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19 de Enero del 2021
Historias
Lectura: 14 minutos
19 de Enero del 2021
Redacción Plan V
Las razones del dramático impacto de la Covid en Guayaquil
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En mayo de 2020, ante el rechazo colectivo de la propuesta de abrir fosas comunes, se habilitaron cementerios para los fallecidos en Guayaquil.  Foto: José Sanchez. AFP 

 

Un reciente estudio de la Plataforma por el Derecho a la Salud evidencia que el impacto de la enfermedad en Guayaquil no es casualidad, sino que se explica por el desarrollo desigual y excluyente de la ciudad portuaria y por sus condiciones de falta de servicios básicos y hacinamiento en amplios sectores de la población.

No fue casualidad ni mala suerte. Guayaquil -y en especial sus barrios más pobres y sin servicios- sufrió de manera dramática el embate de la primera ola del coronavirus, con escenas nunca antes vistas en el país de cadáveres abandonados en las calles, saturación hospitalaria y hasta extravío de cuerpos dentro de los hospitales como consecuencia de un modelo de desarrollo que los políticos locales llaman "exitoso" pero que despierta dudas.

Y, actualmente, se enfrenta a un nuevo aumento de casos, si bien el impacto de los infectados se concentran actualmente en Quito y la provincia de Pichincha. Pero en Guayaquil, la ocupación de camas en las Unidades de Cuidado Intensivo (UCI) se estima entre el 98 y el 100% en el IESS, entre el 88 y el 90% en los hospitales estatales y entre el 89 y el 100% en clínicas y hospitales privados. 

Según recientes reportes del COE de Guayaquil, el número de muertes por Covid en la ciudad aumentó de 8,7 a 14,3. Las muertes por día en Guayaquil han ido en aumento desde diciembre. El 4 de enero, el COE informó que las muertes subieron de 4,8 a 7 diarias entre el 28 de diciembre de 2020 y el 3 de enero de 2021. Luego aumentó entre 7 a 8,7 en la siguiente semana y el último reporte lo estima en 14,3. Carlos Salvador, director municipal de Salud, citado por medios locales, dijo que "es bastante preocupante y tenemos la resultante del doble de fallecidos por semana". Entre el 11 y 17 de enero, la tasa de casos sospechosos subió de 12,3 a 12,4. Voceros municipales dijeron también que se están detectando más casos en Mapasingue y Fertisa, dos sectores populares, mientras el Municipio le apuesta a distribuir ivermectina, un medicamento cuyo efecto contra el coronavirus no ha sido probado, pero que, sostiene, entregan en el marco de una campaña de "desparasitación". 

Pero un reciente estudio realizado por la Plataforma por el Derecho a la Salud busca las causas del impacto de la enfermedad en la ciudad de Guayaquil en su desarrollo socioeconómico. En efecto, según el libro "Guayaquil: la ficción de un éxito, el impacto de la pandemia de Covid-19", de Patricia Sánchez Gallegos  y Giannina Zamora Acosta, el "desarrollo desigual" es una de las explicaciones de lo que ocurrió y sigue ocurriendo en el Puerto Principal.


Médicos del Municipio distribuyen en las calles un antiparasitario cuya eficacia como tratamiento contra el coronavirus es considerada no probada. Foto Twitter Cintya Viteri

La tormenta perfecta

"¿Qué factores incidieron para  que Guayaquil presente, durante los meses críticos del azote de la pandemia, una de las tasas de  mortalidad y letalidad más altas de América Latina?", se preguntan las autoras, que recuerda que la ciudad fue víctima de una epidemia de fiebre amarilla durante el siglo XIX.

Al respecto, las autoras señalan que "la densidad de población, el intercambio socioeconómico, el modelo cultural, las relaciones sociales, los sistemas de  movilidad, la vulnerabilidad residencial, la falta de espacio de calidad, la inestabilidad residencial  y la falta de acceso a la vivienda son todos factores que inciden en la propagación del virus". Las autoras explican que analizaron, sobre todo, lo ocurrido entre marzo y junio de 2020, con énfasis en el período marzo-abril del año pasado, cuando en Guayaquil se sintió con más fuerza la primera ola del coronavirus en Ecuador.

Las autoras explican que analizaron, sobre todo, lo ocurrido entre marzo y junio de 2020, con énfasis en el período marzo-abril del año pasado, cuando en Guayaquil se sintió con más fuerza la primera ola del coronavirus en Ecuador.

