
Desde las protestas de octubre, donde ya está claro que se mezclaron los ánimos de la protesta legítima con las ansiedades sediciosas del Socialismo del Siglo XXI, es como que el país entró en una pausa. Como que contiene el aliento antes de expeler.
Desde el 13 de octubre no hay avances sobre temas que preocupan a todos. El principal: hay cinco millones de ecuatorianos sin empleo fijo y eso no cambia. Ni siquiera hay un camino para ayudar a los más de 500 000 NiNis que ya existen en el Ecuador.
El Gobierno ha perdido la capacidad de tomar al toro por los cuernos, en lenguaje taurino que entienden en la mesa chica. Apelan a las viejas tácticas de la propaganda, mezcladas con la mensajería virtual -si estás en el chat, sal del grupo porque quedarás como el Don Rabas de esta época de la revolución-, para buscar un blindaje mediático. Algo riesgoso para la credibilidad de los medios e inoficioso para el Gobierno, que está desbordado por el legado de su antecesor. Es simple. Ya no estamos en la época de los sabelotodo de los medios tradicionales que nos decían qué pensar. Ya existe el Internet…
Pero tanto presionan en esa línea, que han inventado enemigos para el país, de nuevo, como en el período anterior, que nacen en la sociedad civil organizada y en algunos medios. Su temor, su inoperancia, hace que todo el que no se enfile a sus planteamientos sea un rival.
Es innegable que la revolución ciudadana es un fracaso económico, político y social. Y ha sido un arduo trabajo, de varios años, y que ha beneficiado a pocos. A los ecuatorianos parásitos, como los del caso del Arroz Verde, los grandes y los chiquitos que cobraron las facturas a las grandes empresas.
Tuvieron, y tienen, operadores que buscan, vehementes, mantener el modelo, del gasto innecesario, impuestero, sí, impuestero, así les duela a los conservadores y socialistas, que ahora están juntos. Tomados de las manos.
Tanto es el miedo a Correa que ahora creen que hay triunfo con Moreno. Ellos dicen que no hay derrota, porque solo ellos son triunfadores. Los tragones y amantes del status quo. Las mieles del poder. El mal común.
Así como muchos, sostengo que sí hay derrota. Con este gobierno hay derrota al engañar con el diálogo, ya marca registrada de los que no quieren perder el alimento. Al crear enemigos. Cuando no hay rumbo económico para buscar fortuna y equidad hacia el futuro. Hay derrota con la supuesta cirugía mayor… La que no investiga. La que prefiere no crear comisiones internacionales anticorrupción por si les levantan la alfombra y les descubren el polvo.
Pero hay algo más risible de estos personajes, de los conservadores y socialistas. Les asusta pensar en que tendrán a una barrera en Jaime Nebot. Sienten que él es quien puede enfrentar esos grandes problemas del Ecuador. Quito, que vive ante el abandono político, desde el mismo alcalde Jorge Yunda, mira en Nebot, según la encuesta de Click, a un líder con alta capacidad de solucionar los problemas.
Contrario de muchos tuiteros que se fueron contra Nebot, los quiteños vieron con sana envidia que un líder político tenga la capacidad de convocar a los ciudadanos y defender su ciudad de la violencia. No contra los indígenas, contra los sediciosos. Lo dice una encuesta de Click Reseach.
Si Nebot se convierte en el Presidente que administrará la quiebra nacional, merece el apoyo de todos. Hace poco cumplió 73 años. Pero sus coidearios aseguran que tiene mucha más energía que los jóvenes con los que suele estar acompañado.
Recordemos que en Quito, en octubre, la gente tuvo que salir, en muchos casos con armas de fuego, a custodiar la propiedad privada. Lo vi. Hicieron lo que Nebot advirtió que sucedería: si el Estado no respondía, se reemplazaría al Estado. La mayoría de Quito, según Click, quiere a Nebot de presidente del Ecuador, medición realizada luego de las protestas de octubre. Mayoría de Guayaquil, también. La mayoría de Cuenca, lo mismo. Si él puede mantener esos números… está por verse. Jaime Nebot estuvo arriba con 20,24%, frente al candidato de Rafael Correa, con un 16,03%, y Guillermo Lasso con un 10,51%.
Pero si ocurriera, si Nebot se convierte en el Presidente que administrará la quiebra nacional, merece el apoyo de todos. Hace poco cumplió 73 años. Pero sus coidearios aseguran que tiene mucha más energía que los jóvenes con los que suele estar acompañado.
Mientras Nebot hace esperar al país con su decisión final, debemos seguir toreando a los que únicamente les preocupa quién gobierna… y no para qué gobierna. Conservadores y socialistas unidos, relajando las formas de la democracia y creando enemigos. Juntos intentando imponer sus valoraciones personales.
Entonces, hay que asumir el riesgo. Pensar en alternar, ofrecer nuevas miradas y soluciones a los mismos problemas. Tranquilos… en el 2021. Claro, si aguanta.
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