ministro Luna sostuvo que el sistema educativo está fragmentado y tecnocratizado. “Los profesores dedican el 60 % del tiempo a llenar formularios, el Ministerio de Educación acumuló poder, pero asfixió a los docentes”.
La burocracia que afecta a los docentes
Según Oviedo, uno de los factores que determinan la calidad de la educación es la valorización docente. Para el catedrático, el Estado se “ha lanzado a capacitar en cascada”. Es decir que los primeros 100 capacitados siguen capacitando a 100 más cada uno. Esto conlleva un peligro ya que las fallas de los docentes capacitadores pueden ser transmitidas a los capacitados.
“Los procesos de capacitación docente no son sostenidos, hay maestros con fallas en construcción de conceptos muy profundas”. La falta de un plan de capacitación sostenido en el tiempo ha llevado a aceptar ayuda de organizaciones externas o a volver a los métodos antiguos. “Si yo no entiendo lo nuevo, vuelvo a lo que ya sé, si no entiendo cómo razonar, vuelvo al método de aprender por memoria” dijo el docente Oviedo.
El ex ministro Luna sostuvo que el sistema educativo está fragmentado y tecnocratizado. “Los profesores dedican el 60 % del tiempo a llenar formularios, el Ministerio de Educación acumuló poder, pero asfixió a los docentes”, finalizó.
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