Como insumos de su estudio, utilizaron las bases de datos del Covid-19 del Ministerio de Salud Pública (MSP), los datos de fallecidos del Registro Civil, la base de datos proporcionada por el Comité de Derechos Humanos de Guayaquil y la Defensoría del Pueblo, y los planos oficiales del Municipio de Guayaquil.

Patricia Sánchez (arquitecta, especialista en planificación urbana) y Susana Arciniegas (experta en geomática) utilizaron para este estudio mapas y bases de datos de acceso público de Guayaquil. 

Así mismo, utilizando los criterios del Censo de 2010, pudieron establecer los niveles socioeconómicos en la ciudad, que se dividen en alto, medio alto, medio, medio bajo y bajo.


Miles de personas murieron en Guayaquil en la primera ola de coronavirus, que colapsó hospitales, funerarias y cementerios. 

Un cruce de variables

Al cruzar estas distintas variables, pudieron determinar que, por ejemplo, buena parte de la infraestructura hospitalaria de la ciudad se concentra en la zona centro norte y hacia el costado sur. También en esa zona se reportaron la mayor cantidad de casos de Covid 19 en los meses estudiados. Con relación a la mortalidad, en cambio la investigación pudo determinar que la gran mayoría de casos de personas muertas en casas y calles se concentraron en los barrios cuyos suelos son de origen informal, tanto en el norte, cuanto en el centro y sur de Guayaquil. Este tipo de muertes se registraron también, con alta incidencia, en zonas de vivienda social tanto del Estado cuanto del Municipio, pero en menos proporción en los barrios de las clases medias y altas de la ciudad.

El estudio pudo establecer que los casos de covid se concentraron en zonas que sí cuentan con agua potable en el centro, norte y sur de la ciudad, y en donde el agua llega por medio de carros repartidores a menos del 15% de la población.

La investigación pudo determinar que la gran mayoría de casos de personas muertas en casas y calles se concentraron en los barrios cuyos suelos son de origen informal, tanto en el norte, cuanto en el centro y sur de Guayaquil.

Pero quienes más murieron en casas y calles, en cambio, fueron los habitantes de barrios en donde no hay agua potable o donde se proveen de agua solamente por medio de carros repartidores o tanqueros. Esto fue especialmente evidente en los barrios populares del este de la ciudad, así como en zonas que no se consideran tan pobres -siempre según los criterios del censo del INEC- en el costado sur de Guayaquil.

Si bien los casos confirmados de Covid se concentraron en los barrios del centro norte de la urbe, donde se considera que la incidencia del hacimiento es menor, al cruzar las muertes reportadas en calles y casas con el indicador de hacimiento, se pudo notar que, al igual que en el caso del agua potable, hubo más fallecimientos en hogares en los barrios pobres del este y del sur de la ciudad.

"Las zonas con el mayor número de casos registrados de fallecidos por Covid-19 son las parroquias  Febres Cordero (Suburbio), Ximena (Guasmo), Tarqui (Mapasingue, Sauces) y Pascuales (Bastión  Popular, Pascuales, barrios hacia el oeste de la vía perimetral)", explican las investigadoras. La mayoría de estos -salvo Sauces- son barrios populares.

Por otro lado, comentan que "Esta emergencia sanitaria, que en el Ecuador tuvo su epicentro inicial en Guayaquil, estuvo agravada, entre otros factores, por la decisión del gobierno de priorizar el pago de la deuda externa en desmedro de las necesidades de la salud pública, por una galopante corrupción en el sector salud que involucra a altas autoridades del gobierno y de la Asamblea Nacional, y por un conflicto político entre los poderes local y nacional que no permitió mínimos niveles de coordinación  para articular acciones complementarias en una sola dirección".

El "modelo exitoso" que dejó la puerta abierta a la pandemia

Las autoras destacan que "a partir de los años 90 Guayaquil entra en el proceso de globalización. Redefine su gestión local  hacia un modelo basado en el mercado, caracterizado por una gestión empresarial en la que  prima la eficiencia en la administración, la privatización de los servicios públicos y la asociación  público-privada para la ejecución y administración de los grandes proyectos urbanos".

