

Imagen referencial: PlanV
El pasado 16 de marzo, Ramiro Heliberto Cuenca-Campos se convirtió en el primer ecuatoriano con una condena en EEUU por posesión de pornografía infantil. Alia Moses, jueza de la Corte del Distrito Oeste de Texas, lo sentenció a 84 meses de prisión (7 años). En EEUU, la pena máxima por ese delito es de 20 años.
Cuenca-Campos, de 27 años, fue detenido por agentes de la Patrulla Fronteriza de los EEUU, el 21 de enero de 2020, cerca de Brackettville, una ciudad de Texas ubicada a casi 40 km de la frontera con México. Según la acusación, fue aprehendido “durante un intento fallido de contrabando de personas”.
Entre los objetos que llevaba había un celular Samsung de color negro. Una semana después de su arresto, el móvil fue entregado a un agente del Departamento de Seguridad Nacional (HSI, por sus siglas en inglés), en San Antonio, Texas. El análisis forense del teléfono reveló que este tenía más de 2.000 imágenes y videos con material de abuso sexual a menores de 12 años. Tanto HSI y como Patrulla Fronteriza investigaron el caso.
Pero el 15 de julio de 2020, el joven ecuatoriano se declaró ‘no culpable’ de estos cargos después de haber recibido el documento de la acusación. Sin embargo, un año más tarde, la jueza lo declaró culpable tras un juicio sin jurado y ordenó la confiscación del celular. Como parte del juicio sin jurado, las partes presentaron conjuntamente una estipulación de hechos, donde el ecuatoriano aceptó que sabía que su celular tenía dichas imágenes.
Además de la sentencia de prisión, la jueza ordenó al ecuatoriano, oriundo de Cuenca, pagar USD 18.000 en restitución a las víctimas y USD 200 en evaluaciones especiales.
Tras la resolución de la magistrada, Cuenca-Campos apeló la condena. El 4 de abril pasado, a través del defensor público, Joseph Córdova, presentó esa solicitud en la Corte de Apelaciones de EEUU para el Quinto Circuito.
Como parte del juicio sin jurado, las partes presentaron conjuntamente una estipulación de hechos, donde el ecuatoriano aceptó que sabía que su celular tenía dichas imágenes.
Las partes no están de acuerdo en cuanto al número de imágenes y videos de pornografía infantil que contenía el teléfono Samsung porque de la cantidad de ese material de pornografía infantil influye en los años de sentencia. Plan V solicitó a Córdova la versión de su cliente, pero hasta el cierre de esta edición no llegó la respuesta.
“Este acusado viajó desde Ecuador y cruzó la frontera hacia nuestro país con una cantidad repugnante de material de abuso sexual infantil en su teléfono celular”, dijo el fiscal federal Jaime Esparza del Distrito Oeste de Texas. “Afortunadamente, nuestros socios federales encargados de hacer cumplir la ley en la frontera interrumpieron una operación de contrabando de personas y llevaron a cabo sus procedimientos de rutina, registrando a esta persona y su teléfono cuando lo detuvieron. Este caso refuerza el hecho de que, al igual que nuestras políticas contra las drogas y las armas de fuego que los no ciudadanos ocasionalmente intentan traer a los EEUU, no toleraremos que nadie traiga material que explote sexualmente y dañe a los niños”, dijo el fiscal cuando se conoció la sentencia.
“Las personas que reciben y poseen pornografía infantil participan en la victimización de niños cuya inocencia nunca se puede restaurar”, dijo el agente especial Craig S. Larrabee, de la División de Investigaciones de Seguridad Nacional de San Antonio. “Estos delincuentes también representan una amenaza para la seguridad pública de nuestras comunidades. Por esas razones, los casos de explotación infantil son una prioridad principal para HSI, y continuaremos trabajando en estrecha colaboración con nuestros socios federales para garantizar que sean arrestados, procesados y, en última instancia, expulsados de los Estados Unidos”, manifestó. El fiscal federal Rex Beasley procesó el caso.
En Texas, EEUU, familias ecuatorianas rezan después de cruzar el río Grande desde México. Foto: John Moore Getty Images
Violencia contra los niños migrantes
El ecuatoriano fue testigo en otro caso de tráfico de migrantes. Su versión fue parte del proceso contra Demarcose Deanthony Montgomery, quien se declaró culpable por una conspiración para transportar extranjeros ilegales, el 13 de julio de 2020. Fue condenado a 10 meses de cárcel y a tres años de libertad supervisada. El 9 de noviembre se ordenó su detención por haber violado esa libertad.
La acusación contra Cuenca-Campos no detalla si este era parte de alguna red de tráfico de migrantes o si el grupo en el que se encontraba habían menores de edad. Pero su caso expone los riesgos por los que pueden pasar los menores que transitan desde Ecuador hasta EEUU, muchos de ellos sin sus padres.
