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4 de Diciembre del 2014
Historias
Lectura: 22 minutos
4 de Diciembre del 2014
Redacción Plan V
¿Quién mató a José Tendetza?

Fotos: Cortesía de Lupita De Heredia

José Tendetza en primer plano. El dirigente antiminero shuar fue encontrado muerto luego de cinco días de desaparecido. Su cadáver estaba flotando en un río, amarrado de pies y manos.

 

El cuerpo del dirigente antiminero shuar José Tendetza, apareció amarrado. Estaba por viajar a la Cumbre de los Pueblos, en Lima, para denunciar la explotación minera china en Cóndor Mirador. Fue un activo dirigente en contra de la minería a gran escala, defendió el territorio shuar y su cadáver fue enterrado sin avisar a su familia. El ministro del Interior dijo que los resultados de la autopsia oficial dicen que fue estrangulado.

Carta enviada al Banco de Desarrollo de China, la cual también fue firmada por José Tendetza.

Dos años antes de su muerte, José Isidro Tendetza, shuar de 47 años de edad, llegó una tarde a su casa, que queda en el camino a la mina, y vio cómo gente que decía ser guardias de la empresa minera destruían su casa y su aja o chacra. La empresa requería de su tierra para continuar su expansión minera. Pero Tendetza, un aguerrido dirigente de su nacionalidad, no se allanó ni dejó que lo desalojaran: “De aquí solo me sacan muerto”.

El 3 de diciembre del 2014, unos motoristas caoneros encontraron su cadáver, amarrado de pies y manos con una soga azul, flotando en el río Chuchumbletza, tributario del gran río Zamora. Fue en el cantón El Pangui, zona minera.

Por la disposición del cuerpo, la propia Policía local presumió que se trató de un asesinato. José Tendetza llevaba desaparecido desde el 28 de noviembre, cuando salió de su casa convocado a una reunión en la cual se tratarían los temas que debía llevar a la Cumbre Climática, en Lima. Tenía un encuentro en la comunidad de Bomboiza, organizado por su amigo Domingo Ankuash, uno de los dirigentes históricos del pueblo shuar, para analizar la situación de la explotación minera en la zona.

Lea también el informe sobre el contrato de Ecuacorriente en la zona de Cóndor Mirador.

Fue el propio Ankuash que lo llamó primero insistentemente, y luego llegó a su casa tras un recorrido de varias horas. La familia tampoco sabía lo que había pasado. No era hombre de desaparecerse así nomás sin avisar. Menos cuando había sido objeto de varias amenazas de muerte por parte de gente que él y sus colegas pensaban era gente vinculada a la minera. Se la tenían jurada: en enero del 2013 fue uno de los firmantes de la acción por violación de los derechos de la naturaleza, interpuesta contra el Estado ecuatoriano en instancias judiciales.

Ecuacorriente está controlada por la empresa china Railway Construccion Corporation, CRCC, y el grupo chinoTongling Nonferrous Metals.

En noviembre de ese año, la empresa Ecuacorriente, que explota la mina de oro Cóndor Mirador, en la esquina sur oriental de la Amazonia ecuatoriana, le puso una demanda con el fin de sacarlo de su tierra.

La reacción de Tendetza y otras familias shuar fue negarse a salir y renunciar a sus derechos de posesión ancestral. Ecuacorriente está controlada por la empresa china Railway Construccion Corporation, CRCC, y el grupo Tongling Nonferrous Metals. Esta última también es una empresa estatal china que opera en 30 países, especializada en producir minerales no ferrosos y productos químicos.

Ecuacorriente fue favorecida, en abril del 2013 con la firma de un acuerdo de inversión por USD 2100 millones, con el Estado ecuatoriano a través del Ministerio Coordinador de la Producción. La actividad minera es prioritaria en el llamado cambio de la matriz productiva que impulsa el gobierno. Y si se aprueba el paquete legal de reformas tributarias, enviado por el presidente Rafael Correa a la Asamblea Nacional con carácter de urgente, será beneficiaria de un congelamiento de tarifas, exoneraciones y deducciones por quince años renovables. Según el proyecto, las industrias básicas (petroquímica, siderúrgica, metalúrgica, entre otras) no pagarán impuestos por diez años. Habrá doble deducción para depreciación de activos.

