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25 de Marzo del 2019
Historias
Lectura: 10 minutos
25 de Marzo del 2019
Redacción Plan V
Los desafíos de las ciudades ecuatorianas: la ruta de la prosperidad
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A pesar de ser una ciudad antigua, con gran población y recursos económicos, Guayaquil presenta algunas deficiencias en su desarrollo. 

 

En una investigación de la Flacso se aplicaron varios indicadores para determinar cuán cerca están las ciudades ecuatorianas de tener un índice de prosperidad y calidad de vida aceptable. Cuenca, Ambato y Quito, las mejor evaluadas.

Cuán próspera es una ciudad es algo que puede medirse por medio de un índice. En 2016, la Flacso, con el auspicio de organismos internacionales, como Onu Habitat y el BID, preparó el primer reporte del índice de prosperidad urbana, aplicado a 27 ciudades ecuatorianas. La investigación, que se nutrió la información disponible en esa época, como el Censo nacional de 2010 y la Encuesta de Calidad de Vida de 2014, estuvo encabezada por el ex alcalde de Quito y actual docente de la Flacso, Augusto Barrera. 

El tema cobra actualidad cuando, pasadas las elecciones seccionales, nuevos alcaldes se harán cargo de los 221 municipios del país, en un nuevo periodo de gestión de cuatro años. Aunque, explican los autores de la investigación, no tratan de ser un ranking, lo cierto es que los indicadores aplicados permiten comparar la calidad de vida de las ciudades ecuatorianas en Costa, Sierra y Amazonía.

Aunque, explican los autores de la investigación, no tratan de ser un ranking, lo cierto es que los indicadores aplicados permiten comparar la calidad de vida de las ciudades ecuatorianas en Costa, Sierra y Amazonía.

El informe destaca la calidad de vida en 27 ciudades ecuatorianas. 

El Ecuador, destaca la investigación, es un país que ha pasado por un acelerado proceso de urbanización. El 41% de quienes viven en ciudades en el Ecuador lo hacen en Quito y Guayaquil, las dos principales ciudades que han constuido el origen de la nacionalidad desde la fundación de la República. 

La investigación precisa que hay varios tipos de ciudades en el Ecuador: las dos principales, como Quito y Guayaquil, así como las que se encuentran en las hoyas interandinas, las que están en el camino en Quito y Guayaquil en la Costa y las que se han desarollado en las estribaciones orientales. Una serie de ciudades grandes e intermedias evidencian que, en la actualidad, el grueso de la población nacional vive en ciudades de distinto tamaño y cada vez menos en las áreas rurales. Según el estudio, para 2050 el 80% de los ecuatorianos vivirán en ciudades. 

Las ciudades que más rápido crecen son las de la Costa, pues los flujos migratorios internos, desde mediados del siglo XX, tienden a ir de la Sierra a la Costa. Son estas ciudades las que más problemas tienen, pues no están preparadas para absorber los flujos migratorios. 

Pero no todo ha sido malo: al vivir en las ciudades y contar con más servicios, se considera que la gente es menos pobre que al vivir en el campo con más limitaciones. Desgraciadamente, hay grandes brechas entre cómo funcionan los municipios y qué capacidad económica y de gestión tienen.

Pero no todo ha sido malo: al vivir en las ciudades y contar con más servicios, se considera que la gente es menos pobre que al vivir en el campo con más limitaciones. Desgraciadamente, hay grandes brechas entre cómo funcionan los municipios y qué capacidad económica y de gestión tienen.

A partir de 1980, en el Ecuador se crearon más cantones, conviertiendo lo que eran parroquias en municipios con infraestructura y burocracia propias. Muchos de ellos, señala el Estado, viven solo de las rentas del Estado y no producen lo suficiente para su gasto corriente. En muchas zonas, crear más municipios en lugar de mejorar la situación la ha complicado. 

Para elaborar el informe, se han tomado en cuenta varias dimensiones, como productividad, desarollo de infraestructura, calidad de vida, equidad e inclusión social, sustentabilidad ambiental, gobernanza y legislación.  Estas dimensiones, comparadas entre sí, permitieron a los autores del estudio hacer una clasificación que también permite comparar las ciudades ecuatorianas con las de otros países. 

Y tras aplicar la metodología, se pudo determinar que, según los estándares internacionales, las ciudades ecuatorianas se ubican en rangos de prosperidad moderadamente débil. 

