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14 de Marzo del 2015
Historias
Lectura: 36 minutos
14 de Marzo del 2015
Redacción Plan V
Plan Familia Ecuador o un retroceso de cien años

Según algunas de su promotoras, la Enipla se fundamentó en varias encuestas y grupos focales con jóvenes de ambos sexos.

 

La aplicación del Plan Familia Ecuador, la imposición de valores conservadores, de roles tradicionales, con una sexualidad pacata que ignora la realidad de la juventud actual, es un retroceso de cien años en los avances que se han obtenido en la lucha universal de las mujeres y las diversidades sexuales por sus derechos. Ana Cristina Vera, de la Fundación Surkuna, a la vez que defiende los resultados y proceso de la Estrategia Nacional Intersectorial de Planificación Familiar y Prevención del Embarazo en Adolescentes, ENIPLA, da pistas de por qué una estrategia moralista está destinada al fracaso. El artículo, en tono testimonial, fue realizado sobre la base de una entrevista con la redacción de Plan V.

Los documentos producidos por Enipla buscaban desmitificar la sexualidad. 

Lo que está sucediendo es muy grave. La implantación del Plan Familia Ecuador implica retroceder al menos cien años en derechos de las mujeres, de los jóvenes y adolescentes y en la comprensión de las problemáticas de vida. Creo que es un error porque la política pública debe hacerse basada en la realidad y en experiencias exitosas, y no puede basarse en creencias personales o morales de determinados grupos sociales, porque entonces la política pública ya no es para todas y todos. Sin querer decir que la política pública tiene que excluir a esas personas.

Enipla fue una iniciativa muy interesante. Planteó algo fundamental: hablemos de la sexualidad en serio. Además, planteaba la necesidad de que se hable de sexualidad desde todos los espacios. Porque realmente lo que están haciendo (desde el gobierno) es una lectura reduccionista e inadecuada de Enipla. La Estrategia tenía todo un componente de trabajo con padres de familia, de hablemos de sexualidad en familia, pero hablemos de verdad, de lo que los jóvenes quieren saber, de lo que las adolescentes están pensando.

Hablar de verdad es primero escuchar sus dudas, qué es lo que quieren saber, qué les está sucediendo. No tener únicamente una perspectiva de castigo y prohibición, sino de apertura para los hijos y las hijas y donde se puede tener un diálogo entre dos personas, dejando por fuera el adultocentrismo. Y aprendiendo desde esa perspectiva a compartir conocimientos, que los adultos los tenemos basados en nuestra experiencia vital.

Creo que no debemos olvidar, y este era uno de los mensajes clave de Enipla, que alguna vez fuimos adolescentes y que cuando lo fuimos nos pasaban cosas que ahora les pasan a nuestros hijos e hijas y a los jóvenes y adolescentes de hoy. Y que no podemos creer que no les va a pasar simplemente porque lo prohibimos. Y que  no podemos creer que no van a tener deseos o no van a intentar vivir simplemente porque nosotros les decimos que está mal. De todos modos lo viven, pero lo viven con riesgo y en ese sentido rescato a la Enipla porque intentó dar herramientas a los padres y a las madres sobre todo para trabajar, por ejemplo, con un DVD interactivo, que se llamaba Hablemos sobre sexualidad en familia. Había videos y expertos que explican, hay información para todos, desde niños de cinco años que yo lo veo con mi hijo, de cómo se hacen los bebes, desmitificando la cigüeña, cómo prevenir violencia sexual en niños y niñas, hasta para más grande: la masturbación, la autoprotección y va dando guías a los padres sobre cómo hablar de eso, qué decir, qué preguntar, qué mirar. Eso es fundamental, porque es tan importante la educación sexual científica, basada evidencias, como que los padres tengan herramientas para hablar de esto. Enipla partió de varios análisis, de focus group para ver qué quieren los chicos, qué quiere los padres; los padres saben que deben hablar con sus hijos pero no saben como. Los hijos quieren hablar y tampoco lo saben. Hablar de verdad en sexualidad es hablar de lo que está pasando a los muchachos; aprender a escucharlos, pero también tener herramientas para abordar temas que son complejos para los padres y las madres y abordarlos no solamente desde la prohibición sino desde la realidad que viven los jóvenes y adolescentes.


