

Por la noche, personal del Ministerio de Agricultura, INIAP y Bomberos fumigan las principales avenidas de Guayaquil. Foto: Twitter Pedro Pablo Duart
“La señorita no pudo sacar ese cadáver porque se había extraviado”. Lo cuenta la dueña de una funeraria en Guayaquil, que prefirió no hacer público su nombre. Respira profundo y habla pausado sobre la situación que le ha tocado vivir la última semana. Desde hace días cerró su negocio por temor a un contagio. Atendió solo a dos clientes porque eran amigos de la familia. Hasta el viernes pasado, los familiares de esos dos fallecidos pasaban por situaciones apremiantes. Uno murió por un infarto y sus restos llevaban tres días en su casa sin poder ser sepultados porque su familiar no lograba sacar el permiso. El otro falleció en una casa de salud y una joven había perdido el rastro de los restos de su pariente.
Guayas se ha convertido en la provincia más golpeada por la emergencia del COVID-19. A ella pertenecen 38 de las 60 víctimas mortales, es decir el 65%; y 1.396 de los 1.962 contagios, es decir el 73%. Pero las cifras oficiales se quedan cortas, según distintos sectores incluido los funerarios. Plan V llamó a una decena de negocios funerarios en Guayaquil y solo cinco quisieron contar su historia. El resto prefirió no comentar o tenían sus teléfonos apagados.
Son pocos los que aún se atreven a dar el servicio. La señora de la funeraria recibe llamadas todo el tiempo. Pero ella tomó una decisión: “Yo ya tengo mis añitos, por ganarme unos centavitos yo no voy a poner en peligro a mi familia”. En sus 40 años de experiencia en el sector no había visto una situación igual en Guayaquil. “Cuando hubo el dengue sí, pero como esto nunca”.
“Mientras usted me estaba timbrando, hablaba con un amigo quien me dijo que hoy acabó de sepultar a un familiar y al llegar a la casa encontró otro familiar fallecido”, narró Édgar Herrera, gerente de la Funeraria Saexe. Él también dejó de atender desde hace más de una semana.
Herrera aseguró a Plan V que la demanda aumentó desde el sábado 21 de marzo. Una persona que trabajaba con él en los trámites para las defunciones le dio un dato: “el pasado miércoles (25 de marzo) se habían hecho 160 inscripciones de defunción” en el Puerto Principal. Pero a eso se debe sumar, dijo, las personas que no han logrado ese trámite. “Creo que estamos en promedio entre unas 160 o 170 a 200 personas que fallecen a diario”.
Con trajes de protección, miembros de la Policía y de la Comisión de Tránsito del Ecuador ayudan en las tareas de levantamientos de los cuerpos en el Puerto Principal. Fotos: Twitter Pedro Pablo Duart
El Gobierno informó que quien tenga un fallecido en casa debe llamar al 911. EN EL CASO DE LAS PERSONAS QUE no tengan servicios exequiales prepagados, el Estado asumirá los costos.
Herrera tiene 26 años de experiencia en el sector funerario y lo que hoy vive Guayaquil lo describe así: “es como una película de Hollywood”. Las escenas de Italia de personas fallecidas en las casas sin que nadie los recoja se han repetido en Ecuador. Decenas han denunciado por redes sociales la impotencia de sus familiares, amigos y vecinos para que se haga el levantamiento de los cadáveres.
El video de un joven junto al cuerpo de su hermano, tirado fuera de la casa, se hizo viral. En las imágenes se observa a tres policías, que desde varios metros lejos, observaban al fallecido cubierto por sábanas. Según narró el joven, su pariente falleció por un problema respiratorio. Las autoridades le habían dicho que no había ambulancias disponibles para retirar el cuerpo.
En la mañana del domingo 29 de marzo, Diario Expreso reportó el hallazgo de un cuerpo tirado en una esquina de las calles céntricas de Guayaquil, frente al Instituto Técnico Bolivariano. Estaba envuelto en una funda y sobre una sábana de colores. Supuestamente sería un ciudadano norteamericano que padecía cáncer terminal a la próstata y diabetes. Aunque no faltó quien especule que él extranjero murió por coronavirus.
