Los medios de comunicación nos presentaron a los ecuatorianos solo una pequeña parte del mensaje que el exsecretario de comunicación, Fernando Alvarado, grabó desde el exilio para el Presidente Lenin Moreno. Es entendible esto, ya que no se puede destinar mucho tiempo para hablar de este video en los noticieros. Pero, si escuchamos atentos todo el mensaje de Alvarado nos daremos cuenta de varias cosas, la primera, que este mensaje no fue grabado para que los ecuatorianos nos enteremos de cómo le va en el exilio, sino que es una advertencia para el actual Mandatario.

Me referiré al último video de Alvarado, publicado el 26 de octubre, ya que existe un video del 23. Este video que se hizo público en los medios de comunicación tradicionales es una respuesta a la cadena del Primer Mandatario. Se escucha a un Alvarado indignado por la supuesta traición que habrían sufrido los seguidores del expresidente, Rafael Correa.

“Usted me conoce… sabe cómo trabajamos en su campaña”, indica Alvarado y a esto le suma que él se unió en la segunda vuelta. “Fernando tenemos que ganar esta batalla porque Rafael debe volver a gobernar este país”, recuerda Alvarado que dijo el actual jefe de Estado. Aquí no solo habla el comunicador que con sus empresas obtuvo jugosos contratos con el Estado, en el gobierno anterior. También habla el político que al enfrentarse al actual presidente devela cuál era el plan inicial de Alianza País: que regrese Correa al Ecuador para gobernar. ¿Este plan habrá cambiado? El panorama no está claro, pues en el discurso se dice que se lucha contra la corrupción, pero en la práctica aún falta, incluso el mismo Alvarado señala que “un ser” muy cercano al Presidente Moreno lo ayudó a escapar. Es decir, en la práctica se sigue otro guión muy diferente a lo que se dice en el discurso.

¿Hay traidores en el circulo cercano al Presidente? O ¿el plan inicial debe continuar? Quienes trabajaron con Alvarado saben que es un genio en estrategias comunicacionales y que él siempre tuvo el panorama político claro, por ejemplo, en el caso de la prensa, en el anterior régimen había que arrinconarla para que solo la palabra del expresidente sea la única verdad que conozca el ecuatoriano de a pie. Quizá toda esta batalla que hay al interior del partido oficial sea un fantástico show, pues el discurso está muy alejado de las acciones.

Pero si es verdad la pugna de poder dentro del oficialismo, Alvarado le envía un mensaje claro al Presidente Moreno: “le quiero presidente… porque me cae bien, pero lo que usted está haciendo es muy ingrato, desleal… usted no tiene derecho a usar la palabra traición… Presidente se ha entregado en malas manos, le dejo un abrazo”. Alvarado utiliza tres cartas para dirigirse a Moreno: 1) Apela al afecto, es aquí donde deja un espacio de tiempo para que el Presidente reflexione sobre su caso, pues hay afecto de por medio, los dos hicieron que sus familias se conozcan. 2) Le quiere cobrar su ayuda en la campaña por lo cual dice que no cobró nada. Aquí le recuerda que dentro de los correistas existe un código de lealtad que el Jefe de Estado ha irrespetado. 3) Prefiere echarle la culpa a los colaboradores de Moreno antes que a él mismo. Cree que el Presidente no es capaz de actuar de manera desleal y prefiere decir que es el resto que lo rodea. Nuevamente le da el beneficio de la duda, para que en el nivel legal, político y social, Moreno actúe diferente con Alvarado, deje su caso sin resolver. ¿Qué acciones tomará el Jefe de Estado? Las que sean, dejarán ver la verdad de esta “pugna”.

Alvarado se autodenomina cualquier cristiano perseguido, lo cual es mentira, él fue una ficha importante en el gobierno anterior. Niega la existencia de trolls sin embargo, en los ministerios se encargaban desde los departamentos de comunicación a crear cuentas falsas y por fuera del Estado, según investigaciones periodísticas, encontraron personal realizando este trabajo. ¿Él no sabía nada? Por favor, todos lo sabían.

En la mitad del video señala que él actúo creyendo que hacía lo correcto, con este argumento parece librarse de las responsabilidades, quizá le parecía correcto dar contratos a dedo a sus íntimos conocidos y a su misma familia. Pero insiste que el presidente Moreno sabía todo de su trabajo y admirado le dice, entonces, ahora por qué “la persecución”. ¿Qué tanto sabía y sabe el actual Mandatario? Eso es algo que conoceremos con el tiempo, pues eso es lo que le ha dado Alvarado a Moreno: tiempo para que reflexione sobre su caso. De lo contrario, quizá los ecuatorianos escuchemos las confesiones de Alvarado desde su clandestinidad, pues no piensa callar…