Uno de los productos comunicacionales de Enipla.

Sobre los resultados de Enipla no ha habido un proceso de evaluación serio y técnico. Es de las estrategias más exitosas que ha habido en el Ecuador en temas de sexualidad. Además tuvo un resultado que no puede medirse  y este es que puso en la sociedad a la sexualidad como tema de debate.  Y eso contribuye para cambiar patrones socio culturales históricos de encerrar la sexualidad, de no hablar de ella, que hacen más daño a las mujeres y a los chicos.


Ana Cristina Vera es experta en derechos reproductivos, es abogada y socióloga. 

Ninguno de los trabajos que hizo Enipla fueron en el aire, se basaron en centenares de conversaciones con adolescentes, que es a donde queremos llegar. ¿Cómo? Preguntando a ellos mismos.

Poner en debate el tema de la sexualidad pero desde una perspectiva científica, de devolver la voz a los jóvenes y adolescentes, de volverlos sujetos centrales de la estrategia. Ninguno de los trabajos que hizo Enipla fueron en el aire, se basaron en centenares de conversaciones con adolescentes, que es a donde queremos llegar. ¿Cómo? Preguntando a ellos mismos. Hay cosas que esta mentalidad curuchupa, de doble moral, hacen que algunos temas se vuelvan escandalosos. Por ejemplo, en algún focus group que se hizo sobre anticonceptivos, las adolescentes nos decían que estaban hartos que se aborde el tema de la sexualidad solamente desde el riesgo, y la pregunta era por qué no se lo abordaba desde el placer. Entonces Enipla hizo una tarjetita, con una mensaje validado por jóvenes adolescentes de todo el país, que decía “Con condón disfrutas un montón”. Escándalo. En una feria del gobierno se repartieron las tarjetas y salió una foto de una mamá que tenía a su guagua cargado y que se le daba la tarjeta. El escándalo fue hecho por el ministerio de Educación,  que esa época dirigía Gloria Vidal, que tiene también una fuerte ideología conservadora. Y luego llegó hasta la máxima autoridad (también el vicepresidente, Jorge Glas, cuestionó esa campaña. Ndlr.).

Alrededor del condón hay un montón de mitos: que se disfruta menos, que no es tan rico, que no gusta, un montón de cosas. Lo que quería Enipla era precisamente desmitificar eso: con condón disfrutas un montón porque además estás tranquilo, relajado, porque puedes hacerlo a tus anchas. Esa campaña fue retirada y se tuvo que sacar de toda la papelería, los dispensadores en los colegios salieron.

Lo que en el fondo está en juego

Lo que está en juego, cuando hay esa crítica a la Enipla, es la perspectiva desde donde hablamos de sexualidad, qué es lo que queremos, cuáles son las herramientas que queremos dar a los chicos y a las chicas; ¿los vemos como receptáculos vacíos, como gente sin voluntad ni capacidad para entender esto o los vemos como personas capaces? La ley habla de la autonomía progresiva en niños, niñas y adolescentes. La idea era plantear justamente eso, nosotros sabemos que ellos son personas inteligentes, que por su edad o madurez tienen otros conceptos y hay que darles herramientas; pero eso no implica que ellos no puedan tomar decisiones. La idea era darles herramientas para esas decisiones, porque ellos están decidiendo; en Ecuador las chicas y los chicos inician relaciones sexuales a los 13 años de edad promedio, le disguste a quien le disguste. Lo mejor es que las tengan en un ambiente de seguridad, con la información necesaria.

La idea era darles herramientas para esas decisiones, porque ellos están decidiendo; en Ecuador las chicas y los chicos inician relaciones sexuales a los 13 años de edad promedio, le disguste a quien le disguste.

Creo que lo más relevante de la Enipla fue el enfoque de patrones socio culturales. El enfocar el embarazo adolescente desde la perspectiva de niñas y niños; los mensajes eran eso: el embarazo adolescente afecta tus planes de vida; eran dirigidos a ellos, a los padres y madres. Una de las injusticias frente al tema de Enipla es que se haya dicho que no tenía una perspectiva de familia, nada más falso. La estrategia trabajó con familias, con madres y padres e hizo un montón de material para familias. Por otro lado, Enipla fortaleció mucho las capacidades del personal de salud, en temas de sexualidad, de promoción de la salud, que tiene que ver no solo con prevenir sino con evitarlo; se capacitó a todos los técnicos en atención primaria de salud, resultados que no son de impacto a corto plazo.

