
Es periodista y docente universitario. Licenciado en Comunicación Social y máster en Tecnología Educativa y Competencias Digitales. Vive en Los Ríos.
Pretendía escribir sobre los otros candidatos que integran la “Peste electoral de Los Ríos”. Continuar con Troya y sus dobleces partidistas, o un Hurtado (Democracia Sí) que por estas fechas siempre reaparece de candidato y luego se oculta al servicio del mismo Troya. O quizá nunca deja de estar. Abordar sobre la doble moral de quienes encabezan lista de asambleístas por CREO. Escribir sobre un tal Vargas de Babahoyo (dueño de Pachakutik en Los Ríos) que en 2019 fue un shakiro (ciego, sordo y mudo) cuando Jonny Terán metió otro socialcristiano —de apellido Cabezas— disfrazado con wipala en las vocalías del CNE provincial para hacer mayoría y llevarse la provincia en peso. Quería escribir sobre el chanchullo provincial, pero no.
Mejor voy aprovechar lo que resta para el 7 de febrero, dentro de los plazos de ley, para compartir mis temores e incertidumbre. Escribir sosteniendo en cada palabra el amor por los míos y mi país. Sentimientos que confluyen en una sola decisión: mi voto en las presidenciales de este domingo. Empiezo trayendo a colación lo que un amigo, que acoge todo lo que se ventila por las cuatro esquinas, no cesa de repetirme: los correistas van a ganar y me aconseja no escribir, que mejor calle. Diga lo que diga —sentencia— se van a llevar la presidencia. Que no me bronquee más.
Pero pienso en lo que le pueda suceder a mis hijos. Lo pienso sin dejar de ver a los miles de jóvenes que hoy son víctimas de las drogas, consumidores a plena luz del día, metiéndose cuanta sustancias encuentran por las calles… Y al verlos recuerdo a Rafael Correa permitiendo el porte de drogas en pequeñas cantidades, impulsando con esto el microtráfico. También lo recuerdo sacando a EE.UU. del control antidrogas desde Manta, con sus cuentos chinos de soberanía. Jugada maestra: quitó controles al gran narcotráfico y dio pie al microtráfico. El amigo de las FARC les permitió expandir su negocio. Lo que pretendían, cuando declaraban apoyo al “amigo Correa”.
Creo que el mayor daño del correísmo no son los miles de millones robados en obras con sobrecostos y mal hechas (Hidroeléctricas, refinerías y carreteras); o en atracos descarados e intangibles (El Aromo, consultorías chuecas y el imperio de la publicidad que volvió millonarios a los Alvarado Espinel). El mayor daño fue entregar el país a las mafias de las drogas: al micro y gran tráfico. Robar nos han robado siempre y como dice mi mamita “la plata se recupera”; pero lo otro, entregar el país a los carteles de las drogas, es imperdonable y de ahí no hay vuelta atrás.
El mayor daño del correísmo fue entregar el país a las mafias de las drogas: al micro y gran tráfico. eso es imperdonable y de ahí no hay vuelta atrás.
Que la culpa del riesgo de terminar como Venezuela la tenga este gobierno, hijo perfecto de las entrañas del correismo, o el mañoso electoral que permitió pasar la ilegal candidatura Arauz- Rabascall, a través del voto de su consejero en el CNE, está de más martillarlo. Ellos negociarán con Correa -como siempre lo han hecho- y seguirán con sus vidas de lujos, en este u otro país. El riesgo recae en nosotros: el pueblo ecuatoriano ¿Tiene dudas? Asómese a su ventana y vea a quienes mendigan. Ellos huyen de los amigos del correismo: del narco gobierno de Nicolas Maduro. Si quiere que eso nos suceda a todos nosotros, vote por Arauz y la gavilla que le acompaña. Eso sí, luego no se lamente.
Posdata: Guillermo Lasso cometió un error con Nebot, el mismo que con Moreno. Se volvió electoralmente lo mismo. Pero si quiere castigar todo lo que representan ellos con su voto, no tiene por qué joder más al país votando por lo peor. Ahí tiene a Yaku Pérez. Prefiero equivocarme con alguien que no conocemos aún, a equivocarme con ladrones o mafiosos conocidos. (O)
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