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19 de Agosto del 2015
Historias
Lectura: 10 minutos
19 de Agosto del 2015
Desirée Yépez
Golpes y prisión para Margoth Escobar

Foto: Twitter

Yankuam, hijo de Margoth, participa en un plantón en Puyo por la defensa de su madre, que ha denunciado golpes policiales y arresto a pesar de su edad y problemas de salud. 

 

Esta es la historia de la mujer de 61 años detenida durante las manifestaciones en Puyo, Pastaza. En el IESS certifican que debe permanecer en reposo absoluto y que no podía abandonar la casa de salud. El documento lo otorgó el doctor Franklin Jiménez. Debido a esto, todo el despacho del juez se trasladó al hospital para realizar la audiencia de juzgamiento. En las afueras, había aproximadamente 50 gendarmes. En todo el país se han reportado casi 100 detenidos durante las protestas.

Margoth Escobar. Hasta el pasado 13 de agosto, era un nombre que podría pasar desapercibido. Pero tras las manifestaciones del levantamiento indígena, su rostro y cuerpo captan la atención en redes sociales. ¿Quién es esta mujer que desde la noche del #13A está detenida en Pastaza, por qué usuarios de espacios como Twitter exigen a la justicia ecuatoriana su liberación? Su único hijo, Yankuam Escobar, responde.

   

 

Certificado del Ministerio de  Salud que evidencia algunas de las lesiones sufridas por Escobar. 

 

Certificado médico del IESS, en donde se establece el diagnóstico definitivo. 

“Desde los 19 años, mi madre empezó una lucha constante por los derechos de la naturaleza, los derechos humanos y los de los pueblos indígenas. Lo ha hecho sobre todo en la provincia de Pastaza. Actualmente tiene 61 años.

Es una hija de la lucha. Participó en el primer levantamiento indígena, en 1992, para que se decreten los territorios indígenas. Siempre ha estado vinculada a las marchas. Está consciente de los principios y valores que una persona tiene, con apego a la naturaleza. Mi madre discrepa de las políticas gubernamentales, porque dice que no se vive en un Estado democrático.

El pasado 13 de agosto mi madre salió para que se respeten los derechos humanos, para que no se sigan afectando los 3 millones de hectáreas vírgenes que aún comprende Pastaza, para que tengamos una vida digna con agua limpia, aire puro, tierra fértil. Para que se respeten las diferencias culturales, para que Ecuador sea un país democrático.

"El pasado 13 de agosto mi madre salió para que se respeten los derechos humanos, para que no se sigan afectando los 3 millones de hectáreas vírgenes que aún comprende Pastaza, para que tengamos una vida digna con agua limpia, aire puro, tierra fértil".

A las cinco de la tarde se unió a la manifestación en el Puyo. La marcha se dirigió hacia la Gobernación, en donde todos los manifestantes querían ser escuchados por el representante del Estado que es el gobernador, Martín Quito Cortéz.

Él hizo caso omiso al llamado del pueblo, burlándose de los manifestantes instalando una tarima, frente a la Gobernación,  en donde se desarrollaba un festival artístico.

Quito Cortéz puso vallas, militares y policías a custodiar la zona. Los manifestantes, al llegar al lugar, a eso de las seis de la tarde pidieron ser escuchados, pero no hubo respuesta. Entonces empezaron a forzar las vallas y los policías a reprimir con bombas lacrimógenas. El pueblo, enardecido por los actos violentos de la Policía, respondió con gritos y abucheos  y se generaron enfrentamientos.

Una de las cartas que Escobar dirige a su hijo, desde la cárcel en la que se encuentra detenida. 

Mi madre estaba ubicada atrás de la marcha junto a sus compañeras, con la bandera de Pastaza. No dirigía la manifestación. Cuando el grupo se detuvo, ella vio el forcejeo y se acercó a pedir que se escuche al pueblo e intentar que la violencia cese. Cuando lanzaron los gases, la abracé y la saqué del lugar. Le dije: ‘mamá, ya no estás en edad como para estar en este tipo de enfrentamientos, retirémonos’. Ella aceptó y nos fuimos a la Plaza Roja que queda a dos cuadras de la Gobernación, donde no se estaban suscitando los enfrentamientos.

Como tenemos un restaurante, me fui a cerrar el local y la dejé en la Plaza. Al intentar volver, la Policía había tomado el frente de la calle y me era imposible regresar. En ese momento recibí la llamada de un amigo, quien me informó que mi madre fue detenida y golpeada brutalmente.

"Ahí encontré a mi madre esposada, golpeada, sin zapatos, su cuerpo completamente moreteado. De las patadas que le dieron tiene un desgarre lumbálgico, desde las caderas hasta las pantorrillas".