Un cadáver apareció tirado en la vereda en un sector céntrico de Guayaquil, según reportó Expreso. Foto: Expreso
Herrera sostiene que tanto los cementerios como las funerarias trabajan a su máximo, pues por las restricciones de movilidad funcionan con menos personal o están en aislamiento por precaución. Aseguró que la gente hace filas en los cementerios, pues estos han dejado de atender por teléfono. Las mismas funerarias han recomendado a sus clientes acudir personalmente a los camposantos para encontrar un espacio. Jardines de Esperanza, uno de los principales cementerios de la ciudad desde hace 40 años, ha decido solo atender a sus clientes que han prepagado sus servicios, según confirmaron tres dueños empresas de servicios exequiales.
El funerario conoció además que en uno de los tres crematorios que hay en Guayaquil estaba “copado” hasta el próximo lunes (la entrevista fue el viernes). Solo este sábado 28 de marzo, 20 personas esperaban fuera del cementerio Jardines de Esperanza un turno, informó el gobernador del Guayas, Pedro Pablo Duart. Horas antes la Policía llegó a este lugar para poner orden a las familias que buscaban el servicio. “Siete días”, gritó una mujer ante las cámaras de un noticiero. Era el número de días que llevaba su muerto en su casa. En promedio, un cuerpo empieza a descomponerse a las ocho horas.
En el cementerio Jardines de Esperanza, al menos 20 personas esperaban un turno para cremar a sus familiares el pasado 28 de marzo. Foto: Twitter Pedro Pablo Duarte
Otra razón fue la limitación de la atención en el Registro Civil, según varios testimonios. Desde el pasado 25 de marzo, en Guayaquil, solo la agencia de las calles Pedro Carbo y 9 de Octubre tenía sus puertas abiertas entre las 08:00 y 12:00, para inscribir defunciones. Cuatro días después se habilitaron tres agencias más, dos en Guayaquil y una en Durán. Mientras que la Corporación Registro Civil de Guayaquil no atiende desde el 15 de marzo pasado. “El cuello de botella es que hay muy pocos funcionarios para tanta demanda”, dijo Herrera.
El certificado de defunción del Registro Civil es el último paso de tres. El primero es un certificado que debe firmarlo el médico tratante cuando la muerte se produce en la casa o en un hospital; en el caso de muerte violenta lo debe suscribir Medicina Legal. Tanto médicos particulares o casas de salud deben llenar el formulario de defunciones del INEC y este es el segundo paso.
Pero el riesgo de sacar estos documentos ha pasado factura también para los funerarios. “No puedo más, casi me caigo de la moto”, le dijo a Herrera la persona de los trámites. Desde el jueves, este trabajador no contesta su celular.
Médicos del Hospital General del Guasmo muestran los trajes de protección que fueron donados por China. Foto: Twitter Pedro Pablo Duart
Las cifras en una ciudad fúnebre
El pasado viernes, muy temprano, la ministra María Paula Romo reveló las últimas cifras sobre fallecidos en Guayaquil, por fuera de la tradicional cadena del COE Nacional que, dos veces al día, es la encargada de informar los últimos datos de la emergencia sanitaria. “No queremos ocultar nada”, dijo.
Lo hizo en el espacio radial “Así amaneció”, del activista Carlos Vera, quien ha sido un férreo crítico del manejo de la emergencia en Guayaquil y un día antes había publicado que en esa ciudad se registraron 100 muertes solo en un día. Romo dio las más recientes estadísticas de personas fallecidas en sus hogares en esa ciudad: martes 24, 35 muertos; miércoles 25, 48; y jueves 26, 17. “De ellos, algunos tendrán causas de muertes relacionadas al coronavirus y otras no”.