Así, las conclusiones del estudio establecen que las tres ciudades mejor posicionadas son Cuenca, Ambato y Quito. Las tres últimas en el estudio, en cambio, son Orellana, Morona y Lago Agrio. Guayaquil, Portoviejo y Riobamba se encuentran en el medio de la tabla. 

Las conclusiones del estudio establecen que las tres ciudades mejor posicionadas son Cuenca, Ambato y Quito. Las tres últimas en el estudio, en cambio, son Orellana, Morona y Lago Agrio. Guayaquil, Portoviejo y Riobamba se encuentran en el medio de la tabla.


El ex alcalde de Quito, Augusto Barrera, encabezó el estudio sobre la prosperidad de las ciudades. 

Las recomendaciones del estudio

Tras analizar caso por caso a la situación de 27 ciudades, los autores del estudio formularon una serie de recomendaciones, que podrían ser tomadas en cuenta por los flamantes alcaldes electos en estos comicios seccionales. 

"La constatación de que ciudades con similares condiciones demográficas y geográficas obtienen resultados distintos e incluso de que ciudades de menor tamaño poblacional tienen mejores índices de infraestructura, equidad o cuidado ambiental, muestra la importancia de la acción colectiva en la construcción de la ciudad", destaca el estudio.

Así mismo, se precisa que "Ciento setenta y seis de los 221 cantones cuentan con 50 000 habitantes o menos, provocando un efecto de fragmentación. Treinta y nueve cantones tienen menos de 5000 habitantes y su debilidad demográfica les condena a la marginalidad política y limita de modo extremo sus capacidades de emprender acciones de mayor envergadura". Para el director del informe, Augusto Barrera, una solución a este problema es trabajar por medio de mancomunidades, que ya son plenamente viables según la ley actual, que permitan que municipios pequeños se asocien para construir obras de infraestructura, como plantas de agua potable que sirvan a varios cantones. 

Según el estudio, es importante disminuir las brechas de desigualdad entre las ciudades. "Las ciudades de Ecuador están en condiciones de plantearse como horizonte en pocos años la universalización de un conjunto de derechos básicos que se podrían calificar como un “mínimo vital urbano”: suelo seguro, vivienda de calidad, cobertura universal de agua potable y saneamiento, acceso a educación y salud, y gobiernos responsables para todas las ciudades". A pesar de ello, Barrera sostiene que pocos o ninguno de estos temas estuvo pendiente en la reciente campaña política ni siquiera en Quito, menos en las ciudades del interior. 

"Para todas las ciudades queda planteado un conjunto de desafíos enormes: asegurar el crecimiento sostenido, el incremento de las capacidades productivas, la redistribución del ingreso y la riqueza, el empleo adecuado; potenciar los procesos de democratización que ofrece la escala de la ciudad; fortalecer las capacidades institucionales; garantizar el volumen de ingresos y la calidad del gasto; y, lograr el acceso universal a todos a servicios básicos y enfrentar los riesgos", señala el informe. 

La planificación de las ciudades está también, en veremos. El estudio destaca que "los resultados obtenidos del análisis de la expansión de la mancha urbana muestran una tendencia devastadora para los ecosistemas circundantes y hacen avizorar costos para las ciudades imposibles de sostener en el mediano plazo".

En el caso de Quito, Barrera destaca que hay muchas zonas de la capital que podrían tener una mayor ocupación, sea por medio de construcciones en altura, sea por la edificación en solares que en el pleno hipercentro están vacíos.

En el caso de Quito, Barrera destaca que hay muchas zonas de la capital que podrían tener una mayor ocupación, sea por medio de construcciones en altura, sea por la edificación en solares que en el pleno hipercentro están vacíos. Esto, precisa Barrera, haría que la mancha urbana capitalina se expanda menos, pues mientras más distantes están los barrios más complicado es proveerlos de servicios. Una mayor concentración de habitantes en las ciudades ecuatorianas, que usen los servicios básicos que ya están disponibles, es necesaria. 

A los autores de la investigación les llamó la atención cómo en la mayoría de las ciudades no han estudios sobre el ambiente o sobre los riesgos naturales. 

Una de las principales dificultades del estudio, precisa Barrera, fue la falta de información uniforme y sistematizada: "La obtención de información fiable y común a las ciudades estudiadas ha sido prácticamente imposible. Algunas disponen de información y otras carecen totalmente de datos. Por esta razón es indispensable definir un mínimo de indicadores de manejo universal y público que debe ser establecido por las municipalidades, para efectos de construir políticas públicas basadas en diagnósticos objetivos y posibilitar un seguimiento de la gestión por parte de los ciudadanos".

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