
Ayer te mate.
Y tú eres la culpable. Viniste conmigo, toda provocativa y sexi y luego te negaste a que te tocara. Por eso tuve que reventarte el cráneo. Tuve que acuchillarte y dejar que mueras desangrada.
Muerta ya no me eras de utilidad, eras sólo un desperdicio, que embalé y arrojé en la playa para que nunca te encontraran.
Pero te encontraron y empezaron las preguntas, preguntas que no entiendo si es obvio que tú eres la culpable.
Te lo buscaste, vestías bikini para provocarme. Caminabas sola en la noche. Bebías, bailabas, disfrutabas de tu sexualidad. Tú eres la culpable.
Tenías ropa sexi.
Andabas sola.
Las mujeres no andan solas si no están buscando algo, ¿cierto?
Te metiste en un barrio peligroso, ¿Qué esperabas?
Pero no solo es tu culpa, es de tus padres que no te pusieron en orden desde el principio. Que no te cortaron las alas. Que no te enseñaron que no se puede viajar, bailar, salir sola, que eso es provocar, que eso es exponerse. Que las mujeres son vulnerables y tienen que esconderse. Que no deben disfrutar la vida de la misma forma que lo hace un hombre y que si lo hacen, son unas zorras.
Y eso solo lo entendiste cuando exhalabas tu último suspiro. Que ahora estés muerta es solamente tu culpa. Si hubieras sido hombre, eso no te hubiera pasado. Si hubieras sido hombre no estarías muerta. Y si aun así estuvieras muerta, no sería tu culpa.
Las mujeres no pueden ser independientes, no pueden salir, bailar, viajar solas. Si lo hacen es porque algo andan buscando. ¿Por qué ponerse trajes cortos y escotados si no es para que yo te vea? ¿Si no es para que yo te disfrute? Las mujeres de verdad deben quedarse en casa. Las que no, son unas putas y están condenadas.
Qué pena que haya tenido que matarte para que lo entendieras. Espero que tu muerte sirva de lección a esas mujeres que van por la vida provocándonos con sus vestiditos sexis y su actitud liberal. Todas esas locas que lo que en realidad buscan es un macho que las atienda. No me vengas a decir ahora que no te lo buscaste.
Y no sólo lo digo yo, lo dicen muchos, que, “si “jalas dedo” tarde o temprano terminarás muerta, aquí o en cualquier otro lugar.”, que “si viajas sola te estás exponiendo”, que “si te pones una faldita corta, pues mereces ser violada”. ¿Ves?, yo no soy el responsable, esta sociedad machista sabe que, si ayer te maté, tú eres la culpable.
Lo que pido ahora es que esta sociedad no abra los ojos, que las mujeres dejen de pelear por sus derechos, que menos de ellas luchen por su independencia, que la gente no pueda sacarse el pesado velo de los prejuicios, porque entonces el culpable de tu muerte seré yo.
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