Tendetza no llegaría a ver la aprobación de esos beneficios, empeñado en una guerra particular y cultural contra una empresa que insistía en sacar a la comunidad de sus tierras para explotar libremente la concesión minera. Una empresa a la cual él había denunciado también en enero del 2014, en una audiencia ante la Comisión Interamerican de Derechos Humanos (CIDH), en Washington, a donde fue en calidad de víctima y a pedir protección. Según el reglamento de la Comisión, el hecho de ser peticionario ante la CIDH le daba una protección especial.

Las acciones de este dirigente no se quedaron en la queja: junto con otros firmantes envió en este año  una carta  al señor Hu Huai  Bang, del Banco de Desarrollo Chino, cuestionando su financiamiento al proyecto Mirador y denunciando la acción de Ecuacorriente en la zona. Tendetza formaba con otros 16 dirigentes shuar, como representante de la comunidad de Yanua, cantón El Pangui.

Tendetza Antún era síndico de la comunidad shuar de Yanua. El 28 de noviembre salió de su casa por última vez para participar en la asamblea convocada por la Asociación Shuar de Bomboiza para tratar temas relacionados con la explotación minera en la provincia.

De acuerdo a las versiones de su hijo, Jorge Tendetza, en las fotografías presentadas por la Policía para el reconocimiento del cadáver pudieron constatar que José Tendetza “tenía su cuerpo amarrado con una soga azul”. 

El 2 de diciembre un grupo de trabajadores mineros encontró el cuerpo del dirigente indígena en uno de los afluentes del  Zamora y lo trasladaron por lancha a Yanzatza donde fue enterrado, según denunciaron los shuar.  No hubo protocolo de autopsia, como la ley exige en casos de muerte violenta o por motivos desconocidos. El argumento que se dio para enterrar el cuerpo sin que se haya avisado ni siquiera a su esposa, hijos y familiares, fue que emanaba mal olor y estaba en descomposición.

De acuerdo a las versiones de su hijo, Jorge Tendetza, en las fotografías presentadas por la Policía para el reconocimiento del cadáver pudieron constatar que José Tendetza “tenía su cuerpo amarrado con una soga azul”, lo cual hace presumir a la familia de que se trató de un asesinato.

La información de esta muerte, proporcionada por Domingo Ankuash dice que “la muerte del dirigente se da en el contexto de una violencia creciente debido a la presencia minera instalada en la zona, que hasta el momento ha cobrado la vida de tres dirigentes miembros de la nacionalidad Shuar por la defensa de sus territorios. Antes de este lamentable hecho, Bosco Wisum fue asesinado durante las movilizaciones en defensa del agua en septiembre del 2009; y posteriormente se dio el asesinato de Fredy Taish en noviembre del 2013 por la incursión armada de militares que ingresaron a Piuns, mientras el realizaba con su familia actividades cotidianas en el río Zamora”.

Foto: Cortesía 

 

José Tendetza durante una de las reuniones   de la organización de la cual era síndico.

Posteriormente, empieza un proceso de acoso sistemático y de amenazas en su contra provenientes de gente vinculada a esta empresa minera y otras presentes en la zona, según denuncian sus familiares.

José Tendetza fue defensor activo de su territorio. Estaba previsto que el 5 de diciembre del 2014 presentara una denuncia en contra de la empresa Ecuacorriente ante el Tribunal por los Derechos de la Naturaleza, en la Cumbre de los Pueblos en Lima Perú.