Según las expertas, "este modelo se ha mantenido y profundizado hasta la actualidad; además, consolidó el histórico fenómeno  de pobreza urbana y desigualdad territorial que, al privilegiar la obra física por sobre la inversión  social y comunitaria, ha favorecido la acumulación de capital, generando proceso de fragmenta ción urbana y aumentando las disparidades sociales".

En ese marco, las autoras reseñan la concesión, a 30 años, que el Municipio hizo de las redes de agua potable y alcantarillado de Guayaquil a una empresa privada, llamada Interagua. "Las inversiones que efectúa Interagua se concentran en zonas  con mayor rentabilidad, privilegiando las viviendas privadas de alto estándar y los programas  municipales, muchos de los cuales no están en uso o no han entrado aún al mercado inmobiliario,  mientras que amplias zonas como Monte Sinaí y Ciudad de Dios, donde actualmente viven cerca  de 250.000 personas, carecen de agua potable y alcantarillado en redes", sostienen. 


La mayoría de muertes en las calles y casas se produjeron sobre todo en los sectores marginales y en los suelos de asentamientos informales del este de la ciudad. 

"Las inversiones que efectúa Interagua se concentran en zonas  con mayor rentabilidad, privilegiando las viviendas privadas de alto estándar y los programas  municipales".

"La zona de Monte Sinaí se comenzó a  poblar aproximadamente desde el año 2000, lo que implica que en una familia de estos sectores  populares demora un promedio de 20 a 25 años antes de contar con el servicio de agua potable regularizado", apuntan las investigadoras. Citando a otros investigadores, las autores precisan que la concesión del agua potable y el alcantarillado en Guayaquil prospera gracias a un contrato "muy bondadoso". "En el año 2019 Interagua facturó ingresos por 166 millones de dólares y utilidades por 19 millones de dólares. Consta entre las 100 empresas con mayor facturación en el país. Sus ingresos  provienen de la venta de agua a 550.000 clientes cautivos en Guayaquil", entre otros rubros. A pesar de esta concesión, precisan las autoras, "el cantón Guayaquil tiene una cobertura de agua potable por la red pública del 85,92%, y una  cobertura de alcantarillado del 61,67. Haciendo una comparación, se observa que el cantón Quito tiene una cobertura de agua potable por red pública de 96% y un 90,9% de  cobertura de alcantarillado a pesar de que Guayaquil tiene el mismo nivel de importancia económico y financiera que Quito".


Monte Sinaí es un barrio marginal de Guayaquil donde se estima que la provisión de agua ha tomado por lo menos 25 años. Foto: EL COMERCIO. 

Por otro lado, a la falta de agua se debe sumar el hacinamiento: el “16,6% de la población vive en casas precarias que no superan los 60 metros cuadrados, bajo condiciones de hacinamiento. Este dato corresponde a 378.000 habitantes. El total de casas con carencias de espacio y servicios básicos representa el 20% de los  inmuebles en la ciudad de Guayaquil", destacan. Además, "Los sectores que presentan mayor densificación y valores de hacinamiento se localizan en las zonas pobladas fuera del límite urbano, como Monte Sinaí, Ciudad de Dios y Voluntad de Dios", precisamente en donde hubo una alta incidencia de muertes por covid en los hogares. 

Otro elemento que destacan es que con el modelo de las fundaciones, el Municipio de Guayaquil ha encomendado tareas a entidades de derecho privado que son los que contratan empleados, por lo que puede promover la imagen de que solo destina el 15% de su presupuesto al gasto corriente. 

Las cifras de la "regeneración urbana" de la ciudad también llaman la atención: "barrios periféricos de la ciudad, conocidos por su situación de precariedad y vulnerabilidad, que albergan a 888.675 personas y representan el 76% de la población,  reciben el 46% de la inversión; en tanto que barrios de clase media alta y alta, donde habitan  276.537 personas que representan el 24% de la población, reciben el 54% de la inversión".

Las autoras concluyen que el fuerte impacto de la pandemia en Guayaquil tuvo su explicación en un modelo de ciudad en donde el Municipio ha entregado competencias esenciales como el agua potable y el alcantarillado a empresas privadas, y donde amplios sectores de la población viven en marginalidad y pobreza. "La ausencia de políticas nacionales y locales parea enfrentar la pandemia mostró la frágil institucionalidad que tiene Guayaquil", finalizan.

 

 

 

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