Entré en desesperación. No sabía nada de ella hasta las nueve de la noche que me llamó telefónicamente. Mi mamá sufre de hipertensión y tiroides. Toma medicina diaria. En la llamada me pedía le llevé los medicamentos al Comando Conjunto de la Policía, en el Km 2 de la vía a Macas, donde la tenían detenida.

Ahí encontré a mi madre esposada, golpeada, sin zapatos, su cuerpo completamente moreteado. De las patadas que le dieron tiene un desgarre lumbálgico, desde las caderas hasta las pantorrillas. Las fotografías que están en Internet lo evidencian. Al preguntar el porqué de la detención, ellos (policías) me dicen: “pregunta al Gobernador por qué la tenemos”. En ese contexto, pedí a la Policía que la lleven a un hospital.            

Certificado del IESS que determinó que Escobar no debía abandonar el hospital. 

 

Memorando del Ministerio de Justicia que dispuso el traslado de Escobar hacia la cárcel de Cuenca. 

Los amenacé con llamar a los medios de comunicación para lograr que la trasladen a un hospital. En ese momento llamaron a un patrullero y la trasladaron al Hospital del Puyo. El doctor solicitó que se quede en observación, para analizar la evolución de los hematomas y politraumatismos. Tras eso la trasladan nuevamente al retén y la encarcelaron. Allí me quede hasta las dos de la madrugada del viernes para esperar el parte policial al cual no tuve acceso.

A las nueve de la mañana del viernes 14 de agosto se inició el proceso de la Fiscalía para tomar declaraciones. El fiscal emite un certificado que concluye que las contusiones provienen de la acción de un objeto contuso, por las cuales sufre una incapacidad física de 15 días. En el diagnóstico se señalan policontusiones, hipertensión arterial y descarta fracturas. Además,  aconseja llevarla al servicio de emergencias del hospital del IESS…

En el IESS certifican que debe permanecer en reposo absoluto y que no podía abandonar la casa de salud. El documento lo otorgó el doctor Franklin Jiménez. Debido a esto, todo el gabinete del juez se trasladó al hospital para realizar la audiencia de juzgamiento. En las afueras, había aproximadamente 50 gendarmes.

En la audiencia la juzgaron basados en el artículo 283 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), que se refiere a ataque y resistencia. El juez dictaminó prisión preventiva de 30 días. La mañana del sábado 15 de agosto, llegó al hospital la médica de turno, Adriana Borja, y da de alta a mi madre, en contra del reposo previamente recetado.

Examen médico realizado por la Fiscalía de Pastaza. 

Tras lo sucedido, mi familia llegó al hospital, y con ello militarizaron la casa de salud. Llegaron dos camiones repletos de militares. Ellos solo decían que respondían a órdenes superiores.

Al darle el alta en el IESS, llegó un memorándum desde el Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos,  para el director del Centro de Detención Provisional del Puyo. El documento lo remitía Karla Gabriela Benítez,  viceministra de Atención a Personas Privadas de la Libertad. La carta autoriza el traslado de Margoth Escobar al Centro de Privación de Libertad Regional de Cuenca, por razones de seguridad, bajo estrictas medidas de vigilancia, es decir esposada.

Esto no se cumplió porque impugnamos frente al juez. Actualmente ella está recluida en el Centro Provisional de Personas Privadas de Libertad Putuymi, de Pastaza. El nos dio tres días para demostrar por qué no trasladarla a Cuenca a un centro de alta seguridad. No se me ha permitido tener acceso a las actas de juzgamiento de la Judicatura, se los he pedido desde el domingo 16 de agosto. No sabemos qué sucede realmente en el proceso.

"Mi madre está con otras mujeres privadas de libertad. Solo podemos verla viernes y sábados. Nos comunicarnos por cartas. El lunes 17 de agosto nuevamente presentó inconvenientes de salud".

Mi madre está con otras mujeres privadas de libertad. Solo podemos verla viernes y sábados. Nos comunicarnos por cartas. El lunes 17 de agosto nuevamente presentó inconvenientes de salud. La llevaron a emergencia durante la madrugada, pero la volvieron a encarcelar. Ella está afectada física y psicológicamente. 

Se están ensañando con mi madre porque es una señora que sabe reclamar sus derechos, sabe imponerse y no les tiene miedo.

Tengo 27 años. Soy hijo único. Ella es madre soltera, es comerciante. Tiene una juguetería y un bazar”.

Foto: Eco Amazónico
Mercedes Margoth Escobar Villarroel de 61 años.

 

 

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