
Economista y Magister en Estudios Latinoamericanos.
@giovannicarrion
Oswaldo Burneo Castillo, un destacado lojano, empresario y estudioso de la economía ecuatoriana, hace poco publicó el libro titulado: ‘Crónicas de un estado fallido’, trabajo en el que desarrolla un amplio análisis, incluyendo referencias históricas de la formación de los estados y de las complejas realidades que, en el ámbito económico, político y social, han debido transitar especialmente los países latinoamericanos, incluido el Ecuador, en el que la democracia no termina de afianzarse, dada la debilidad de la mayoría de sus instituciones, carentes de credibilidad y con escasa confianza en la población, esto como respuesta a un accionar casi siempre opaco y sometido a los intereses de los grupos económicos o de presión que controlan el poder, espacio de confusión en el que la corrupción y el crimen organizado -en sus diversas expresiones- han echado fuertes raíces y con ello comprometido el futuro de los pueblos.
En ese escenario de caos generalizado, muy próximo al estado de naturaleza del que hablaba Thomas Hobbes, en donde predominaba el miedo, la violencia y la muerte, donde finalmente el hombre termina convertido en el lobo del hombre, es que surge la figura del estado fallido el que, para Oswaldo Burneo, simboliza de manera nítida el fracaso, ‘...dado que los servicios básicos (...) se desvanecen, es cuando se posee instituciones frágiles que están plagadas de pipones y carecen de suficiente fortaleza para no afrontar las necesidades que sus ciudadanos requieren...(...) Es cuando hay un gran desorden al creer que la pobreza se la cura con toneladas de leyes, códigos y más trámites...(...) La viveza criolla está sembrada en cada esquina, convirtiéndonos en valetudinarios actores de la vida pública de un Estado desorganizado...’.
En ‘Crónicas de un estado fallido’, ha sido publicado por Oswaldo Burneo, trabajo en el que desarrolla un amplio análisis, incluyendo referencias históricas de la formación de los estados y de las complejas realidades que, en el ámbito económico, político y social, han debido transitar especialmente los países latinoamericanos, incluido el Ecuador.
Si bien las causas son múltiples las que empujan a que un estado llegue a ese grado de postración y se le etiquete como fallido y, por lo tanto, incapaz de sostener a esa vigorosa estructura jurídica y política de la sociedad que es lo que caracteriza conceptualmente a esta forma de organización; en nuestra polvorienta américa, esta deformación del estado-nación ha sido alimentada por gobiernos de derechas e izquierdas, que a su turno han traicionado al pueblo, al soberano, al mandante. A esto se suman neopopulismos liderados por autócratas, así como farsantes y mediocres de la política, que hoy incluso, ya sin poder, andan por lo techos o prendidos al biberón que ofrece la burocracia internacional como pago a servilismos previos.
Por lo mismo, resulta claro que, si no se fortalece la institucionalidad del país, lo que implica mantener la independencia entre las funciones del estado, el respeto por las normas, la distinción clara entre lo público y privado, la transparencia, participación y veeduría ciudadanas y la activación de los resortes institucionales como mecanismos para resolver los disensos y el conflicto social, que es lo que caracteriza a una democracia real y robusta, estaremos cada vez más cerca del estado fallido.
De ahí que el libro que desarrolla Oswaldo Burneo Castillo, resulta oportuno e interesante al contribuir de buena manera al debate de ideas, que es tan urgente y necesario en la actualidad, más allá que pudiera tenerse un enfoque ideológico diferente con el autor de la obra.
@giovannicarrion
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