
Es periodista y docente universitario. Licenciado en Comunicación Social y máster en Tecnología Educativa y Competencias Digitales. Vive en Los Ríos.
Estas líneas no pretenden defender a Abdalá Bucaram, protagonista de cuestionados episodios de nuestra reciente historia política, locuaz e histriónico personaje guayaquileño que alimenta con sus frases el vocabulario popular. Aquí se pretende manifestar el rechazo generado entre quienes no buscamos favores ni cedemos a temores, por el espectáculo circense del amanecer de este 12 de agosto. Demostración de poder del que hicieron gala tanto la ministra María Paula Romo como el banquero Fidel Egas...
En sus ataques contra Egas, Bucaram incrementó sus pasivos políticos. Como se sabe, el banquero y dueño de medios de comunicación, no deja bonos ni deudas sin cobrar y su canal se la tomó contra el ex mandatario. Lo mostró en calzoncillos mientras era despertado violentamente, apuntado por armas de grueso calibre. No repararon ni con la intimidad de una ex primera dama. Una detención en vivo, algo que ninguno de “los choneros” ni miembros de otras bandas tuvieron, la tuvo un ex mandatario de la República.
Antes de armar ese imponente operativo para arrestar a un adulto mayor en calzoncillos, Romo debería decirnos quien repartió, desde el gobierno, hospitales a los legisladores corruptos, responder tanto por las selectivas muertes de reclusos en las cárceles, como por los selectivos sobrevivientes de homicidios por encargo.
Pero Egas no se la cobró solo. Maria Paula Romo cobró lo suyo. Antes de armar ese imponente operativo para arrestar a un adulto mayor en calzoncillos, Romo debería decirnos quien repartió, desde el Gobierno, hospitales a los legisladores corruptos (matriz de los delitos por el cual se investiga a Bucaram); responder por todas las acusaciones que en su contra ventiló el ex mandatario y que se ventilan desde mucho antes. Incluso responder tanto por las selectivas muertes de reclusos en las cárceles, cuanto por los selectivos sobrevivientes de homicidios por encargo.
No nos confundamos, el problema de este país no es Abdalá Bucaram. El problema es mantener en la impunidad innumerables atracos perpetrados en el correismo y morenismo, no recuperar lo robado y permitir que nos sigan robando aun en esta dramática situación. El problema de fondo son quienes gobiernan el país desde hace 13 años y pretenden otros 4 años más.
Aquellos que negociaron con Bucaram para mantener el sistema corrupto vigente y luego, cuando la bomba les estalló en las manos, lo detienen en calzoncillos para darle circo al pueblo y ajustar cuentas.
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