
Es licenciado en Sociología y Ciencias Políticas por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito; Magíster en Comunicación, con mención en Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación por la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador.
Lanzas, bolas de fuego, piedras, escudos y miles de personas recorriendo las calles de las ciudades del país me recordaron a un asedio medieval, y sí, efectivamente, el paro de junio de 2022, en Ecuador, tiene las características de las contiendas durante la Edad Media. Pero antes de avanzar en la comparación, debemos entender la naturaleza del conflicto que provoca el sitio de una ciudad.
Un conflicto estructural se produce cuando las partes enfrentadas se comprometen emocionalmente en la disputa, se culpan mutuamente, mientras la desconfianza y las acciones que la provocan se incrementan junto con la polarización de los grupos implicados.
Esta dinámica de confrontación depende, exclusivamente, de la existencia de líderes radicales con la capacidad de reducir la complejidad social a esquemas sencillos de buenos contra malos.
La existencia de un conflicto es necesaria para un líder radical, pues favorece la cohesión del grupo. La psicología social denomina pensamiento de grupo a la pérdida de la capacidad de decisión individual; es como si los integrantes de cada bando se transformaran en una sola persona, convencida de la legitimidad de prevalecer sobre el adversario a cualquier costo, esto explica cómo personas comunes y corrientes pueden cometer acciones como suspender el acceso a alimentos o agua, de familias en la ciudad, como si fueran justas.
Para el líder radical negociar sin antes probar los límites del conflicto significa perder tiempo, trabajo y dinero, es mejor intensificar la confrontación, a menos que el costo de mantener el conflicto sea superior a lo que significa ganar. Es lo que se denomina etapa de incitación. Para cuando el conflicto entra en su clímax se torna intratable, es el momento cuando el grupo considera el conflicto como necesario para su identidad y en consecuencia justifica cualquier objetivo, acción o método para ganar la contienda.
En esta etapa, de nuevo, el líder promoverá la escalada del conflicto disminuyendo el rol de la comunicación, que puede atemperar el conflicto y poner en riesgo la capacidad de ganar.
El desescalamiento, por lo general, ocurre cuando se llega a un punto muerto en el que las partes consideran que, las dos, pierden si el enfrentamiento continúa, entonces se debe tomar la decisión de ceder, abandonar o resolver el problema con una negociación.
“Basta que una de las partes perciba que puede ganar, es poco probable que acuerden negociar. En oposición al proceso de escalada que suele ser rápido y a veces no intencional, la desescalada es lenta y requiere de todo el esfuerzo de las partes involucradas” (La comprensión del conflicto medieval / Laura Carbo´).
La mayor y más común expresión del conflicto en la Edad Media, son los asedios a ciudades o castillos. Por lo general se efectuaba un primer intento para reconocer la pujanza del contendiente antes e iniciar con el asedio definitivo.
Un aspecto determinante de todo asedio era el lugar del campamento y luego la dotación de armas, entre ellas una máquina conocida como el trabuquete, básicamente una honda, enorme, con el que se bombardeaban los muros, y que también servía para lanzar cadáveres a las ciudades y provocar enfermedades.
“En paralelo a la instalación de la artillería se procedía al bloqueo de la ciudad o castillo asediado. El objetivo era impedir la llegada de cualquier tipo de socorro a la plaza sitiada, ya sea una columna de avituallamiento para evitar el hambre entre los defensores o tropas de refuerzo para aumentar la capacidad defensiva de la guarnición” (Técnicas de ataque y defensa en los asedios del siglo XIII / Josep Suñé).
El objetivo del asedio era la rendición de los defensores, pues un ataque a la ciudad podría costar innumerables vidas si no tenían la fuerza suficiente para someter a los ciudadanos, pero cuando ocurría, los sitiadores no respetaban la vida o la propiedad de los defensores. La mayoría de las veces si la ciudad o castillo eran vulnerados la capitulación era inmediata, con el fin de preservar la mayor dignidad posible de la gente.
Leonidas Iza es el gran perdedor del asedio de julio a varias ciudades del país pues supuso, como todo líder populista, que la radicalización y demostración de fuerza supondría una verdadera transformación de las condiciones sociales.
Ahora demos un salto al presente, la expresión actual del comportamiento en la Edad Media es similar al tribalismo político por el que las personas se identifican con tribus: piensan y evalúan cualquier idea dependiendo de si se ajusta al pensamiento de la tribu y atacan intensamente a quienes no están de acuerdo. La izquierda y la derecha cumplen con estos criterios: se volvieron tribales, “Comunismo o barbarie”, es una frase que expresa bien esta ideología.
“Al valorar a un líder fuerte, el populismo ignora las limitaciones de la naturaleza y desdeña las instituciones regidas por normas y los controles constitucionales que limitan el poder de los imperfectos actores humanos” (En defensa de la ilustración / Steven Pinker). Sin duda el paro en Ecuador tuvo como protagonista el abandono, la exclusión, la injusticia, el abuso y la pobreza en el sector indígena, contexto que estimula la irrupción de un líder populista de acciones radicales.
Penosamente el histórico levantamiento indígena de 1990, luego en 2001 y hace poco en octubre del 2019, no cambiaron la situación del campo, esto al menos tiene una explicación: la permanente negación de la ideología radical, de izquierda, al desarrollo capitalista del agro. Antes que subsidiar los combustibles, el estado debe promover el desarrollo y empleo para que las economías campesinas puedan pagar el incremento y beneficiarse de mayores ingresos del presupuesto, para eso sirve la organización social.
Resultaba más rentable que el dinero del subsidio vaya al campo en forma de plena conectividad (de calidad) a Internet, estudios del Banco Interamericano de Desarrollo muestran que el acceso a Internet acompañado de tecnologías promueve la producción, puede resolver el problema de los intermediarios y la comercialización. ¿Cuánto cuesta un proyecto así?
Leonidas Iza es el gran perdedor del asedio de julio a varias ciudades del país pues supuso, como todo líder populista, que la radicalización y demostración de fuerza supondría una verdadera transformación de las condiciones sociales, pero como lo demuestra la historia de los asedios, la Edad Media no terminó por efecto de los continuos cercos de castillos y ciudades sino con el desarrollo de las democracias liberales, donde resultaba más beneficioso cooperar que confrontar.
Iza tuvo la oportunidad real de cambiar la situación, pero decidió debilitar al estado, no al gobierno, que es temporal, sino a las instituciones que finalmente nos protegen de los abusos.
El verdadero poder no está en las mesas de diálogo del gobierno con los representantes indígenas, sino en la corrupción, el correísmo con sus aliados políticos y el narcotráfico que son los beneficiados de la confrontación social y la disolución del estado. Si no escuchamos a la historia debemos prepararnos para nuevos asedios en el futuro, si es que tendremos futuro.
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