Todo indica que CREO sufre un intenso sabotaje interno. La organización política fundada en 2012 por el banquero Guillermo Lasso se tambalea frente a las próximas elecciones de 2021. ¿Por qué?
Antes de las últimas presidenciales, hace 4 años y antes de las últimas municipales hace 2, pronostiqué el error de CREO en la configuración del binomio presidencial y después en la disputa por la alcaldía de Quito. No me equivoque en ambos casos.
Hoy tengo similares sospechas. El fracaso en el encausamiento legislativo a Diana Atamaint, presidente del Consejo Nacional Electoral, fue un error estratégico que le costará caro a la organización interna del partido. Un juicio político es una operación sostenida con votos, pero CREO no los aseguró antes de asestar el golpe que de regreso los dejó noqueados. ¿Acaso no confirmaron los votos suficientes en la Comisión de Fiscalización para dar viabilidad a sus acusaciones? Lo único que consiguieron fue el descredito ante la opinión pública, lo que da a entender que todo esto podría responder a otra finalidad.
Guillermo Lasso se ha robustecido en las provincias de la Sierra central. Lo que históricamente se había convertido en una fortaleza infranqueable para cualquier candidato de la Costa, tras las elecciones de 2013 y 2017, Lasso transformó en su potencial voto duro. Provincias que tradicionalmente son consideradas como progresistas en su votación como Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua, Bolívar, Chimborazo, Cañar y Loja se confirmaron como la fuente electoral del candidato empresario. En estas dos contiendas, Lasso consiguió tender puentes de identidad con las clases populares y comerciales, con las clases medias burocráticas y universitarias, con los sectores agrícolas, ganaderos e industriales, con las organizaciones campesinas y populares, y hasta con el electorado conservador de estas provincias. Todo este sector ha votado históricamente por la Izquierda Democrática, por la Democracia Popular o por el Movimiento Popular Democrático. De estos, al primero le cuesta recupera su caudal electoral desde su reaparición, el segundo se encuentra extinto y el tercero se convirtió en la actual Unidad Popular. En la política como en la vida, todo espacio desocupado es ocupado por alguien más. ¿A quién conviene que CREO desocupe su espacio electoral interandino?
CREO rompió su coalición de gobierno en un contexto desfavorable, comunicando entrelíneas que la falta de votos, y no otras razones programáticas o de interés nacional, son sus desavenencias con el Gobierno.
Luego de las protestas de octubre de 2019 algunos líderes del movimiento indígena se han fortalecido en los estudios de opinión. Alguno de ellos ha anunciado su intención de participar en las próximas elecciones presidenciales. Varias organizaciones políticas de la tendencia se han sumado a apoyar a esta u otras posibles candidaturas. Se especula sobre una coalición, con distintas formas de combinación, entre Pachakutik, el Partido Socialista, la Unidad Popular y otros. También se dice que Compromiso Social de Rafael Correa podría entrar a negociar en este espacio. ¿A cuál de estos podría beneficiar el debilitamiento de CREO en la Sierra?
Pero el aparatoso fracaso en el impulso al juicio político en contra de Atamait no solo debilitó a las estructuras internas del partido de Lasso, sino a sus principales voceros. El partido apoyó a dos asambleístas en esta maniobra. Una de ellos es una asambleísta reconocida por su labor fiscalizadora y el otro por culpar a su compañera del error en la redacción de la solicitud de enjuiciamiento. ¿Acaso esa falta fue introducida a propósito?
Todo resultó en un golpe certero. CREO rompió su coalición de gobierno en un contexto desfavorable, comunicando entrelíneas que la falta de votos, y no otras razones programáticas o de interés nacional, son sus desavenencias con el Gobierno. Además, la separación fue una noticia secundaria mientras que la principal era el triunfo de una sola persona que se enfrentó a un puñado de legisladores y que tiró por tierra un juicio por estar mal redactado.
La respuesta ante este fracaso es otro error. Los legisladores anunciaron la presentación de las mismas pruebas ante la justicia ordinaria. Pero esto ya no es una noticia relevante. La fiscalía se tomará los 90 días que ordena la ley para estos casos y luego de anunciar su decisión en tres meses todos habremos olvidado el asunto.
CREO juega en su contra y a favor de otros. Los estrategas del partido de Lasso están malbaratando sus posibilidades electorales, a su organización y a sus propios voceros. A los estalinistas de la organización eso no les preocupa, ellos volverán a sus orígenes partidarios cuando colapse esta opción de centro.
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