Las tres primeras taras del quiteño son alta accidentalidad vinculada al tránsito; propensión a la pelea, la riña, la bronca callejera; intolerancia a la diversidad o abierta discriminación.
En abril de 2010 se aplicó en Quito la Encuesta de Cultura Ciudadana. Una iniciativa del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) junto con Corpovisionarios, organización creada por Antanas Mockus, dos veces alcalde de Bogotá, senador y excandidato a la presidencia de Colombia. La encuesta (54 preguntas) se aplicó a 1600 personas de diversos estratos sociales, en convenio con el Municipio de Quito y con la participación de una encuestadora local.
La encuesta se aplicó en más de 20 ciudades latinoamericanas, entre ellas Bogotá, Bello Horizonte, Cali, Caracas, La Paz, Medellín, México D.F., Monterrey y Quito, así como en Uruguay (2012).
El objetivo era promover la cultura ciudadana a fin de mejorar la seguridad y la convivencia en las ciudades.
Por cultura ciudadana se entiende: "el conjunto de costumbres, acciones y reglas mínimas compartidas que generan sentido de pertenencia, facilitan la convivencia urbana y conducen al respeto del patrimonio común y al reconocimiento de los derechos y deberes ciudadanos”.
La encuesta midió percepciones, actitudes y comportamientos de la sociedad frente a: Ley, Moral y Cultura, Sistemas reguladores del comportamiento, Movilidad, Tolerancia, Cultura Tributaria, Cultura de la Legalidad, Seguridad, Disposición a realizar acuerdos, Participación Comunitaria, Confianza, y Mutua Regulación o Regulación Social.
Nueve problemas principales de cultura ciudadana en Quito
Los resultados de la encuesta, entregados a las autoridades de la ciudad en diciembre del 2010, destacaron nueve problemas principales de cultura ciudadana en Quito:
1. Alta accidentalidad vinculada al tránsito
2. Propensión a la pelea, la riña, la bronca callejera
3. Intolerancia a la diversidad o abierta discriminación
4. Incumplimiento de la ley y de la legalidad
5. Predisposición a la justicia por mano propia
6. Posición favorable a portar armas para protegerse
7. Indiferencia frente a la violencia contra niñas y niños
8. Débil confianza interpersonal
9. desconfianza en la justicia y las autoridades judiciales.
La desconfianza interpersonal entre quiteños es muy alta. siete de cada 10 personas dijo desconfiar de los demás. Hay alta intolerancia también.
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Quito tiene altas tasas de muerte por accidentalidad vinculada al tránsito.
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La intolerancia frente a la diversidad incluye machismo, racismo, xenofobia, homofobia. Tres de cada cuatro personas encuestadas contestaron que no quisieran tener como vecinos a prostitutas u homosexuales; cuatro de cada 10 dijeron lo mismo de enfermos de Sida; y cuatro de cada 10 respecto de colombianos, cubanos y rockeros.
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La predisposición a la justicia por mano propia es alta. 54% de las personas encuestadas dijeron avalar que un grupo de personas propine una paliza a un ladrón, si es atrapado. Tres de cada 10 personas se pronunció a favor de portar armas para defenderse.
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La desconfianza interpersonal es muy alta. Siete de cada 10 personas dijo desconfiar de los demás.
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Aumenta el número de crímenes y la violencia con que se cometen, a la vez que surge y se afianza el sicariato. Secuestros exprés, violaciones, desaparición de personas, asesinatos de jóvenes, femicidios, conmocionan a la ciudad. La venganza era en 2009 la tercera causa de homicidio: en 2011 pasó a ser la primera, desplazando a las riñas, que ocupan el segundo lugar. El consumo de alcohol y de drogas agrava los comportamientos violentos. Menos del 5% de los delitos es cometido por extranjeros (Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana-OMSC). La situación ha mejorado notablemente en relación a la tasa de homicidios: en 2016, Quito se ubicaba entre las 10 ciudades más seguras de América Latina, ocupando el quinto lugar, según el Igarapé Institute Homicide Monitor.
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Entre las ciudades latinoamericanas encuestadas, Quito tiene la mayor disposición a desobedecer las leyes y la mayor predisposición al linchamiento. Un ejemplo de lo primero es la disputa por los resultados de la Consulta Popular 2011, entre otros en torno a la pregunta referida a las corridas de toros. Se han vuelto comunes los ataques a agentes de policía y de tránsito.