Entre 2020 hasta el 4 de abril pasado, 7.343 menores ecuatorianos han cruzado la frontera entre EEUU y México sin sus progenitores. El peor año fue el 2021 cuando se registró el mayor número de niños no acompañados: 3.698. En 2022 hubo un drástico descenso, pero en los tres primeros meses de este año nuevamente la cifra subió a 1.994 niños, según datos difundidos por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés). En ese mismo periodo, 13.983 niños pasaron la frontera con sus padres.
La organización 1800migrante.com ha calificado como “una migración imparable” la salida de miles de ecuatorianos que tuvo un repunte desde los últimos meses de 2022. Entre enero de 2023 hasta el 7 de marzo, al menos 15 ecuatorianos han muerto durante su cruce en esa frontera “incluyendo varios niños”, informó la organización.
La migración de niños ecuatorianos con o sin acompañamiento no es nueva y ha revelado los riesgos y la violencia a la que son sometidos durante el camino. En 2014, Noemí Álvarez, de 12 años, se suicidó en un albergue en Ciudad Juárez, donde había sido detenida junto a su coyote. La niña indígena, oriunda de El Tambo (Cañar), intentó en dos ocasiones cruzar sola la frontera entre México y Estados Unidos. En ese trayecto fue violada.
Según el informe de tráfico de personas de 2018, del Departamento de Justicia de EEUU, hombres, mujeres y niños ecuatorianos son explotados sexualmente y en trabajos forzados en el extranjero, incluidos EEUU y otros países sudamericanos, especialmente en Chile. “Algunas víctimas ecuatorianas de trata son traficadas y posteriormente explotadas en prostitución o en trabajos forzados en terceros países, como la delincuencia forzada en el tráfico de drogas. Presuntamente, funcionarios ecuatorianos han alertado a los traficantes sobre algunas operaciones policiales y algunas autoridades locales ayudaron a los traficantes a obtener documentos de identidad falsificados, lo que produce la falta de confianza de las víctimas en la policía y su reticencia a denunciar posibles casos”, dice el documento.
En México, existe preocupación por la situación de los menores que cruzan por ese país con destino a EEUU. En 2022, niñas, niños y adolescentes de Centro, Sudamérica y El Caribe ingresaron cada hora tres solicitudes de refugio en México, según reportó el medio La Razón. En ese año, la Secretaría de Gobernación informó que 45.654 menores procedentes de esas regiones estaba en situación irregular en ese país.
Directores de albergues mexicanos para migrantes han expresado sus preocupaciones sobre los abusos físicos y psicológicos a los que pueden estar expuestos estos menores. En ese país, “hay cerca de 400 mil reportes al año relacionadas con el acoso y la distribución de material con contenido sobre abuso y explotación sexual en contra de niños, niñas y adolescentes que transitan por las redes sociales”, denunciaron organizaciones mexicanas que luchan por los derechos de la niñez.
A finales de 2022, la migración de ecuatorianos hacia EEUU tuvo un repunte. En el caso de menores, viajan con sus padres o son enviados con coyoteros o familia ampliada. En la imagen, una familia ecuatoriana en el cruce por el peligroso Darién, en Panamá. AP Photo/Fernando Vergara
EEUU, preocupado por los menores
El caso del ecuatoriano se presentó como parte del Proyecto Niñez Segura, una iniciativa en EEUU que inició en 2006 por el Departamento de Justicia para combatir “la creciente epidemia de explotación y abuso sexual infantil”. El Proyecto Niñez Segura reúne recursos federales, estatales y locales para localizar, detener y enjuiciar a las personas que explotan a los niños a través de Internet, así como para identificar y rescatar a las víctimas.
En el portal de ese proyecto está el caso de otro ecuatoriano sentenciado por delitos sexuales contra menores. Se trata de Luis Moreira Bravo, quien residía en Edina, Minnesota, EEUU. Fue sentenciado el 4 de octubre de 2021 por la jueza del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos, Stephanie M. Rose, a 120 meses de prisión (10 años) por el transporte de un menor.
Según documentos judiciales, Luis Moreira Bravo, de 27 años, salió de su residencia en Minnesota el 5 de mayo de 2020 y viajó a Iowa para reunirse con un menor de catorce años. Moreira Bravo conoció a la víctima en las redes sociales donde los dos discutieron sobre la actividad sexual cuando se conocieron en persona. Moreira Bravo llegó a la residencia de la víctima y luego la llevó a un lugar cercano donde los dos tuvieron relaciones sexuales varias veces. Además de los 10 años de cárcel, Moreira Bravo deberá cumplir cinco años de libertad supervisada y pagar USD 100 al Fondo de Víctimas del Crimen.
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