Tres semanas han pasado desde que el Municipio de Quito resolvió clausurar los modestos hostales en donde prostitutas del Centro Histórico llevaban a sus clientes para brindar sus servicios. Pero en la tarde del pasado viernes 6 de noviembre, era posible ver pequeños grupos de ellas en plazas del casco colonial como San Blas, Del Teatro o Santo Domingo, según constató este portal. 

Se sabe, según informa la secretaría de Inclusión del Municipio, Margarita Carranco, que hay por lo menos 200 mujeres entre jóvenes y de mediana edad que ejercen la prostitución en las calles del Centro Histórico. Ellas confrontaron con el alcalde metropolitano de Quito, Mauricio Rodas, a quien responsabilizaron del cierre de los hostales y de impedirles ejercer su oficio en las calles sin darles un opción. Pero el burgomaestre prefirió no pronunciarse directamente. Fue su secretario de Seguridad, el ex oficial de Policía Juan Zapata, comandante de la Policía Metropolitana, quien se limitó a citar al ex alcalde y general retirado Paco Moncayo, quien sostuvo que el Centro Histórico no debía llenarse de trabajadoras sexuales. 

Las mujeres recurrieron entonces a marchas de protesta y se hicieron presentes en la Plaza de la Independencia, exigiendo al Cabildo una alternativa. Inclusive, se supo que una de esas protestas incluyó una escena de sexo en plena calle, por la que la justicia procesó a una de las trabajadores sexuales, que fue detenida en tiempo récord.

Pero aunque se logró, según precisó la secretaria Carranco, que las trabajadoras dejen de protestar, lo cierto es que el Municipio parece haber puesto la carreta por delante de los caballos en el manejo del tema: primero se decidió cerrar los hostales e impedir el trabajo de las sexo servidoras y luego se buscaron opciones de reubicación y trabajo. 

Las casas de tolerancia

Según Margarita Carranco, al iniciar su gestión en la Secretaría de Inclusión, encontró poca credibilidad entre las trabajadoras sexuales con relación a la acción del Municipio. Esto debido a que en administraciones anteriores, se construyó un centro de tolerancia llamado La Cantera, en la parte alta del casco antiguo, en donde se trató de reubicar a las trabajadoras del Centro. Pero, al respecto de este lugar, hay opiniones divididas, precisa Carranco. Aunque en opinión de la secretaría las instalaciones sí funcionan, y era necesario mejorar servicios como policía, cuidado de los hijos de las trabajadoras y salud, es también importante que haya transporte al sector.

El local de La Cantera sigue operando, pero la secretaria piensa que deben mejorarse las condiciones en ese espacio para que más trabajadoras se instalen en el sitio.

Para Carranco, hay una serie de problemas relacionados con la prostitución. Así, cuenta que hace pocos meses una red de extorsión obligaba a las prostitutas a dedicarse al microtráfico de drogas y a pagar por el uso de las calles, pero esta red fue desmantelada por la acción conjunta del Municipio y de la Policía y Fiscalía. Los presuntos responsables de esa red se encuentran detenidos y enjuiciados, dice Carranco.

Pero a pesar de esto, Carranco sostiene que no se puede estigmatizar a las prostitutas, pues no todas los gremios están vinculados con actividades ilícitas. 

El Municipio ha intentado ofrecer opciones de vida a estas personas, pero no más de 23 trabajadoras sexuales han decidido dejar el oficio, en especial las de mayor edad. La secretaria Carranco sostiene que muchas de las prostitutas tienen del interior del país, en especial, de las provincias de la Costa y el Oriente. Se ha buscado también atender a algunas mujeres que no han terminado sus estudios, pero la secretaria admite que no hay mucho interés en estas opciones mientras la situación económica de las mujeres no se soluciona. 

Sobre dónde pueden trabajar las mujeres, Carranco precisa que es necesario llegar un consenso entre los habitantes del Centro y las trabajadoras sexuales. Para ello se ha conformado una mesa de trabajo, a cargo de secretario de Territorio, José Luis Guevara. Hay varias reuniones con los sectores involucrados, pero Carranco sostiene que se está discutiendo sobre nuevos espacios para el trabajo sexual. La decisión del cierre de los hostales, tomada por el alcalde, se mantendrá en firme, precisa Carranco.

La opción que se maneja es que el trabajo sexual se realice en algunas casas de la ciudad antigua, hasta que haya nuevos espacios. Con el apoyo del Colegio de Arquitectos se está buscando casas en donde se pueda adecuar centros de tolerancia. Se ha dicho, por lo pronto, que las trabajadoras no estarán ya en las calles, sino dentro de estas casas de tolerancia. Se ha pedido a los vecinos, por otro lado, que flexibilicen su postura sobre la salida de las mujeres en forma inmediata de la zona.

Para Carranco, es necesario afrontar el problema de una manera integral, que abarque salud, cuidado de los hijos, atención en el caso de fallecimientos, entre otros aspectos en los que una población vulnerable no tiene posibilidades de enfrentar. 

Sobre las protestas, Carranco sostiene que hubo un exceso en el "acto obsceno" cometido por las trabajadoras durante sus protestas, pero aseguró que hubo disculpas por parte de las trabajadoras sexuales. Sobre La Cantera, precisó que lo más probable es que las más jóvenes trabajen en ese local, pero bajo la administración de las propias mujeres.

"Las mujeres no pueden estar sin comer. La solución no puede pasar de una semana más", dice la secretaria Carranco, quien afirma que esta problemática no debe pasar de un mes. Sobre los recursos, se estima que en 2016 habría una solución definitiva, financiada por el Municipio, pero que se establecerá algún arreglo provisional hasta fines de este año. 

La prostitución en la ciudad, sin embargo, no parece tener una solución en el mediano plazo. Con el cierre de centros nocturnos en otras partes de la ciudad, dispuesta por el Ministerio del Interior, se teme que muchas trabajadoras sexuales se dirijan hacia el Centro Histórico y otras zonas de la ciudad.