Domingo Ankuash es bajo de estatura y tiene las cejas tupidas. No puede contener su asombro e indignación cuando preside la rueda de prensa el jueves 4 de diciembre, en la sede de Acción Ecológica, para denunciar la muerte y asesinato de su amigo y hermano shuar. Lo flanquean las mujeres de la Marcha de Mujeres Amazónica, de varias nacionalidades: zápara, kichwa, waorani… También mujeres de otras comunidades como las salasacas y afro ecuatorianas, reunidas en la capital para analizar las estrategias contra la violencia en las zonas mineras y extractivistas. 

Domingo Ankuash es bajo de estatura y tiene las cejas tupidas. No puede contener su asombro e indignación cuando preside la rueda de prensa el jueves 4 de diciembre, en la sede de Acción Ecológica, para denunciar la muerte y asesinato de su amigo y hermano shuar.

Ankuash luce su corona de plumas, símbolo de poder en la comunidad y un collar de piedras rojas y negras que atraviesa su torso.  Tiene 58 años y fue el guía del periodista  estadounidense Alexander Saitchik, y de la fotoperiodista Beth Wald, quienes pasaron varias semanas en la zona minera para escribir un artículo en la afamada revista digital Salon.com. Tuvo decenas de miles de lecturas en todo el mundo.

La nota se titulaba: “Para conseguir su oro, ellos tendrán que matarnos”.  Un reportaje que recoge la histórica lucha del pueblo shuar contra la minería y ahora contra el gobierno de Rafael Correa, aliado de los chinos en esta tarea. “No lejos de donde Ankuash y yo estamos sentados, decía el amplio reportaje publicado en enero del 2013, una empresa conjunta china encabezada por el China Railway Corp. está construyendo la infraestructura para una mina de cobre a cielo abierto con el nombre de Mirador. Al norte y al este de la concesión de China, el gigante de oro canadiense Kinross está preparando sus 39 lotes, incluyendo la envidia de la industria, Fruta del Norte, que se cree es el  mayor depósito de oro de Latinoamérica. Estos proyectos no son más que la primera ola; otros esperan desplegar las alas. Juntos amenazan la forma de vida shuar y las economías agrícolas y turísticas sostenibles de las provincias del sur del Ecuador. El Cóndor es un punto caliente de singular riqueza ecológica  y una importante fuente de agua para la más amplia cuenca del Amazonas, al este. Lo que pasa allí es de importancia global”.

Como el dirigente de los 8000 shuar que habitan la zona, Ankuash dijo a Salon.com que  el bosque siempre les había dado lo que necesitaban para vivir. “Y estamos dispuestos a defenderlo, como nuestros antepasados lo harían, con la fuerza de la lanza. Para obtener el oro, en primer lugar van a tener que matar a cada uno de nosotros”.

Para entender por qué se defiende tanto a esa pequeña esquina selvática del país, el periodista estadounidense citaba al biólogo Alfredo Luna, quien explicaba que el Cóndor “respira con más de 2.000 plantas y flores vasculares, incluyendo 40 variedades únicas de orquídeas. Es el hogar de cientos de especies endémicas de aves, reptiles, anfibios y mamíferos, decenas de los cuales eran nuevas para la ciencia. La minería a escala industrial en esa zona sería igual a  usar las Islas Galápagos como un campo de tiro", decía Luna.  "Su flora tiene un enorme potencial para beneficiar al hombre. Así que gran parte de ella, sólo hemos visto desde helicópteros. Antes de que siquiera sabemos lo que hay, que van a destruirlo".

Zaitchik escribió que la riqueza ecológica del Cóndor es “una consecuencia de la humedad inusual. Las montañas del Cóndor se asientan en los acuíferos masivos que contienen un buen pedazo de agua dulce del continente. Esta agua se escurre de innumerables grietas y derrama por innumerables cascadas. El volumen de lluvia se produce en el ciclo del agua del Cóndor es enorme, dice Luna, gracias a una mezcla única de altitudes, suelos endémicos, y los patrones de energía solar y eólica. El agua de lluvia pesada alimenta decenas de pequeños ríos que serpentean hacia el este en los ríos Zamora y Santiago, que sostienen la economía agrícola de la región. Estos eventualmente se fusionan con el río Marañón en el Perú, un importante afluente de la cuenca amazónica continental”.

