
Director de Plan V, periodista de investigación, coautor del libro El Gran Hermano.
Este es un momento histórico para el Ecuador. Las circunstancias políticas han generado una sociedad polarizada en la cual reinan la intolerancia al pensamiento ajeno y el abuso del poder, el cual intenta a toda costa imponer una visión única de la realidad. A la luz de las nuevas tecnologías y nuevas sensibilidades, ha surgido, en cambio, una comunidad que busca reivindicar los valores democráticos y de respeto a los derechos humanos y las libertades. Aquí es donde la libertad de expresión y una prensa libre, sin temores y sin censura, cumplen un papel fundamental.
Los cuerpos legales impuestos desde el poder han consolidado una sociedad vertical y arbitraria. Una de estas piezas es la Ley de Comunicación, varias de sus disposiciones imponen restricciones y censura a la prensa del Ecuador. Uno de los resultados ha sido la autocensura de las empresas periodísticas, la mayoría de las cuales ha reducido al silencio a sus periodistas en temas polémicos y, por tanto, ha privado a sus lectores de información pertinente y crítica sobre lo que hacen los gobernantes. Es deber de los periodistas resistir en estas condiciones, pero es hora también de que ciudadanos comunes actúen por defender sus derechos a una comunicación sin censura, venga de donde venga.
Por eso hacemos el proyecto Plan V. Lo hacemos cuando la crisis de nuestra democracia reclama más que nunca un periodismo vigilante y comprometido y cuando la voluntad popular y el periodismo se ven amenazados por los grandes poderes económicos, financieros y políticos.
Sabemos que como profesionales debemos ofrecer un periodismo serio y riguroso, en el cual los criterios informativos prevalezcan sobre cualesquiera otros.
Debemos constituir medios independientes, tanto de los poderes políticos como de los poderes económicos y empresariales; medios que se deban a su público y no a grupos de presión que quieran poner la información al servicio de sus intereses.
Este momento histórico requerimos medios y periodistas que no capitulen ante los intereses del gobierno de turno o ante quienes, en nombre de cuidar su negocio o inversiones, niegan al público el conocimiento, debate y revelaciones de temas polémicos que el poder prefiere que permanezcan ocultos o minimizados.
Por eso lanzamos Plan V. Quienes en su mayoría integramos o colaboramos con el proyecto de la desaparecida revista Vanguardia, sabemos que no debemos abandonar el camino comprometido con sus lectores y con el país.
Hablamos de fortalecer y dar continuidad a un periodismo con la valentía y la veracidad suficientes como para denunciar actos de corrupción y pelear por la transparencia pública y la rendición de cuentas de los funcionarios y mandatarios.
Por eso lanzamos Plan V, por la continuidad y fortaleza de un periodismo que diga las cosas con frontalidad y sustento, un periodismo irreverente que no haga cálculos de conveniencias sino que se base en principios; un periodismo que no sea servil con los poderes sino que responda a las necesidades y a los valores de la gente. Un periodismo ético que se juegue por la solidaridad, los derechos humanos, la independencia de la justicia y los derechos de las víctimas de los abusos del poder.
Una ciudadanía bien informada es más libre. La corrupción es menor en los países donde mayor es el peso y la difusión de los medios informativos, y por eso necesitamos un periodismo que aporte conocimiento para contribuir a formar la opinión de sus lectores.
Por eso muchos ciudadanos y sectores sociales apoyan este proyecto: porque comparten con nosotros los principios y los ideales del progreso y la democracia, porque estamos comprometidos con la defensa de los derechos humanos y con los valores cívicos de la solidaridad, la igualdad y la libertad.
Hoy, más que nunca, necesitamos medios y periodistas que defiendan el interés público por encima del privilegio y que respalden los derechos individuales y de las minorías cuando se vean amenazados.
Plan V quiere ayudar a recuperar los valores republicanos y democráticos. Creemos en la justicia social y en las libertades, y lucharemos desde nuestras trincheras y capacidades profesionales para defenderlas.
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