En el tema de reducir el embarazo adolescente no es a corto plazo. Eso no es posible. Reducir el embarazo adolescente pasa por muchos factores y no es algo que se pueda hacer en dos años. Uno de estos factores es el deseo de las niñas y los niños. Hay investigaciones que nos muestran que hay chicas que quieren ser madres en la adolescencia y eso tiene que ver con una cultura específica. Estas niñas lo quieren así muchas veces porque viven en familias violentas y creen que es la única manera de salir de un modo hasta prestigioso. Hay niñas que quieren ser madres porque existe una sobrevaloración de la maternidad en la sociedad, es una forma de reconocimiento social;  hay niñas que quieren ser madres porque creen que el amor solo se concreta en la maternidad, y eso no se puede negar, ese deseo y es algo en lo cual se debe trabajar porque no digo que se les deba cambiar ese deseo pero sí generarles posibilidades, porque una niña en Manabí, en un sitio rural, que ve la vida de su madre, su abuela y mujeres cercanas atada a los guaguas y la casa, que no tiene posibilidades educativas reales, que no  tiene posibilidad de pensar en la universidad como una opción vital. Es un trabajo muy complejo el que se debe hacer para modificar la variable embarazo adolescente.

Lo que se puede y debe hacer

Hay que hacer muchas cosas: primero cambiar el patrón de que los hombres creen que son propietarios de las mujeres. La familia reproduce esta concepción, que el padre sea dueño de la familia, de los hijos, que en muchos casos es lo que potencia la violencia sexual según estudios; un país donde las niñas, las adolescentes son constantemente violadas. Las cifras dicen que 6 de cada 10 mujeres sufren algún tipo de violencia, y una de cada cuatro violencia sexual, y que el 90% de estas mujeres sufrieron violencia sexual antes de los 15 años de edad: estadística del INEC. Estas niñas que están siendo violadas, tocadas, violentadas todo el tiempo, que no saben lo que es la sexualidad, también aportan una fuerte cifra al embarazo adolescente.

A pesar de que se asegure desde las posturas cercanas al Plan Familia que la violación no produce embarazo, las niñas se embarazan y el Plan Familia nos da la razón, porque la ley establece que cualquier embarazo de menor de 14 años es violación, y la incidencia de embarazo entre los 10 y 14 años es muy alta. Y es cierto que hay niñas de esa edad que tiene sexo consensual con sus parejas. Pero lo que hace la información y las herramientas es que ellas y ellos retrasen la iniciación sexual, eso está probado mundialmente. Pero por otro lado hay niñas de esa edad que viven relaciones de violencia, con hombres grandes, de fuera de la casa pero también con los de adentro. El 89% de los casos de violencia sexual pasa en casa y es sistemática y sostenida. Y contra eso no se hace nada, en prevención o en cambio de patrones de conducta, en atención integral para las menores, pero no las soportan como se tiene que hacer y luego si se quedan embarazadas es tener el hijo de un violador –que muchas veces es pariente- o abortar clandestinamente, porque abortar en la ilegalidad cuando no se tienen los recursos para hacerlo de manera segura es muy fuerte, para estas muchachas, solas, pequeñitas, viviendo esta situación tan violenta. Ese es otro de los temas que no se ven; la violencia sexual es muy alta. Muchos de estos embarazos en adolescentes son productos de esa violencia.

Lo otro que es importante  es el hecho de que las niñas no son necesariamente conscientes de que viven violencia sexual. Nosotros tuvimos la experiencia de una investigación en Guatemala, que se llama Vidas Robadas, que se va a replicar en Latinoamérica sobre embarazo de menores de 14 años de edad. En estos estudios descubrimos que la mayoría de niñas de 14 años se dan cuenta de que han sufrido violencia sexual solo cuando reciben clases de educación sexual. No sabían lo que pasaba, si era bueno o malo, eso es obvio si es su papá el que la violenta. Muchas niñas se dan cuenta de ese abuso y violación por la educación sexual. No son niñas urbanas, no tienen acceso a internet, ellas a veces ni siquiera saben lo que les pasa, las madres no les creen…  y eso sucede también en nuestro país.

