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31 de Enero del 2022
Historias
Lectura: 14 minutos
31 de Enero del 2022
Manuel Novik
Vacunas contra el covid, ¿es necesaria la dosis de refuerzo?
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Varios países han iniciado a administrar terceras dosis a sus poblaciones. En Ecuador hay 2.5 millones de personas con tercera dosis.  Foto: Luis Argüello. PlanV

 

El debate en torno a terceras o cuartas dosis llega en medio de una nueva variante del virus. El argumento para los defensores de los refuerzos es que el porcentaje de efectividad disminuye, pero no hay consenso sobre cómo medirlo. Estudios sugieren una mayor protección para personas con terceras dosis, aunque todavía no hay información suficiente sobre la seguridad y eficacia de administrar más dosis adicionales.


Mientras varios países han iniciado la aplicación de terceras y cuartas dosis de la vacuna contra el coronavirus, hay sectores de la población reacios a aplicarse los refuerzos. Las variantes del virus han provocado nuevas olas epidemiológicas que amenazan al control de la pandemia que se ha logrado en varias naciones del mundo. 

SARS-CoV-2 es el virus que causa covid-19. La función de la vacuna es entrenar al cuerpo humano para que reconozca a los virus, o trozos de virus, más conocidos como antígenos. Para protegerse, el sistema inmunitario crea anticuerpos y otras defensas. La proteína de espiga o proteína Spike en la superficie del SARS-CoV-2 es un ejemplo de antígeno. Una persona vacunada que se expone a SARS-Cov-2 utiliza su sistema inmunitario para reconocer los antígenos virales y mantener su cuerpo sano.

Las vacunas estimulan el sistema inmune para producir anticuerpos que protegen contra un agente. La vacuna transfiere “información” a través de plataformas genéticas. Para el doctor Claudio Galarza, médico de Cuenca que ha tratado casos de covid, mas que hablar de vacunas se debe hablar de las plataformas tecnológicas y de qué están hechas. Hay varios tipos:

  1. Adenovirus (AstraZeneca, Sputnik y Janssen): esta tecnología tiene décadas de uso en vacunas para otras enfermedades. Utiliza la capacidad de la parte de un virus inactivado para transmitir información. Se introduce la porción o espícula del coronavirus y de esa forma es posible que cuando el organismo tiene contacto con el virus esté preparado para producir anticuerpos.
  2. ARN Mensajero (Moderna y Pfizer): toman un pedazo de la cadena de ARN y dan la información genética que se necesita. Al introducirlo en el musculo, la información pasa a las células, estas producen anticuerpos contra la proteína Spike del Coronavirus.
  3. Virus inactivado (Sinovac): es el virus inactivado cuya capacidad de infectar ha sido removida. Cuando el organismo recibe la vacuna toma la información adecuada. Es una plataforma más compleja que las anteriores ya que supone la fabricación de un virus completo.

Estos tipos de plataformas son tecnologías de las que los países ya disponían para otras enfermedades y las modificaron para el coronavirus. Según Galarza, las vacunas de Moderna y Pfizer son más económicas que las de Sinovac ya que no es necesario fabricar el virus completo.

El médico inmunólogo Nikos Kyriakidis explicó en detalle cómo cada vacuna usa una plataforma diferente. “Las vacunas de patógeno inactivado, como la vacuna de la empresa Sinovac, cuentan con más de 150 años de desarrollo. Vacunas de vectores virales como la de AstraZeneca y Cansino también habían sido aprobadas antes de la pandemia. Estaban aprobadas frente al virus de Ébola” agregó.

Kyriakidis declaró que las vacunas de mRNA como la de Pfizer recibieron aprobación por primera vez durante la pandemia, sin embargo, cuentan con más de 30 años de desarrollo, “en el contexto actual contamos de datos de miles de millones de dosis de este tipo de vacunas que se han aplicado durante el último año y demuestran su muy alta eficacia y seguridad” dijo.

Tiempo récord

La aprobación para una vacuna, normalmente, toma alrededor de cinco años entre tres fases de estudio. Las fases dependen de la cantidad de personas de muestreo en que se pueda comprobar la seguridad y eficacia de la vacuna. La fase uno tiene unos pocos voluntarios mientras que la fase tres ya cuenta con alrededor de 40 mil personas. Pero por la urgencia del coronavirus, se unificaron las fases y se lanzaron al mismo tiempo. Las plataformas ya estaban desarrolladas para otras vacunas, lo que ayudó a aprobar la nuevo plataforma en alrededor de un año.

