Después de las elecciones presidenciales en Venezuela, del pasado domingo 28 de julio, son varios los escenarios para la migración venezolana en Ecuador que se desarrollarán a partir de dos opciones: que María Corina Machado con Edmundo González logren concretar un gobierno de transición a la democracia o que el régimen de Nicolás Maduro se mantenga en el poder.

Según la Plataforma Interagencial de Coordinación para los Refugiados y Migrantes de Venezuela (Plataforma R4V) hay 7.7 millones de migrantes venezolanos en el mundo. En su mayoría están entre Colombia, Perú, Brasil, Estados Unidos y Ecuador.

Un número que nos da una idea de lo que es la mayor migración forzada en el mundo. Mayor que la migración desde Siria y desde Ucrania. Dos países que están en guerra.

Ecuador llegó a ser el tercer país de recepción de migrantes venezolanos en América Latina y el Caribe —actualmente es el quinto según la Plataforma R4V—, y entre el 2019 y lo que va del 2024 recibió 343 millones de dólares a través del Plan de Respuesta Regional para Migrantes y Refugiados de Venezuela de la ONU según el Servicio de Seguimiento Financiero de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.

Un gobierno democrático en Venezuela, que proponga planes efectivos de retorno para sus migrantes, aliviaría a un Ecuador —y a la región— que está lidiando con su propio fenómeno migratorio en el que los ecuatorianos son la segunda nacionalidad cruzando la selva del Darién.

Recordemos que Ecuador, a principios de este siglo —entre 1999 y 2006— vivió procesos difíciles en su economía y sistema político, lo que ocasionó que al menos dos millones de ecuatorianos se fueran, en su mayoría, a Estados Unidos y Europa. Poco más del 10 % de una población de 18 millones.

De mantenerse Maduro en el poder, según la encuesta de Meganalisis de mayo del 2024, al menos un 41,1 % de venezolanos emigraría y un 45,2 % no lo sabe. Sólo un 13,7 % se quedaría en el Venezuela.

Un 41,1 % de la población venezolana significa al menos 10 millones de personas que, sumadas a los 7,7 millones de migrantes venezolanos que hay en el mundo, convertirían a Venezuela en el país con la mayor migración forzada de nuestra historia contemporánea.

Porcentajes que son congruentes con el historial de la migración venezolana en los últimos 10 años donde los migrantes forzados de Venezuela salieron por la grave crisis humanitaria que afecta al país.

El puente de Rumichaca, puesto fronterizo terrestre entre Colombia y Ecuador, es la puerta de entrada de la migración venezolana tras una larga travesía desde su país hacia el sur del continente.  Foto: Luis Argüello: Archivo PlanV

El retorno

No hay concordancia entre las fuentes oficiales del gobierno de Maduro sobre cuántos venezolanos han regresado. El viceministro de Venezuela para América Latina, Rander Peña, aseguró el 18 de octubre de 2023 en su cuenta de X que más de 900 mil venezolanos regresaron al país. Una afirmación que partía del propio Maduro cuando una semana antes afirmaba que «casi un millón» de venezolanos regresaron de los «dos millones que se fueron».

Pero si vemos las cifras oficiales del plan bandera del gobierno de Maduro para el retorno de venezolanos: el Plan Vuelta a la Patria, desde agosto de 2018 —cuando fue instaurado— hasta 2024, menos de 400 mil personas se han beneficiado. Cifra que representa menos del 5 % de los 7.7 millones de venezolanos que se fueron.

Para el gobierno de Maduro el retorno de venezolanos no era una prioridad hasta el pasado 17 de junio cuando creó la Gran Misión Vuelta a la Patria y designó a Pedro Sassone, antes cónsul de Venezuela en Quito-Ecuador, como Viceministro para la Atención a la Migración Venezolana.

Una decisión política que cambia la narrativa de este gobierno que en reiteradas ocasiones se ha referido a los migrantes venezolanos como «traidores a la Patria» o como «armas biológicas» durante la pandemia por COVID 19. Pero ahora son «necesarios» para el futuro de Venezuela.

Según reportes de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), para finales del 2022 desde Ecuador hicieron una segunda migración —hacia Venezuela, Estados Unidos o Europa— al menos unos 100 mil venezolanos.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, habla durante una rueda de prensa, en el Palacio de Miraflores en Caracas (Venezuela). EFE / Ronald Peña R.