Pasan muchos factores alrededor de la violencia sexual que hace difícil incidir en esa parte de embarazo adolescente. Enipla hizo aquí un esfuerzo al visibilizar el tema de violencia en todos los materiales de apoyo, al fortalecer las salas de primera acogida para atención a víctimas de violencia, al generar protocolos específicos para adolescentes, por ejemplo ¿qué se debe hacer si me llega un embarazo de una niña menor de 14 años? ¿Cómo investigar si hay violencia sexual? Tal vez no, pero debiera investigar, en cualquier lugar, el servicio de salud debiera mirar antes de hacer saberlo a cualquier autoridad; tomar a esta niña como una persona, no como un número.

El otro componente de embarazo adolescente está compuesto por gente que no tiene información o no tiene acceso, o que tiene información y acceso pero que hay otros factores que impiden que acceda a la información.

El otro componente de embarazo adolescente está compuesto por gente que no tiene información o no tiene acceso, o que tiene información y acceso pero que hay otros factores que impiden que acceda a la información; a los que no tienen información hay que dársela, pero eso no garantiza que se tomen decisiones adecuadas, porque hay otras barreras para acceso a métodos anticonceptivos, entre otros… Por otro lado hay otras brechas, y con adolescentes eso es muy fuerte para quienes trabajamos con ellos.  

Lo que muestra de quienes exigen resultados inmediatos en reducción de embarazo adolescente es que ellos nunca han trabajado con adolescentes; eso muestra su ignorancia profunda en embarazo adolescente. Hay varias barreras: la vergüenza, el que los y las adolescentes se sienten juzgados en los centros de salud a donde no quieren ir, la mala información, que están híper controlados en casa y se quieren poner el anticonceptivo pero no quieren que sus padres lo descubran.

Hay una sexualidad asociada a la vergüenza, sobre todo en mujeres, y a la del poder en hombres,  y hay otra asociada a la negación: como hay un doble discurso social en el tema de la sexualidad, muchos de ellos lo asumen pero no lo asumen; sí pero solo algunos días, o solo en ocasiones especiales;  están llenos de mitos. Eso de no aceptar su sexualidad también es una barrera, este tema de la negación tiene que ver con una cultura que miente y esconde la sexualidad; otro factor es la violencia de género entre pares, y tiene que ver con las relaciones sociales; por ejemplo socialmente está posicionado que la mujer que usa anticonceptivos es una puta. Se puede mirar esto en charlas con adultos que te dicen por qué no permiten que sus mujeres usen anticonceptivos, y por qué las golpean cuando se entera de que los usan. Es muy común ver en los servicios de salud a mujeres haciendo prometer a los servidores de salud que no le van a decir a su esposo que usan anticonceptivos; el uso de anticonceptivos se negocia y el chantaje es que si me amas no usas anticonceptivos porque estás solo conmigo y no tienes para qué usarlos. Pero además porque no les gusta… hay una serie de relaciones que se construye entre chicas y chicos y se vuelve una barrera de acceso, como la prueba de amor que no solamente en el sentido clásico de la entrega sexual sino asociado ahora al control del Facebook, del Twitter.

Una investigación que hizo Fundación Desafío sobre la violencia en el noviazgo demostró que las nuevas formas de violencia son a través del internet, el control, la ropa que te pones, los amigos que tienes, con quién sales… Las chicas no quieren ser tratadas como putas, el problema es cómo se ve socialmente a una mujer que está empoderada de su cuerpo, que toma decisiones y que se protege. Se ve muy mal y ellas no quieren que sus novios, sus amigos, la gente que ellas aman las vean así. Toda esa complejidad del embarazo adolescente es la que hace que sean tan difícil reducirlo.

Enipla tuvo un resultado de impacto muy importante que el gobierno ahora están desmereciendo y ocultando, que es la disminución del embarazo subsecuente en menores. Este es el segundo o tercer embarazo.