“Pueden ser muchos anticuerpos, pero de mala calidad, o muy pocos, pero eficientes. las personas que se enfermaron ya van a tener anticuerpos”

Claudio Galarza, médico reumatólogo.

Para alcanzar la aprobación de las fases, los gobiernos aportaron con grandes cantidades de dinero. Según Galarza, los laboratorios en la industria farmacéutica deben buscar inversionistas que financien cada fase de estudio. En el caso del covid, los gobiernos invirtieron el dinero por adelantado, asumiendo el riesgo de adelantar los fondos antes de la aprobación de cada una. “Donald Trump dio USD 10 mil millones, y les compró antes de que esté aprobada” dijo Galarza. El médico argumentó que esta vacuna no es un experimento, “están en las plataformas que ya se han usado hace décadas” agregó.

Los porcentajes de efectividad

¿Cómo se mide la efectividad de la vacuna en el tiempo? ¿Son los anticuerpos la única y más apropiada forma de controlar el virus? ¿Se necesitarán dosis periódicas? Para Galarza la implementación de terceras dosis trae beneficios, pero no hay suficiente información para determinar la necesidad de una cuarta. “Ahora mismo se está discutiendo esto en círculos médicos. Esto se debería decidir en base a decisiones individuales” dijo. Por ejemplo, una persona con las dos dosis que haya superado el covid ya tendría tres barreras. Alguien que se enferme de covid desarrollaría los anticuerpos necesarios que sirven como una dosis de refuerzo adicional.

Según Galarza la tendencia de analizar los anticuerpos en el organismo no es la más efectiva para detectar el virus, ni para determinar la necesidad de refuerzos. “Pueden ser muchos anticuerpos, pero de mala calidad, o muy pocos, pero eficientes” dijo. Para el reumatólogo hay una guerra comercial innecesaria, “las personas que se enfermaron ya van a tener anticuerpos” dijo.

Galarza explicó que una persona que se haya vacunado va a ir presentando niveles más bajos de anticuerpos con el tiempo. Lo que no quiere decir que los pierda: se van a reposar a la médula. “Es como el ejército, si tus anticuerpos o soldados no tienen con quién pelear se repliegan en el cuartel, llega de nuevo el virus y salen de los cuarteles y atacan. No es que están todo el tiempo en la sangre, sino tuvieras cantidad de anticuerpos de todas las enfermedades que en tu vida has tenido contacto” concluyó.

Los científicos encontraron una reducción del 85% en la incidencia de ingresos hospitalarios relacionados con Covid-19, una reducción del 76% en la enfermedad grave y una reducción del 94% en las muertes relacionadas con la Covid-19, respecto al grupo de tres dosis con el de dos.

Por otro lado, los anticuerpos son solo una forma de defensa. También existen las células “killer” naturales y los linfocitos T, que, según Galarza nadie mide. El médico estima que es necesario esperar más tiempo para saber si son necesarios tantos refuerzos. “No sabemos cómo vamos a reaccionar porque es un virus nuevo. Tu sistema inmune, que ya está protegido, está cada vez recibiendo una nueva dosis. ¿Cómo cambia tu sistema inmune de aquí a cinco años? Necesitamos más información, y para eso se requieren al menos cinco años” dijo Galarza.

También resulta útil aclarar a que se refieren los porcentajes de efectividad de las vacunas. El argumento para colocar dosis de refuerzo ha sido que la vacuna pierde efectividad con el tiempo. Pero el proceso para determinar ese 95% en Pfizer o 70% en AstraZeneca tiene más que ver con muestreo estadístico que con un valor exacto.

Los porcentajes de efectividad se obtienen de ensayos clínicos realizados a miles de personas. Durante los ensayos se divide a las poblaciones de estudio entre vacunados y no vacunados. Luego de un tiempo se mide cuantas de las personas de cada grupo contrajeron covid. Pero el porcentaje de efectividad se refiere solamente al riesgo de contraer la enfermedad. Sin importar ese porcentaje, el objetivo de las vacunas es prevenir los efectos letales del virus. En eso, ninguna plataforma tiene ventaja sobre otra. 