Los 100 muertos que resultan de esa suma no cuadraba con las que dio el gobernador Duart un día antes. En la madrugada del jueves 26, alrededor de 40 cadáveres estuvieron “dentro del proceso de traslado a las distintas unidades provisionales”, informó la Gobernación sin especificar si ya fueron recogidos o seguían en esa tarea. Un día antes (25 de marzo) 40 cuerpos habían sido retirados.
Romo dio una explicación sobre estos retrasos: las funerarias trabajan medio tiempo, el susto de las personas pues creen que toda muerte puede ser por coronavirus, las familias aisladas que no pueden recoger a sus familiares incluso si han muerto dentro de un hospital, la falta de movilización entre provincias para llevar a sus deudos.
Pero la sospecha de que algunas de esas muertes sean por COVID-19 no es infundada. Familiares han reportado como causas de muertes problemas respiratorios. El sábado 28 de marzo, el Ministerio de Salud (MSP) informó que 25 personas fallecidas tuvieron afecciones de este tipo y que deben ser categorizadas como casos probables de COVID-19. Dijo que Medicina Legal determinará si eran o no portadores del virus. Santiago Tarapués, director de Gestión de Riesgos del MSP, afirmó que hay enfermedades con síntomas parecidos a los del coronavirus como la neumonía, hipertensión y patologías cardiovasculares.
En el 2018, último año con cifras disponibles en el INEC, se registraron 71.007 defunciones a escala nacional, siendo la influenza y la neumonía la cuarta causa de fallecimientos en el país. De ese total, 18.984 ocurrieron en Guayas, es decir el 27%. De esta última cifra, 8.401 murió en sus hogares, es decir el 44%. En esta provincia, el 61% de los fallecidos tenían más de 65 años. La tasa de mortalidad normal en Guayas es de 4.4% por cada 1.000 habitantes, ligeramente arriba de la media nacional que es 4,2%.
Tarapués, en la rueda de prensa virtual del sábado, dijo que el número de defunciones asociadas a otras enfermedades se mantiene en los rangos normales previos a la emergencia sanitaria, a los que se ha sumado una epidemia de dengue. Solo en el IESS, desde el 1 de marzo hasta la fecha, se han registrado 606 fallecidos por causas como deficiencias renales, traumas craneoencefálicos, problemas del sistema nervioso y otras. Romo afirmó que solo en enero pasado, en Guayas hubo 1.222 muertos y en Guayaquil 828, de ellos 46% fueron muertes en el domicilio. Esos datos dejan un promedio de entre 40 y 27 muertos diarios, respectivamente.
Pero otros datos oficiales demuestran un incremento en el registro de defunciones en los últimos 15 días en la provincia de Guayas. Entre el 17 y 20 de marzo hubo entre 30 y 50 fallecidos. La cifra subió el 23 de marzo a 135 muertos. El 26 hubo 118; el 27, 134; y el 29, 123. Esos fueron los días con más casos, según las estadísticas del Registro Civil enviadas a Plan V. La entidad aclaró que las cifras “no corresponden a una sola causa de muerte”.
La ministra María Paula Romo anunció boletines semanales de mortalidad, por provincia, tanto de las muertes por otras enfermedades como las relacionadas por COVID-19. “Se ha multiplicado el personal”, dijo.
Pero la situación del coronavirus ha apremiado a las autoridades. Duart informó que se definió un protocolo más ágil en el levantamiento de cadáveres y culpó al toque de queda los retrasos. Seis vehículos se dispusieron para esta tarea. “Cabe resaltar que las causas de fallecimiento no han sido especificadas y no todas corresponden a COVID-19”, dijo la entidad provincial. La Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) quedó a cargo de estos operativos.
Ese mismo día, Cynthia Viteri, alcaldesa de Guayaquil, hizo un video en vivo por su cuenta de Twitter. La autoridad aseguró no saber lo que estaba pasando en el sistema de salud pública del país. “Exijo como alcaldesa de Guayaquil cifras claras, díganme cuántos muertos realmente existen por COVID 19, díganme si la gente que muere en la casa antes de un diagnóstico forman parte de estas cifras”.
