
Investigadora independiente, migrante y transdisciplinar, explora el mundo entre el arte, la escritura y la etnografía.
Son revolucionarios. Cantan a Silvio Rodríguez. Se declaran chavistas. Viva Bolívar, ¡el libertador! En algún momento llevaban alpargatas, barba y pelo largo. Luego, zas, se lo cortaron. Dicen que el imperialismo tiene la culpa de todo. Si Chávez murió con cáncer, fue culpa de los yankees. Todo es culpa de los de las estrellas. Son revolucionarios. Alardean de su masculinidad hiper-hetero-normativa. Son la izquierda latinoamericana. Leen a Chomsky. A Cortázar. Los sudamericanos somos sus hermanos. Piensan como piensan sus amigos. Creen en la lucha de clases. Han asistido a la universidad; sociología, filosofía; humanidades. Son de izquierda. Son de izquierda y son instruidos.
Hablan del Capital sin haberlo leído. Prefieren dirigirse a los compañeros, no a las compañeras. Prefieren hablar y no escuchar porque son elocuentes. ¡A las barricadas, compañeros! Hablan en nombre de los indios, los negros y las mujeres. Representan al pueblo.
Son sensibles. Tienen responsabilidad social. Llegan al fondo de las cosas porque no son tontos. Ni un pelo de tontos. Admiran a diferentes personajes históricos por quienes sienten una especial cercanía porque son un poquito como ellos: Allende, compañero; Che, compañero. Escriben de todo; hasta poesía. Hacen la venia. Son revolucionarios. Son ecologistas y son pacifistas.
Están a favor del pueblo palestino y quisieran que en España ganase Podemos. La meta es la transformación social. Arriba es bello compañero. Es fácil, es cómodo. Hay plata arriba. Y prestigio hay. Son revolucionarios. Conocen el camino del éxito. Son agradables, son graciosos. Te hablan de todo porque saben de todo. Son enemigos de mis enemigos. No creen en Dios. Son libre-pen- sa-do- res. Les gusta el cine de autor. Abajo el imperio. Son homófobos, pero se callan. Son revolucionarios. Adoran la idea de la igualdad social. Asisten a cócteles. Sonríen a tipos cuyos padres han sido acusados de haber violado a una menor de edad. Sonríen y dan la mano. Luchan contra el sistema opresor y el capitalismo. Ocupan cargos en los ministerios y cátedras en las universidades. Son el Estado.
Pero ten cuidado joven revolucionario. Tu izquierda no es mi izquierda. Tus enemigos son mis enemigos, sí, pero tu izquierda, joven revolucionario, no es mi izquierda.
El león ha despertado, es cierto, joven revolucionario. Estamos de acuerdo y temblamos. Y el león es grande y terrorífico, pero eso no basta. La fábula dice que el león deambuló varios días perdido en el desierto y que un día, casi al desfallecer, se encontró a otro león. Fue tarde cuando descubrió que aquello a lo que atacaba era su reflejo en el agua. El león murió ahogado.
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