Enipla tuvo un resultado de impacto muy importante que el gobierno ahora están desmereciendo y ocultando, que es la disminución del embarazo subsecuente en menores. Este es el segundo o tercer embarazo. Las muchachas adolescentes se embarazan, tienen el primer hijo y casi de inmediato tienen el segundo, y el tercero… Eso es lo que pasa generalmente y eso afecta a sus vidas de una forma desproporcionada. Son niñas cuidando a niños pero además tienen que trabajar dejar los estudios, mantener a los niños, quedarse en la casa, y con todo eso aumenta la pobreza; y hay una serie de indicadores de salud que muestran que las niñas que tiene más hijos en la adolescencia, pero que además tienen más embarazos subsecuentes, son las más pobres, con menores niveles educativos y de pueblos indígenas. 

El resultado de impacto es la disminución del embarazo subsecuente, que es lo que se podía hacer en ese periodo. Es un logro de cuando ya llegaron al sistema de salud, por que lo difícil es captarlas ya que las muchachas llegan a los servicios de salud cuando ya están embarazadas. Ahí se les da información luego del parto sobre anticoncepción, y la reducción del embarazo subsecuente ha sido del 18%, que es una cifra importante, porque vamos cambiando esa cultura, cambiando que puedan tener otros deseos, solo con que sigan estudiando es muy importante. La Enipla no logró institucionalizare del todo ni en educación e inclusión social, y persiste la necesidad de fortalecer esas dos patas (la primera era salud) para llegar a otras poblaciones, como la escolarizada a la cual se pueda llegar con charlas de prevención con información científica, basada en evidencia. Se crearon módulos de educación para profesores, en educación sexual en procesos de construcción de módulos nacionales.

Un esfuerzo sostenido para reducir el embarazo adolescente puede llevar unos diez años más o menos. Pero no se puede hacer una medición simple, eso es engañar. Hay dos formas de medir: una cosa es decir que en cierto año hay 50 embarazos adolescentes y en el siguiente año hay 60; no es una forma real de medir porque se debe medir el embarazo adolescente en función de la tasa global de fecundidad en el Ecuador: de las mujeres que se han embarazado cuántas han sido adolescentes, y ese cálculo, que es proporcional, contrastarlo con el cálculo anterior. Creo que los productos que se trabajaron con la Enipla podían haberlo logrado porque, por ejemplo, la construcción de los módulos duró un año, y cuando se empezaban a aplicar la señora Mónica Hernández ya era asesora del presidente en enero del 2014 y lo que hizo fue detener el módulo de educación. Su primera injerencia fue meterse en el Ministerio de Educación y parar toda posibilidad de que el Enipla continuara con eso.

Enipla pudo hacer más, creo que era necesario poner el pie en el acelerador, pero creo que era una política adecuada, que apostaba por resultados exitosos, porque en el mundo está probado que la educación sexual integral y científica disminuye el embarazo en adolescentes y el riesgo de enfermedades sexuales.

Enipla pudo hacer más, creo que era necesario poner el pie en el acelerador, pero creo que era una política adecuada, que apostaba por resultados exitosos, porque en el mundo está probado que la educación sexual integral y científica disminuye el embarazo en adolescentes y el riesgo de enfermedades sexuales. La Enipla se presentó en muchos foros y gustaba además por el componente intersectorial, y mucha gente quería replicar la experiencia. Hay muchas evidencias que dicen que una estrategia como Enipla sirve: hay evidencia mundial que dice, en un estudio médico de evidencia: "los adolescentes que recibieron educación sexual integral tuvieron menor riesgo de embarazo que los adolescentes que recibieron abstinencia y ningún tipo de educación sexual". Se llama Estudio de Evidencia y son recopilaciones rápidas de evidencia; uno busca en buscadores médicos y muchas experiencias, y hace una síntesis de esos estudios. El que cito es un estudio de evidencia de educación sexual versus abstinencia en adolescentes. Es un estudio del propio Ministerio de Salud. Lo que pasa es que no les importa la evidencia, no les interesa eso, lo dicen en la cara, dicen que les interesa la realidad de las familias, viven en la ideología y no importa la política pública ni los resultados.

