

Solo uno de cada tres personas mayores de 40 años tiene empleo fijo. La incidencia mayor se da entre mujeres del sector rural. Foto: Luis Argüello. PlanV
De los 3,7 millones de personas mayores de 40 hasta los 65 años de edad, que participan en el mercado laboral ecuatoriano, solo 1 de cada 3 tiene un trabajo en condiciones de ocupación plena. Las dos terceras partes restantes trabajan en condiciones de subempleo o se encuentran buscando trabajo. Entre las personas de esa edad, que no tienen trabajo, el índice de pobreza supera el 36%, la más alta de cualquier otro grupo de edad en el Ecuador.
Es una edad en la cual es muy difícil conseguir empleo fijo o formal o recuperar uno que se haya perdido. Marieta González (nombre protegido), a sus 55 años lo sabe de sobra. Todos los días se levanta con la esperanza de que las decenas de solicitudes y aplicaciones que ha enviado le sean siquiera respondidas. Perdió su empleo por reducción de personal en una empresa privada, a donde fue a parar luego de veinte años de vida laboral en empresas pública y organizaciones del tercer sector. Ahí adquirió experticias y conocimientos en el área de educomunicación, donde desarrolló actividades de capacitación interna y externa. Tiene un masterado en relaciones internacionales, que lo hizo previendo que podía obtener certificaciones para obtener empleo en alguna transnacional o en el exterior. Ella, que vivió el paso de lo análogo a lo digital de manera acelerada, e impactó en su forma de trabajar y entender el mundo laboral, se capacitó también en las habilidades informáticas para mejorar su trabajo. Pero desde que su empresa redujo personal en el 2018, debido a la crisis económica, no ha podido colocarse en un puesto fijo. Desde entonces ha enviado centenares de aplicaciones, confiada en que su dilatada experiencia le diera una oportunidad en alguna empresa, organización o en el sector público.
Pero el mercado laboral no la toma en cuenta por su edad. Ha pasado estos años con las "chauchas" o eventuales de cualquier tipo. En su afán de perfeccionarse en lo digital ha seguido cursos, ha ofrecido servicios de educomunicación a una gran diversidad de empresas, ha hablado con el "amigo del amigo" de varios políticos, en organizaciones de la sociedad civil, en empresas relacionadas con conocidos, ex compañeros de trabajo, del colegio, de la universidad. No ha tenido descanso y ha trabajado intensamente para conseguir trabajo, pero no lo ha conseguido. Hasta antes de la pandemia pudo mantener su afiliación voluntaria al seguro, pero desde abril del 2020 le es imposible depositar los 65 dólares mensuales. Según la Encuesta de Empleo de diciembre de 2021, como ella podrían estar 2,4 millones de personas en el país.
"el 64,1% (2,4 millones de personas) del segmento mayor a los 40 años se encuentra en condiciones de subempleo o desempleo, lo cual afecta directamente a sus niveles de bienestar, ligados especialmente a una mayor probabilidad de entrar en condiciones de pobreza".
La Encuesta de Empleo de diciembre de 2021, dice que en el Ecuador la población entre 40 y 65 años de edad asciende de 4,7 millones de personas, de ellas 3,7 millones participa en el mercado laboral. De los 3,7 que es parte de la población económicamente activa, al mes de diciembre de 2021 solamente el 35,9% es decir 1,3 millones de individuos entre 40 y 65 años tiene un empleo en condiciones de ocupación plena lo que implica que este grupo de ciudadanos tiene un ingreso laboral de al menos una remuneración básica mensual y trabaja 40 horas a la semana.
De acuerdo a un informe analítico de los datos de la Encuesta, "el 64,1% (2,4 millones de personas) de dicho segmento se encuentra en condiciones de subempleo o desempleo, fenómenos que afectan directamente a sus niveles de bienestar ligados especialmente a una mayor probabilidad de entrar en condiciones de pobreza".
El estudio agrega que "desde una perspectiva de género, las mujeres tienen mayor proporción en condiciones de subempleo o desempleo respeto al grupo de individuos con ocupación plena; si bien en el mercado laboral las mujeres ya enfrentan dificultades en la inserción y obtención de plazas de empleo en ocupación plena, entre el grupo de mayores de 40 años es más acentuada esta realidad. En el grupo de subempleados y desempleados las mujeres representan el 49,6% del total mientras que, en grupo de ocupados plenos las mujeres representan el 34,7% de dicho segmento.
"Caso similar sucede con la autoidentificación étnica; para la población en análisis se observa una mayor cantidad de indígenas (12,6% del total de subempleados y desempleados) y montubios (8,5% del total de ese grupo) en relación a sus pares que tienen una condición laboral de pleno empleo (6,4% y 5,1% del total de ocupados plenos respectivamente)".
