

Fotos: Esmeralda Rosales
En la localidad imbabureña de Peguche tuvo lugar un encuentro en donde se debatió la situación de las escuelas indígenas, cerradas por el Gobierno.
Pacha Terán es una dirigente indígena de la comunidad de Peguche, quien ha coordinado la resistencia de las escuelas bilingües contra la hispanización. Este es su testimonio.
"El IV Encuentro sobre la educación intercultural bilingüe, realizado en Peguche, Imbabura, arrojó datos interesantes, como que la reducción de la población estudiantil y el nivel de acceso a la educación han disminuido tajantemente. El Contrato Social, con datos técnicos, ratifica que hay más de 600 mil jóvenes sin acceso a las universidades. Una de las resoluciones del encuentro fue hacer una encuesta para conocer el nivel en el que se encuentra la educación en las comunidades donde han sido cerradas las escuelas. Porque nuestra primera hipótesis es que cuando se cierran las escuelas en las comunidades, los niños dejan de estudiar. Por lo tanto, dentro de una década vamos a tener un creciente nivel de analfabetismo. Vamos a hacer una investigación in situ y vamos a tener evidencias para mostrar al gobierno nacional y las instancias internacionales lo que sucede en el campo educativo.
Dirigentes indígenas analizaron la situación del sistema educativo que funcionaba en el campo.
"Nosotros criticamos y nos preocupa mucho la condición racista que el gobierno implementa a través de la educación del milenio. Decimos racista porque solo se cierran las escuelas bilingües y no las hispanas. En el caso de Peguche se cerraron las seis escuelas bilingües manteniéndose la institución hispana, el colegio Jorge Chávez Reyes, obligando a las escuelas bilingües a aceptar un sistema educativo que no nos corresponde por derecho. Además están las actitudes discriminatorias de los funcionarios públicos hacia las comunidades indígenas. Algunas comunidades no tienen mejoramiento de la infraestructura educativa ni partidas presupuestarias, nos han quitado profesores.
"Mientras que las escuelas del milenio, que no necesariamente son bilingües, monopolizan todos los recursos, cuando deben ser distribuidos adecuadamente si estamos hablando de una sociedad equitativa.
"La forma del trato, la forma de comunicación son discriminatorias; sobre todo cuando no hay consulta, cuando no hay información ni posibilidad de diálogo, porque nos excluyen de manera automática. Todo esto nos hace pensar que estamos viviendo un racismo del siglo XXI, enmascarado en la misma Ley de Educación Intercultural Bilingüe, porque no se ha podido dar un trato igualitario a la población indígena, a su niñez en las comunidades. Hay que revisar el Presupuesto General del Estado: el financiamiento para enseñanza del quichua e idiomas ancestrales es cero. La diferencia entre el presupuesto para educación bilingüe, comparado con el de seguridad nacional es abismal. Esas cosas nos hacen creer que hemos regresado a tiempos de la colonia.
"Nosotros hemos presentado datos estadísticos y los ingresamos al Archivo Maestro de Instituciones Educativas del Ecuador, donde en el periodo 2010-2011 constan más de 30 mil instituciones educativas y al cierre del año siguiente ya constaban menos de 28 mil. Y hay que considerar además la vocería oficial del señor presidente de la República y del ministro de Educación, quienes han declarado que al 2017 quedarían solamente 5000 escuelas o instituciones educativas, es decir que deben cerrar 25 mil instituciones educativas, sin considerar la realidad social, cultural, económica.
"Hay un sector en la comunidad de Trojaloma, en Imbabura, donde hay mucha trata de personas y hasta tráfico de órganos, y había un militar en servicio activo dirigiendo la Zona 1 de Educación, y cuando demostramos los hechos él fue más sensible que el director distrital y el nacional para recomponer los daños en esa comunidad.
"La educación intercultural bilingüe no solo es un derecho constitucional sino un derecho ganado por los pueblos y nacionalidades indígenas. El presidente de la República habla de Dolores Cacuango, de Tránsito Amaguaña y las escuelas de La Chimba, de Moyurco, donde y por las cuales ellas lucharon, están cerradas y bajo el sistema de fusión con las escuelas hispanas; y se han cerrado las que están alrededor, como en la comunidad de Olmedo. Ahí, donde debiéramos tener íconos históricos que nos permita demostrar ante la historia que estos símbolos se están recomponiendo y fortaleciendo.