"Los indios no pueden dar lecciones a nadie sobre el medio ambiente", resopló. "Cazan, ¿sabes? Pescan con hojas de veneno que arruinan los ríos. Talan árboles. Ellos sólo quieren el dinero de nosotros".

Esta red de microclimas, sentenciaba Luna en Salon.com "no sobrevivirá a la violencia de la gran minería. Todo comienza con la lluvia y los ríos, y la minería afectará las precipitaciones, secando y contaminando bisagras importantes en el sistema del río Amazonas. Los necios no entienden que molestar a una parte perturba el conjunto".

Salon.com también fue hasta las oficinas de la empresa en el complejo minero, que se encuentran al final de la línea comercial de la polvorienta calle principal de El Pangui. “En el hall de entrada, un cartel mostraba gerentes chinos y empleados locales en cascos de trabajo juntos. Otro cartel ofrecía ranas verdes brillantes y anunciaba el patrocinio de un concurso de fotografía ambiental de la compañía. Me dirigieron a la oficina de Ruth Salinas, locuaz oficial de comunicaciones de la empresa, relata el periodista. Ella rechazó la idea de que la minería socavaría la actividad agrícola local y el turismo y lanzó una diatriba contra los shuar. "Los indios no pueden dar lecciones a nadie sobre el medio ambiente", resopló. "Cazan, ¿sabes? Pescan con hojas de veneno que arruinan los ríos. Talan árboles. Ellos sólo quieren el dinero de nosotros, pero no son lo suficientemente responsables como para usarlo. Ellos no hacen otra cosa que ver crecer la yuca y beber cerveza y chicha".

“Cuando me levanté para salir, metió la mano en una caja y me dio un poco de literatura ECSA. Uno de los panfletos tenía en su portada una chica bonita con el vestido tradicional indígena, en cuclillas junto a un arroyo. Por encima de ella, decía: "Cobre: Una nueva era para la Nación”.

Se estima que la concesión contiene 11 000 toneladas de oro. Es una de las minas más apetecidas por las empresas chinas, que también operan en Perú, Chile y México. El contrato en Cóndor Mirador incluye el uso de las tierras y la roca residual. Una señal de que en esos residuos se pudiera encontrar molibdeno, un metal raro que se usa en aleaciones metálicas para la construcción de aviones y vehículos; también se emplea en la industria de isótopos nucleares, en pigmentos, y en capas de metal protectoras de los transistores.

Las mujeres que hicieron la marcha a Quito desde la Amazonia expresaron su tristeza e indignación por el hecho. Culparon de los actos de violencia a las transnacionales petroleras y mineras.

La muerte violenta de José Tendetza causó conmoción entre los activistas que se autodenominan defensores de la naturaleza, como los Yasunidos. Uno de sus miembros,  David González consideraba al dirigente fallecido como "uno de los suyos".  También algunas de las mujeres que hicieron la marcha a Quito desde la Amazonia expresaron su tristeza e indignación por el hecho. Culparon de los actos de violencia a las transnacionales petroleras y mineras, que actúan, según ellas, con el apoyo del gobierno. Zoila Castillo, dirigente de la cuenca del Bobonaza, recordó que su lucha no es en este Gobierno sino desde hace décadas, por proteger a la naturaleza y a las comunidades ancestrales. Las mujeres, que durante una semana caminaron desde sus comunidades hasta Quito, llegaron a su destino a mediados de octubre del 2013. Entonces presentaron un documento al Presidente de la República y a la Presidenta de la Asamblea Nacional rechazando la explotación petrolera del Yasuní, la Décima Ronda Petrolera y la explotación minera a gran escala. No fueron recibidas por estos dos dignatarios y hasta ahora esperan respuestas a sus cartas. Castillo denunció que los casos de muertes violentas pasan en toda la Amazonia: “como mujeres amazónicas, denunciamos a las transnacionales petroleras y al Gobierno nacional”, dijo.