- La violencia contra niños y niñas es muy alta y va en aumento en el país, generando alarma nacional e internacional. Según la Primera Encuesta Nacional de Niñez y Adolescencia realizada por el Observatorio de la Niñez y la Adolescencia (ODNA) en 2010, desde 2004 subió de 20% a 30% el número de encuestados que describían castigo violento por parte de profesores a alumnos que "se portan mal"; también aumentó el maltrato de padres de familia a niños y niñas entre 6 y 11 años, y las muertes de adolescentes por causas violentas: accidentes, suicidios y homicidios. En 2015, según la encuesta de la niñez y la adolescencia 2016, 26% de los niños, niñas y adolescentes de 5 a 17 años decía recibir trato violento por parte de sus profesores cuando no hacen los deberes o cometen alguna falta; esto incluye golpes, insultos, burlas y restricciones en el tiempo del recreo.
Según el informe Situación de la Niñez y Adolescencia en Ecuador: Una mirada a través de los ODS (UNICEF, 2018), 3 de cada 10 niños y adolescentes sufre castigo físico de sus padres, 1 de cada 4 recibe trato violento de sus profesores, 1 de cada 5 es víctima de bullying, 40 niñas entre 10 y 14 años dan a luz cada semana, 1 de cada 4 niños y niñas menores de 5 años padece desnutrición crónica.
- Una encuesta nacional realizada por FLACSO-Ecuador en 2014 (las anteriores ediciones fueron en 2010 y en 2012) - acerca de actitudes y percepciones de los ecuatorianos en torno a política internacional arrojó, una vez más, que "El ecuatoriano mira con recelo al extranjero" (El Comercio, 7 nov. 2015). Estados Unidos aparece de manera reiterada como el país con la opinión más favorable.
Los problemas identificados en esta encuesta son marca del mundo en que vivimos y parte del cuadro más amplio de país. En Quito muchos de ellos son de largo arrastre.
El contexto nacional
Los problemas identificados en esta encuesta son marca del mundo en que vivimos y parte del cuadro más amplio de país. En Quito muchos de ellos son de largo arrastre y reconocibles para quienes vivimos en esta ciudad.
Observamos en el Ecuador y en Quito específicamente:
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Delincuencia e inseguridad, incluyendo homicidios y femicidios, temas nuevos para Quito, tradicionalmente considerada una ciudad hospitalaria y segura.
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Inseguridad vial, con recurrentes accidentes y saldo de muertos y heridos. El tráfico se ha vuelto insoportable tanto para automovilistas como para peatones y ciclistas. Quito ocupa el lugar 20 entre las ciudades con más tráfico en el mundo (2018).
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Fuerte confrontación social y política, machismo y racismo, falta de diálogo y participación sociales, denostación de la crítica, actitudes y liderazgos autoritarios e intolerantes, insultos y amenazas cotidianos en el escenario púbico, los medios, las redes sociales, etc.
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Exacerbación de la violencia contra niños y niñas en el hogar y en la escuela, por parte de padres de familia y profesores, y entre alumnos (bullying). El suicidio ha pasado a ser la primera causa de muerte entre los adolescentes. A esto se agregan numerosos casos de acoso y abuso sexual en las instituciones educativas, destapados en los últimos años.
- Desconfianza en la justicia y sus instituciones.
Quito fue declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad (8 septiembre 1978). Es desde hace varios años ciudad asociada de la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras. En 2010 fue declarada Capital Americana de la Cultura 2011. En 2018 pasó a integrarse a la Red Mundial de Ciudades del Aprendizaje del UIL-UNESCO.
Preguntas necesarias
Frente a los problemas de cultura ciudadana identificados, cabe plantear/se una serie de preguntas que permitan perfilar estrategias de acción:
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¿Qué responsabilidad tienen en dichos problemas la familia, la comunidad, el sistema escolar, los medios masivos, el sistema y la cultura política, las organizaciones sociales, las instituciones religiosas, el Estado, los organismos internacionales?