"Nosotros habíamos invitado al ministro de Educación al Encuentro Nacional y que el presidente Correa envíe un delegado si no pudiera ir, pero no asistieron. Ahí estuvieron compañeros y compañeras a escala nacional que desde su experiencia denunciaron todo el abuso que estamos viviendo este momento.
"En el caso de Peguche, el ministerio de Educación como gran alcance revolucionario nos vino a decir que ya no tendríamos clases de inglés sino clases de mandarín, como nos dijo un señor César Flores en el distrito de Otavalo. Nosotros nos reunimos ahí y nos dio a conocer esa decisión a más de 40 personas que estuvimos. Como gran avance revolucionario a nosotras, madres de familia, nos pusieron a reparar un techo de más de 50 mil tejas, más de 5 mil metros cuadrados, con la condición de que arreglemos esas tejas para que los niños regresen a la escuela de nuestra comunidad. El derecho manda que los niños tienen que estudiar en condiciones de calidad, pero también de cercanía.
"No se ha reformado nada en absoluto. No tuvimos la participación necesaria de Conaie, Ecuarunari y las comunidades indígenas para poder hacer estas reformas a la Ley que se estaban planteando. Creo que debió entrar a una consulta prelegislativa porque es un tema que nos corresponde a las poblaciones indígenas, aunque eso de la consulta sea ahora nada mas que un monigote.
"El hecho de que un niño o niña indígena no tenga una educación bilingüe es un impacto similar a perder su casa. Es como cualquier ciudadano cuando se ve obligado a dejar su casa para tener una mejor educación para sus niños. Todos los ecuatorianos queremos que nuestros hijos no sean esclavos o mano de obra barata. Todos queremos que vivan bien. Por cumplir ese objetivo nos están obligando no solo a dejar nuestras escuelas sino también a migrar a las ciudades para que nuestros hijos se eduquen. Nos obligan así a salir de nuestra cultura, de nuestra vida, de nuestra cotidianidad para ponernos en otra casa completamente diferente. Y en la ciudad vivimos cambios drásticos, los niños son hacinados, son maltratados todos los días porque para empezar no les garantizan transporte público. Por tanta masividad, en la ciudad se viven casos de drogadicción, violencia, acoso sexual y eso no se puede detener ni manejar en una población demasiado grande, no es pedagógico.
"El ministerio de Educación ha dicho que si no hay 35 estudiantes al menos se cierra la escuela de una comunidad. ¿Y qué pasa con la comunidad de Ugsha o de Inta, por ejemplo? Cuando una población es campesina es lejana y sumando todos ellos no llegarían a 25 estudiantes. Y ellos están obligados a cerrar su escuela porque no cumple con el patrón que impone el Ministerio.
"Los niños y niñas que se quedan sin escuela en sus comunidades se quedan sin la posibilidad de estudiar. Uno de los planteamientos del IV Encuentro es que se haga un censo estudiantil para saber qué pasa con los niños cuyas escuelas se cerraron. Hay el caso de la comunidad de Morocho, en Cotopaxi, donde se cerró la unidad educativa en el octavo, noveno y décimo grados. Y estos niños, en lugar de bajar hacia la ciudad de Quiroga, algunos se fueron a Brasil y no sabemos qué pasó con ellos. Otros sufrieron maltratos porque se encontraron con otra cultura y dejaron de estudiar. Muy pocos continuaron estudiando, porque además por el problema económico no podían movilizarse. En muchas comunidades indígenas, campesinas y afroecuatorianas, no hay transporte, ni público ni privado. Unos hijos de compañeros de Saraguro tenían que salir a las cuatro de la madrugada para poder estar a las siete en la escuela. Un niño no puede levantarse tan temprano para cumplir su horario académico y si lo hace no puede rendir a cabalidad por las condiciones pedagógicas.