Existen tres plataformas que se usan para el desarrollo de lo que el mundo conoce como vacunas. El desarrollo de plataformas comprende inversiones millonarias para efectos de investigación. Foto: Reuters

Lo que se sabe

La revista médica The Lancet publicó el artículo “Los refuerzos parecen eficaces, pero ¿son siempre necesarios?”, donde se revelan algunos estudios realizados con poblaciones en segundas y terceras dosis. Según el artículo, las vacunas protegen contra una enfermedad grave, “pero no confieren inmunidad en la mucosa para resistir la entrada del virus en el tracto respiratorio”. Esto quiere decir que, si bien la inoculación protege de consecuencias no letales, no impide su propagación.

The Lancet afirmó que actualmente no hay consenso sobre cuándo es necesaria una dosis de refuerzo. Varios expertos en salud pública citados en el artículo han cuestionado la necesidad de las dosis de refuerzo. La revista cita un estudio realizado a 700 mil pares de individuos en Israel, uno con segunda y otro con tercera dosis. Los científicos encontraron una reducción del 85% en la incidencia de ingresos hospitalarios relacionados con covid-19, una reducción del 76% en la enfermedad grave y una reducción del 94% en las muertes relacionadas con la covid-19, respecto al grupo de tres dosis con el de dos.

Pero a pesar de la información científica que se tenga sobre los refuerzos, The Lancet argumenta que las dosis de refuerzo también tienen que ver con problemas de seguridad nacional y mundial. Actualmente, el mundo tiene distribuciones desiguales de la vacuna. Mientras en los países más ricos ya se implementan terceras dosis, hay países de escasos recursos que aun no tienen a su población con las dos dosis. Esta desigualdad puede ocasionar escasez de vacunas en los países más pobres. A su vez, poblaciones no vacunadas pueden dar paso a nuevas variantes más infecciosas que entren en los países más ricos y desencadenen nuevas olas infecciosas. 

Ómicron y la letalidad del virus

Según el médico inmunólogo Nikos Kyriakidis, no hay ninguna contraindicación en terceras dosis para personas que han recibido su última vacuna hace más de 5 meses. “Sería recomendable usar vacunas de mRNA como refuerzos, como la de Pfizer, o -en su ausencia- vacunas de vectores virales, como la de AstraZeneca” dijo. Kyriakdiis aseguró que en promedio la tercera dosis tiene una eficacia de 60% en cuanto a la protección frente a la infección con Ómicron y un 90% frente a la hospitalización por COVID.

Para Kyriakdiis la efectividad de la vacuna se disminuye con el tiempo, por la disminución progresiva de los anticuerpos neutralizantes, “algo que se evidencia con cualquiera de los virus en la historia, no es propio de este virus y de estas vacunas” dijo. En nuestra Mesa de Análisis, con Juan Carlos Calderón y Fermín Vaca, discutimos sobre la efectividad de las dosis de refuerzo con los médicos epidemiólogos Marcelo Aguilar y Claudio Galarza. Vea el programa completo aquí:

Para el médico Marcelo Aguilar, la letalidad de las variantes ha disminuido por la vacuna. “Ómicron tiene una letalidad baja, más o menos 0,2%, comparado con otras que van desde 1,5% y 7%” dijo. Galarza también argumentó que, “los pacientes con Ómicron son más leves, tienen menos manifestaciones clínicas, ninguno ha necesitado hospitalización”. El médico agregó que según un estudio los pacientes con dosis de refuerzo tienen tres veces menos posibilidades de ser hospitalizados. “El 75% de los hospitalizados son personas sin vacunas” dijo.

El retorno a la presencialidad estudiantil y laboral es recibido con escepticismo desde el sector médico. Galarza advierte que en el país no hay hospitales o centros médicos que hagan un seguimiento a casos post-covid. Aguilar, por su parte, indicó que hay que ser “prudente” en torno al retorno a clases y criticó las recientes medidas del COE Nacional. “Las últimas decisiones alrededor del fútbol revelan los enormes intereses económicos por encima de los intereses de la salud y la vida. El presidente del COE es apenas un vocero de los intereses mayores que orientan las acciones, dichas, de recuperación” enfatizó Aguilar.

Al momento Ecuador, cuenta con 2.5 millones de personas, un 15% de su población, con una tercera dosis. En esquema de vacunación completo están 13,2 millones de personas, un 82% de la población nacional.

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