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¿Qué clase de políticas y medidas hay que poner en marcha para lidiar con las condiciones objetivas que alimentan la inseguridad, la violencia fisica y verbal, la desconfianza en las instituciones y en las personas, el desprecio por la vida y por las leyes, la negligencia respecto de los niños, la violencia sexual, la homofobia, la xenofobia, los estereotipos y las discriminaciones de todo tipo?
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¿Qué espacios culturales, deportivos, recreacionales, de creación, expresión y participación es preciso crear, potenciar o aprovechar mejor en la ciudad?
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¿Qué información, formación y capacitación requieren los políticos, los empresarios, los servidores públicos, los profesores, los periodistas, los dirigentes de toda clase, los padres de familia, los vecinos, los policías, los choferes, los proveedores de servicios, la población en general?
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¿Qué clase de educación se requiere no solo en el sistema escolar (público y privado) sino en la familia, en la comunidad, a través de los medios de comunicación, en Internet?
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¿Qué clase de pedagogía familiar, escolar, social y política es preciso alentar y desarrollar?
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¿Qué clase de reglas de convivencia social es posible y necesario establecer, qué estímulos, qué sanciones, qué buenas prácticas?
- ¿Qué están haciendo o pueden hacer respectiva y articuladamente el municipio, el gobierno central, la ciudadanía organizada?
Cultura ciudadana y educación
Los déficits de cultura ciudadana se explican no solo en el marco local sino nacional y mundial. Pero es en el nivel local, puertas adentro de cada familia, de cada escuela, de cada organización, cuadra por cuadra, barrio por barrio, que es preciso encararlos y superarlos.
Los problemas (y las soluciones) atañen a toda la sociedad, no solo a la sociedad adulta sino también a los jóvenes y a los niños. Los problemas (y las soluciones) son de diversa índole: políticos, económicos, sociales, culturales, éticos, ideológicos, comunicacionales, educacionales, pedagógicos. Por tanto, no pueden ser encarados por una única institución ni solo a través de mensajes o campañas mediáticas. Es esencial el involucramiento de todos: familias, sistema escolar (de gestión municipal y nacional), medios de comunicación, lugares de trabajo, organizaciones sociales, religiosas y políticas, empresa privada, gobierno municipal, gobierno nacional. Se requiere información y sensibilización a todos los niveles y a través de todos los medios y recursos disponibles.
Los problemas (y las soluciones) atañen a toda la sociedad, no solo a la sociedad adulta sino también a los jóvenes y a los niños de quito.
Violencia, maltrato, desconfianza, intolerancia, indolencia, insolidaridad, son comportamientos que se aprenden y afianzan cotidianamente en todos los espacios: en la familia, en el barrio, en el grupo de amigos, en la escuela, en los medios de comunicación, en internet, etc.
Es fácil atribuir todos los problemas a la educación y endilgar todas las "soluciones" al sistema escolar. Pero la escuela sola no puede y no todo se resuelve con educación. Construir ciudadanía no es algo que puede confiarse a un programa de "educación ciudadana", a asignaturas remozadas de cívica o ética colgadas al currículum y a profesores capacitados para enseñarlas en las aulas. No se trata tanto de educar para la ciudadanía como en el ejercicio mismo de la ciudadanía. Esto va más allá de un programa o una asignatura escolares, más allá del sistema escolar municipal y más allá de las aulas.
Hacia una ciudad educadora y una ciudad del aprendizaje
La verdadera calidad de la educación no se percibe en las pruebas ni en los ránkings escolares sino en la calidad ciudadana y en la calidad de la convivencia social.
La misión de la educación es contribuir a formar ciudadanos - niños, jóvenes y adultos -, personas amables, respetuosas, empáticas, generosas, serviciales, conscientes de sus derechos y obligaciones, capaces de comprender y ejercer los principios del Buen Vivir: armonía con uno mismo, con los demás, con la naturaleza y el entorno.
Una ciudad educadora no es solo la que invierte en educación, construye y equipa escuelas, distribuye libros y computadoras, inaugura plazas y parques, crea y promueve espacios culturales, deportivos y tecnológicos para disfrute de todos. Una ciudad educadora propicia entre sus habitantes - niños, jóvenes y personas adultas - valores y actitudes que hacen al buen ciudadano, al buen vecino y vecina.
Los problemas están identificados. ¡Manos a la Obra!
[RELA CIONA DAS]
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