José Tendetza es el tercer shuar fallecido en este enrarecido clima de enfrentamiento vinculado a la explotación minera, entre las comunidades, el Estado ecuatoriano y las empresas chinas en esa zona. Pero es el primer dirigente antiminero activo muerto. Estaba perseguido y acosado para abandonar la resistencia,  pero él preparaba su viaje a Lima para continuar con sus denuncias.

El Gobierno nacional, ocupado como estaría en recibir a los Presidentes y Cancilleres de la UNASUR, no se pronunció de inmediato sobre estos hechos. Tampoco la empresa minera que opera en Cóndor Mirador. La familia de Tendetza esperaba entonces la resolución para hacer una autopsia del cadáver. 

Hace dos años, hubo un encuentro antiminero en la zona de Zamora. Todas las comunidades shuar y achuar se juntaron para rechazar la actividad que han declarado como contaminante. En esa cumbre, la comunidad Yaupi hizo una declaración: "No vamos a dar un paso atrás en la defensa de nuestros territorios. Los intrusos serán sometidos al castigo de nuestros antepasados. Cualquier derramamiento de sangre estará en manos del gobierno”.

(Actualización) 

Que se ahogó pescando en el río, dijeron...

La primera versión policial sobre la muerte de Tendetza fue que se habría ahogado en el  río, porque estuvo pescando. Se supone que es resultado de una primera autopsia que determinó que no hubo signos de violencia en el cuerpo del líder antiminero. Pero la versión extraoficial no cuadra a la dirigencia shuar. Raúl Ankuash, síndico de la comunidad, dijo a Plan V que se hizo una nueva autopsia por exigencia de la familia y de sus hermanos shuar, y esa estaba por verse los resultados. Reniegan de la versión del ahogamiento, pues “no es parte de nuestra cultura pescar con soga, como apareció el cadáver, con una soga alrededor de la cintura y en sus manos”.

Finalemente, el ministro del Interior, José Serrano, hizo público el resultado de la segunda autopsia: la hipótesis más cercana es que fue estrangulado, dijo, y ofreció USD 100 000 de recompensa para quien diera pistas sobre los asesinos.

Sin embargo, los shuar no confían en nada que tenga que ver con una investigación independiente de la Fiscalía o la Policía Judicial, por el  antecedente de haber enterrado el cuerpo sin dar aviso  los familiares ni a la comunidad. El prefecto de Zamora, Salvador Quishpe, pidió incluso una comisión internacional  para que investigara esta muerte.

Ankuash ratificó que el dirigente fallecido fue el 28 de noviembre a participar en una reunión de las comunidades con dos autoridades del gobierno. El tema central de la reunión era que el Estado había entregado concesiones mineras a empresas, entre ellas a ECSA (Ecuacorriente S.A.) dentro de territorio shuar. Y esa ha sido la causa de los conflictos en los últimos años.

Cuando finalmente pudieron recuperar el cadáver, cuenta Ankuash, miembros de la Policía habrían dicho a su familia de “de gana pierden el tiempo buscando un abogado”.  El síndico dijo que extraoficialmente conocen que el resultado de la segunda autopsia es que había sido una muerte violenta. Lo cual se ratificó. “Hablamos también con la persona que encontró el cadáver y nos dijo que tenía golpes en la cabeza y moretones en el cuerpo y un orificio, como de bala, a la altura de la axila”, dijo Ankuash. 

El dirigente shuar Domingo Ankuash se reunió con el jurista español Baltazar Garzón para pedirle que apoye una veeduría internacional que investigue el asesinato de José Tendetza. 

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¿Quién mató a José Tendetza?
 


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