Regreso a la democracia

En conjunto con México, Venezuela se convirtió en lugar de escondite de políticos ecuatorianos que forman parte del correísmo y que para evadir procesos judiciales en Ecuador, buscaron refugio bajo el paraguas del régimen de Nicolás Maduro.

Los hermanos Fernando Alvarado y Vinicio Alvarado están en Caracas con la ex ministra María de los Ángeles Duarte. Al igual que el ex asambleísta, Ronny Aleaga, quien pidió asilo político.

Con un gobierno de transición, tal y cómo lo ha expresado María Corina Machado, se buscará  justicia y reparación ante las arbitrariedades y atropellos a los Derechos Humanos cometidos por el chavismo y sus aliados.

El régimen de Maduro es un aliado y protector de los seguidores del «socialismo del siglo XXI» y de la «revolución bolivariana», que en su versión ecuatoriana se presentó como la «revolución ciudadana» durante 10 años de correísmo.

Un correísmo que a través de su máxima figura, el expresidente Rafael Correa, no oculta sus afinidades, en viajes a Venezuela y a través de su cuenta de X, con el régimen de Nicolás Maduro.

Luisa González, presidenta del partido Revolución Ciudadana, durante la última campaña electoral, cuando era candidata a la presidencia de Ecuador, defendió con vehemencia que Venezuela «tenía mejores condiciones de vida» que nuestro país y que millones de migrantes venezolanos estaban regresando. Afirmación que después tuvo que rectificar.

Ajustando escenarios

María Gabriela Trompetero, docente e investigadora en migración en la Universidad de Bielefeld (Alemania), cree en la pertinencia de la encuesta presentada por Maganalisis, donde se muestra que el 41,1 % de los venezolanos migraría si no hay un cambio de gobierno. Para ella eso representaría «un panorama regional muy complejo donde cada vez más países han girado hacia políticas de cierre y securitización pues la generosidad para los migrantes forzados venezolanos ha ido mermando con el paso del tiempo en los países de acogida.»

Lo hemos visto desde el 2018, en países de América Latina y el Caribe donde aumentaron las restricciones a los venezolanos para que no pudieran migrar. Por ejemplo: para entrar a toda Centroamérica y México los venezolanos necesitan visa, al igual que para entrar a Perú, Ecuador y Chile. Además, el gobierno de Maduro ha firmado acuerdos de deportación de venezolanos desde Estados Unidos, México y Chile.

«En este sentido, una población migrante, en muchos casos en situación de vulnerabilidad, migraría en condiciones bastante adversas, buscando cada vez más países europeos o Estados Unidos, este último a través de vías peligrosas para su salud y seguridad como la Selva del Darién. Esto se debe a los retos en materia de integración socioeconómica, de regularización y aumento de la xenofobia en países de América Latina.». complementa, Trompetero.

La penosa caravana de caminantes venezolanos avanza en una carretera de la serranía ecuatoriana, la norte del país. Foto: AFP

Desde el 2019 hasta junio del 2024, entre Colombia, Ecuador, Perú y Chile recibieron 2.214 millones de dólares a través de la cooperación internacional para aplicar el Plan de Respuesta Regional para Migrantes y Refugiados de Venezuela, coordinado por agencias de las Naciones Unidas como Acnur y la OIM. Pero esto no ha sido suficiente, porque los migrantes venezolanos han hecho una segunda migración desde esos países hacia los Estados Unidos y Europa.

«Lo cierto es que se están ajustando escenarios de cara a lo que pase de ahora en adelante. No sólo los migrantes venezolanos sino la región están expectantes con lo que pueda pasar en Venezuela para tomar decisiones.» indica Juan Pío, director de la organización Plan País.

«No hay una medida certera de cuántos venezolanos regresarán, y cuándo lo harán, si hay un proceso a la democracia en Venezuela. Lo que sí sabemos es que María Corina Machado y Edmundo González han planteado un proceso de reconciliación y reencuentro nacional de los venezolanos que migraron», asegura Pío, desde Washington.

Pase lo que pase en el futuro de Venezuela, las cartas están echadas para lo que será un camino donde los migrantes venezolanos ocupan un lugar esencial en la recuperación del país y de la región.

* Jefferson Díaz es periodista venezolano, residente en Ecuador. Dirigente de la migración venezolana.