La informalidad laboral afecta a más de 2,4 millones de personas entre los 40 y 65 años de edad. Foto: Luis Argüello. PlanV
La zona rural es donde se reporta mayor cantidad de trabajadores mayores de 40 años en subempleo relación a sus pares con ocupación plena, dice el estudio. "El 37,5% de los trabajadores sin ocupación plena habitan en zonas rurales. Si bien el porcentaje es alto, la dinámica laboral actual en el Ecuador se concentra en las zonas urbanas. Desde la perspectiva de región natural, el grupo de no ocupados plenos se concentra en la Costa, el 55,3% de los ciudadanos de esta región tienen esta característica laboral. La ilustración 1 detalla los datos descritos en esta sección".
la incidencia de pobreza por ingresos entre el grupo de personas mayores de 40 años sin ocupación plena es del 32,6%, valor superior al dato nacional (27,7%); en el caso de los individuos con más de 40 años y que tienen ocupación plena la incidencia de pobreza es de solamente el 2,1%.
El informe señala que la incidencia de pobreza por ingresos entre el grupo de personas mayores de 40 años sin ocupación plena es del 32,6%, valor superior al dato nacional (27,7%); en el caso de los individuos con más de 40 años y que tienen ocupación plena la incidencia de pobreza es de solamente el 2,1%.
Señala que "la diferencia en la incidencia de pobreza extrema por ingresos entre ambos grupos en estudio es más pronunciada; en el caso de los individuos del grupo que no tienen ocupación plena el porcentaje de personas pobres extremas es de 11,4% (cifra mayor al promedio nacional de 10,5%), mientras que para el grupo de personas que si tienen ocupación plena no se reporta incidencia de este fenómeno entre los individuos de este segmento.
"Tomando en cuenta las características de la cantidad de años de escolaridad se aprecia que el grupo de personas mayores a 40 años que no tienen ocupación plena registran 8,8 años de escolaridad en promedio, en contrapartida, los pares que tienen ocupación plena tienen una escolaridad promedio de 12,8 años.
"Esta brecha es muy importante al momento de la contratación o integración hacia una plaza de trabajo en condiciones de ocupación plena, ya que las contrataciones van a preferir a individuos con mayor escolaridad.
"La brecha de promedio de años de estudio es uno de los determinantes de la amplia asimetría de ingreso laboral que existe entre ambos grupos en análisis. El ingreso laboral promedio de los ocupados plenos en diciembre de 2021 se ubicó en los US$ 884,59 mensuales mientras que en el grupo de los trabajadores que no tienen ocupación plena dicho ingreso mensual promedió los US$ 188,59.
"Poniendo en consideración que el grupo etario estudiado se encuentra en un rango en el que el costo de oportunidad de obtener un título universitario es muy alto se debe propender procesos de capacitación en diferentes habilidades laborales que otorguen mejores capacidades de trabajo hacia la población mayor de 40 años que no tiene un empleo en ocupación plena".
La demanda de empleo en el mercado laboral perjudica más a los mayores de 40 años de edad. Foto Referencial. Archivo Expreso
Los trabajadores mayores de 40 años en condiciones de subempleo o desempleo enfrentan una mayor probabilidad de ser pobre o pobre extremo por ingresos; este fenómeno está parcialmente determinado por la diferencia de escolaridad en relación a sus pares que tienen ocupación plena.
Dice el estudio que "las diferencias en la participación en el mercado laboral entre ambos grupos son grandes y adolecen de problemas determinados por características sociodemográficas de los individuos; las mujeres e individuos de minorías étnicas tienen una mayor probabilidad de no conseguir un trabajo con ocupación plena.
"Los trabajadores mayores de 40 años en condiciones de subempleo o desempleo enfrentan una mayor probabilidad de ser pobre o pobre extremo por ingresos; este fenómeno está parcialmente determinado por la diferencia de escolaridad en relación a sus pares que tienen ocupación plena".
El estudio recomienda que "es necesario implementar mecanismos legales que incentiven la capacitación en habilidades focalizados hacia la población mayor de 40 años y que no consigue un empleo pleno, esto debe estar acompañado de política pública que incentive la absorción de oferta laboral de este grupo etario; una serie de incentivos o normativa similar a la existente con el grupo de personas con discapacidad puede ser un mecanismo que en el corto plazo pueda aumentar la tasa de ocupación plena para los ciudadanos mayores de 40 años; siempre y cuando la economía tenga la capacidad de crear mecanismos que le permita absorber eses segmento de la fuerza laboral".
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