La estrategia de abstinencia se llama ABC: Abstinence, Be faithful, use a Condom: Abstinencia, ser fiel, usar preservativo, fue usada en África en la lucha contra el VIH sida. Y no ha funcionado, no disminuyó la enfermedad. Y el gobierno ecuatoriano promocionó esto en un Enlace Ciudadano, poniendo como ejemplo a Nigeria, pero estamos comprobado con gente en Nigeria que esto no ha funcionado. Y así haya funcionado, las estrategias no se pueden copiar porque las realidades culturales, sociales y económicas, los contextos son diferentes. África es una cosa, Ecuador es otra. Ahora, yo defiendo profundamente a la abstinencia como una opción, pero esta opción tiene que nacer de la información, del conocimiento pertinente de las diversas opciones, si no es una imposición, y eso en adolescentes la prohibición es lo peor, porque eso es lo que más haces. Si a los adolescentes les abres un abanico, les das posibilidades, lo que ellos eligen, y eso está comprobado, es retardar el inicio de sus relaciones sexuales. La educación sexual, integral y científica, reduce ese tiempo.

Ahora se habla de educar en valores de familia ¿Valores de quién? ¿Cuáles son esos valores? Todo esto depende de perspectivas y ahí entramos en el plano de la subjetividad. El tema es cuáles valores, y si estos valores llegan a diversos tipos de adolescentes, con diversas creencias y prácticas y experiencias distintas. Lo fundamental, me parece, es considerar que son personas inteligentes; bajo este tipo de planes hay una premisa de no creer en la inteligencia de los adolescentes y eso es adultocentrista. En educación la llamamos la premisa de la taza vacía, como que los niños y adolescentes son tazas vacías a ser llenadas, lo cual no es cierto. Ellos tienen  saberes, experiencias, conocimientos y hay otros paradigmas.

Fueron a hacer capacitaciones sobre educación sexual, y preguntaron si no les gustaría encontrar al hombre de su vida, y que el hombre de su vida le está esperando en algún lugar del mundo, y que si no le parece lindo que cuando lo encuentre se entregue virgen a él.

La otra pregunta es qué tan creíbles son esos valores que quieren imponer. Mi hijastra, de 15 años de edad, me cuenta que a su colegio fueron los grupos religiosos, de donde salen las iniciativas del Plan Familia, o será los grupos antiderechos. Fueron a hacer capacitaciones sobre educación sexual, y ella me cuenta que le preguntaron si no le gustaría encontrar al hombre de su vida, y que el hombre de su vida le está esperando en algún lugar del mundo, y que si no le parece lindo que cuando lo encuentre se entregue virgen a él. Ahora, dan este mensaje mezclado como otros como que el rock es malo o satánico, que cuidado con el reaggeton porque les crea comportamientos promiscuos... Uno no puede querer establecer un diálogo con los adolescentes sin siquiera comprender lo que ellos están viviendo, y peor atacando todo aquello que les gusta.  Así que en ese colegio les escucharon y nada más. Quizá lo que les llegó es el tema del aborto, de las fotos que les mostraron y hasta de una película que tiene una denuncia en Estados Unidos por haber sido manipulada, y es la película El Grito Silencioso y que impacta a cualquiera, yo la vi a los 14 años y me quería morir del impacto. Llegan con un discurso prohibitivo, inadecuado, que no pretenden establecer diálogos sino imponer.

El adolescente, lo primero que va a pensar estando en la edad de la rebeldía, es cómo así esta señora me va a imponer sus valores y por qué cree que son mejores que los míos. ¿Discutir los valores? Perfecto, hay que discutirlos, pero ellos no van a aceptar que alguien les quiera imponer sus verdades, porque además ellos están construyendo su verdad y están tomando muchos elementos para saber qué son y qué quieren ser. El discurso del rock y eso del hombre de su vida, del príncipe, se siente falso y vacío de contenido porque en la adolescencia, del primer chico que una se enamora ese es el hombre de su vida; los chicos también se enamoran y creen que se van a quedar con esa persona toda la vida y hasta se hacen planes. Poco a poco van a darse cuenta que no es así, porque es un proceso de experiencia y aprendizaje. Cuando les dicen que deben abstenerse porque el sexo es malo, ellos (y todos los seres humanos) sienten placer, lo gozan, lo pasan bien. Y aunque muchos asuman el sexo como culpa, igual lo gozan y lo siguen haciendo. Las mujeres también quieren sentir su cuerpo, su placer y quiere experimentar. Y vienen a decirles que todo eso es malo, que no toques, no hagas, no vivas. ¿Cómo quieren que funcione algo así?