"Lo que está demostrando este sistema es que es un gobierno muy racista, es un gobierno discriminatorio y que está en contra del futuro del Ecuador, porque son los niños los que son más afectados y somos las madres de familia las que más sentimos este cierre masivo de escuelas y son todos los jóvenes los que sienten el no ingreso a las universidades.
"Hemos hecho un sondeo rápido a escala nacional y todas las provincias están afectadas. En el caso de Sarayacu, que estuvo presente en el encuentro, se negaron a la construcción de la escuela del milenio porque no ofrecía nada nuevo, al contrario, se quería implantar un sistema colonialista dentro del territorio indígena. Y es colonialista porque no respeta nuestra cultura ni nuestra diversidad. Es como regresar al tiempo de las reservas de indios en Estados Unidos. A ellos se les encerraba en amplios espacios para lavarles el cerebro para “civilizarlos” y ahora a nosotros para “modernizarnos”. Allá perdieron sus territorios a cambio de las reservas; acá buscan lo mismo. En los territorios de las comunidades indígenas del Ecuador están las grandes reservas de petróleo, minería, oro, cobre, estaño y quieren sacarnos de ahí a pretexto de la educación y que abandonemos los territorios.
"Me apena esta situación porque uno de los etnocidios más grandes es la muerte de una lengua. Las lenguas maternas en el Ecuador son 14, por el número de sus nacionalidades y la inversión para su fortalecimiento es cero. Además, por la crisis económica, lo que más se ha visto es la renuncia económica de los profesores. Nuestra escuela terminó este año lectivo sin cuatro maestros, porque es una escuela que se resistió a ser fusionada. Nosotros no vamos a tener vergüenza de decir a las futuras generaciones que defendimos nuestra escuela y por eso tenemos nuestra escuela en Peguche.
"Es de sentido común que donde haya una población debe haber una escuela, es un elemental derecho a la educación; al contrario, acá cierran las escuelas y mandan a los niños a lugares donde no existen. La escuela del milenio de Imantag está ubicada fuera del centro poblado, el proyecto de Peguche está fuera del centro poblado. Es obvio lo que pretenden: obligarnos a salir y ya tenemos accidentes muy fuertes y trágicos con los niños; accidentes que les han dejado paralíticos, como el de los niños en Ullcupungo, como la niña de Imantag que murió arrollada por un bus cuando bajaba a su nueva escuela del milenio, teniendo escuela en Morlán pero debía caminar 45 minutos y fue atropellada.
Para los indígenas, hay un gran impacto para los escolares con el cierre de las escuelas.
"Pero creo que una victoria importante en nuestra lucha es que logramos reunirnos en el IV Encuentro, logramos discutir y plantear este problema a escala nacional. Si seguimos cerrando la educación pública bilingüe, seguimos cerrando la democracia en el Ecuador".
"En Peguche hubo casos de niños que en la mochila les encontraron marihuana; un niño fue a la cárcel y nunca investigaron quién puso eso en la mochila. nunca tomaron medidas, quedó en el aire. En otra escuela del milenio asesinaron a un niño por tema de drogas… Esos son los resultados que estamos viendo. Si sigue así el problema es mayor, vamos a tener problemas dentro de las comunidades porque unos aceptan la escuela del milenio a pesar de que se cierre la escuela original, otros no aceptamos, pero sí aceptamos la inversión en nuestras comunidades. En costo beneficio, la escuela del milenio tiene un costo muy alto para la gente, porque ponen la escuela en un lugar apartado, es más gasto para la familia y es un sistema diferente.
"Como escuelas que estamos en resistencia planteamos sumarnos al paro nacional, que haya la mayor unidad en el Ecuador; un logro importante es que el tema de las escuelas bilingües ya está en la agenda de la Conaie. Hemos presentado acciones legales de protección pero han sido negadas, estamos apoyados por la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos y la Clínica de Derechos Humanos de la Universidad San Francisco. Los jueces niegan los recursos porque dicen que no hay escuelas cerradas. Un proceso llegó hasta la Corte Constitucional y los jueces dijeron eso.
"Pero creo que una victoria importante en nuestra lucha es que logramos reunirnos en el IV Encuentro, logramos discutir y plantear este problema a escala nacional. Si seguimos cerrando la educación pública bilingüe, seguimos cerrando la democracia en el Ecuador".
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