El Gobierno solicitó a Guayaquil un terreno para una fosa común. Pero este lunes, el presidente Lenín Moreno dispuso que no se realicen fosas comunes sino “entierros dignos”. Se cavarán tumbas y se usará los nichos disponibles. El Régimen espera terminar de retirar los cuerpos en las próximas 12 horas. Por lo menos 100 cuerpos van a ser sepultados entre hoy y mañana en nichos que ya están listos. Habría un 45% de incremento de muertes en Guayas “por este problema”, dijo Jorge Wated, presidente de Banecuador, funcionario encargado de esta tarea en el Puerto Principal.
Por esto las cifras de muerte que se conocen por COVID 19 no son confiables. Nuestro compañero Agente Metropolitano murió y le pusieron en su acta de defunción como causa: INSUFICIENCIA RESPIRATORIA. NEUMONÍA VIRAL. Es parte de las estadísticas por COVID 19? pic.twitter.com/5yWBUJRG0a
— Cynthia Viteri (@CynthiaViteri6) March 30, 2020
Este lunes también, Romo dijo en cadena nacional que las familias deben reportar los casos al 911. Cuatro instituciones harán los levantamientos de los cadáveres en casas: Policía, Fuerzas Armadas, Criminalística y la Comisión de Tránsito. Aseguró que el acta de defunción podría sacarse línea y el Gobierno se hará cargo de los gastos de quienes no tengan servicios exequiales.
Después de varios días de insistencias y de testimonios en redes sociales, los mismos funcionarios han confirmado que muchas personas han abandonado cadáveres hasta en los hospitales y eso ha congestionado el sistema de salud.
Algunas funerarias en Guayaquil dejaron de operar por la emergencia. Las que aún operan solo atienden a las familias con fallecidos por cualquier enfermedad menos por COVID-19. Foto referencial API
Ser funerario sin materia prima
Viviana Olivares, dueña de la Funeraria que lleva su apellido, atendió a ocho clientes el pasado viernes. Un aumento significativo para los dos clientes que solía atender antes de la emergencia. Desde el lunes pasado, registró una mayor demanda. Aparentemente no son por COVID-19, según le confirmaron los familiares. Estos tenían como causas hipertensión, vejez o enfermedades preexistentes. “¡Pero de cuando acá muere tanta gente y en el domicilio!”, exclamó. La entrevista se cortó varias veces porque debía responder llamadas.
Hay funerarios que a pesar de no atender se han convertido en guías de quienes no saben qué hacer con su familiar muerto en casa y les sugieren llamar al 911. Hay quienes exigen el certificado médico emitido por una casa de salud antes de proceder a atenderlos. “Es un caos”, dijo Iván Gallegos, dueño de la funeraria lleva su nombre.
Pero la señora Olivares trata de ir más allá. “Yo no tengo corazón para no ayudar a las personas”. Asegura que lo único que ha podido ofrecerles es una caja mortuoria y la formalización del cuerpo mientras no mueran por COVID-19. Otros funerarios solo entregan “cajas habladas”, es decir, cuando el familiar pagó por anticipado antes de la emergencia sanitaria.
Los funerarios también han entrado en crisis porque se les está terminando los cofres. Herrera, por ejemplo, ha llegado a vender hasta 20 cajas en su solo día.
Hay funerarios que a pesar de no atender se han convertido en guías de quienes no saben qué hacer con su familiar muerto en casa y les sugieren llamar al 911. Hay quienes exigen el certificado médico emitido por una casa de salud antes de proceder a atenderlos. “Es un caos”, dijo Iván Gallegos, dueño de la funeraria que lleva su nombre.
Otros funerarios solo entregan “cajas habladas”, es decir, cuando el familiar pagó por anticipado antes de la emergencia sanitaria.Pero la señora Olivares trata de ir más allá. Aseguró que lo único que ha podido ofrecerles es una caja mortuoria y la formalización del cuerpo mientras no mueran por COVID-19. “Yo no tengo corazón para no ayudar a las personas”.
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