El tema de la familia y la forma cómo lo aborda el Plan Familia es uno de los que más espeluzna. No solamente porque reproduce un esquema de la familia tradicional, monogámica, heterosexual  y patriarcal, sino también porque desde ese esquema distribuyen un discurso de discriminación, de segregación, de separación que genera un fenómeno complejo si esto llega a instalarse. No ven la realidad concreta de las familias ahora, que son diversas: la tradicional con padre, madre e hijos; otras las cuales los hijos son de distintos padres o madres, algo muy común ahora; las familias migrantes, las familias de mujeres solas, familias de hombres solos, la familia de una abuela que vive con sus cinco nietos y nietas porque los papás están en España. Y todo eso no incluye el plan.

Cómo se aplica una estrategia pensada de manera tradicional con familias tan distintas; por ejemplo, el rol del padre proveedor y cabeza de familia, el padre como jefe y dueño de los destinos de su esposa e hijos. Y además que el Plan Familia excluye el tema de las diversidades sexuales, las ignora y esto genera exclusiones: ya los gay sufren discriminación, pero además llega el Estado con un discurso que patologiza, en un país en el cual uno de los grandes problemas en derechos humanos es el de gente encerrada en clínicas para ser "deshomosexualizadas" y así se reproduce un discurso que niega, invisibilidad, excluye y patologiza.

El Plan Familia excluye el tema de las diversidades sexuales, las ignora y esto genera exclusiones: ya los gay sufren discriminación, pero además llega el Estado con un discurso que patologiza.

El otro es el discurso sobre las niñas víctimas de violencia sexual, que se las ve como contaminadas; sí, pobres pero pongámoslas a un lado no vayan a contaminar al resto;  y la responsabilidad que cae sobre estas niñas: qué hicieron para provocar la violencia; ese es otro patrón dañino para la sociedad, para los hombres que se ven incluso obligado a tener relaciones que no les gusta para demostrar poder, y las mujeres que nos vemos obligadas, todos los días, a vivir acoso y violencia. Así que por la experiencia, este discurso conservador va a generar el efecto contrario; los chicos más reprimidos son los que más buscan cosas diferentes.

Este es un tema que pasa fundamentalmente por el cuerpo de la mujer, y es por ello tan difícil ese debate, porque tiene que ver con un montón de cosas que para la sociedad son sensibles y complejas. Pero el centro del debate sobre la reproducción es el cuerpo de la mujer; siempre carga con la reproducción, con el tema de la sexualidad. El cuerpo nos es expropiado; en este sistema nos tratan de expropiar el cuerpo, que debería ser nuestro primer territorio, el espacio propio desde el cual construimos identidad. Hay una carga desproporcionada sobre la mujer que tiene que ver con este intento de expropiación del cuerpo, de hacerlo ajeno a nosotras mismas, de hacerlo extraño. Se trata de producir una desconexión entre las mujeres y su cuerpo. Es a ellas a quienes compete, son ellas las que deben cuidarlo, proteger la sexualidad, y muchas mujeres siguen viviendo en culpa por vivir su sexualidad activa y libremente. Otras sienten culpa por sentir placer y otras que no sienten placer deben seguir teniendo relaciones porque su sexualidad es para complacer.

Todo lo que esto causa es una escisión de nuestra sexualidad, desde la cual además se construye nuestra identidad, porque la identidad de las mujeres se construye profundamente alrededor de su sexualidad, sea su negación, sea la forma positiva de verla que es la maternidad, en la forma negativa de verla en el caso de ser puta. Hay una carga desproporcionada sobre lo que el cuerpo de la mujer tiene que hacer y de la mujer como integralidad. Esto, lo del Plan Familia, nos retrocede cien años, no solo en los derechos de las mujeres sino también de los jóvenes y adolescentes, porque lo que quieren es controlar hasta su sexualidad, y se los trata como seres vacíos. Así se van a generar más brechas y se van a sentir más complicados en sus vidas y en su sexualidad y son los grandes damnificados de todo esto.

 

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Plan Familia Ecuador o un retroceso de cien años
 


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