
Abogado y periodista guayaquileño. Ha colaborado en medios impresos y radiales de su ciudad. Actualmente cursa una maestría en Derecho de Empresa.
Yo era muy pequeño cuando gobernaban aquellos políticos de la “larga noche neoliberal” y cada vez que prendía el televisor me enteraba de un nuevo “paquetazo”, nombre que definía aquellas medidas económicas supuestamente necesarias para apaliar la grave situación de crisis del país en esa época.
Habían pasado algunos años y la palabra “paquetazo” al parecer había quedado en el archivo como un simple mal recuerdo de la época de la supuesta partidocracia, pero al parecer no ha sido tan cierto esto.
Es que la partidocracia no murió, simplemente se ha “remozado”: porque hasta casa, carro y mujer nueva tienen algunos viejos políticos que hoy son parte de este gobierno. Como la partidocracia y sus prácticas simplemente han mejorado, ahora el paquetazo ya no cae de manera brusca y se ha ido imponiendo de a poco: desde hace algún tiempo este gobierno ha adoptado una serie de medidas, impuestos y cargas que afectan los bolsillos de todos los ecuatorianos y que al final del día no son otra cosa que paquetazos disfrazados.
Es que mis queridos amigos, hay que decir las cosas como son: se acaba la plata y se acaba el patriotismo; se les acabó la plata y a algunos se les empiezan a caer las máscaras. Este gobierno que se suponía velaba por los derechos de las personas con discapacidad, ahora les quiere quitar sus derechos a gran número de ellos por todas las vías posibles mediante reformas legales y reglamentos tramposos. Es que se les acabó la plata.
Que nada, ni nadie, nos haga perder la objetividad: luego de una farra con excesos, el chuchaqui es inevitable. Los ecuatorianos empezamos a sentir la resaca que trajo el despilfarro estatal. Evidentemente quienes gozaron la farra se lavan las manos y hoy simplemente nos llenan de impuestos a todos los ecuatorianos e intentan que paguemos las consecuencias de su irresponsable manejo económico.
El nuevo paquetazo se disfraza de “salvaguardias”. Amigos, no busquen en google qué son salvaguardias porque esto solo es un paquetazo más. Desde el 11 de marzo el Gobierno aplicará una “salvaguardia” de balanza de pagos para el 32% de las importaciones generales, eso implica alrededor de 2.800 partidas arancelarias e irán desde el 5% hasta el 45% según el tipo de productos.
Vestirnos será más caro: Las prendas de vestir importadas tendrán una sobretasa arancelaria del 45%, impuesta por el Gobierno. También a los trajes de baño y la ropa interior se les aplicará el 25% en este rubro. ¿Recuerdan que además crearon una “tasa especial” para quienes compramos ropa por internet?, todas estas medidas se supone que fueron para proteger la industria nacional. Pues resulta que incluso, los insumos para la confección local como tejidos, hilados y otros, tendrán un recargo del 5%, incrementando los costos para la ropa confeccionada en este país.
Doble carga a los licores: ésta sería la segunda medida gubernamental que incrementará aún más su precio de venta al consumidor. La primera fue la que empezó a regir desde enero pasado cuando se cambió la fórmula para el pago del Impuesto a los Consumos Especiales (ICE) para este año, lo que implica un incremento al precio de este producto de hasta el 400%. Desde el miércoles próximo se suma otra medida que impacta en el sector, una salvaguardia arancelaria del 25%. Con esta medida, los licores podrían llegar hasta 3 o 4 veces más que en otros países.
Las motos: las partes y piezas importadas de motos tendrán una sobretasa arancelaria del 25% (que afecta a las ensambladoras) y el 45% a las motos ya armadas en el exterior. Recordemos que las motos por regla general se usan para el trabajo y no precisamente la usan los pelucones, incluso sirve para traslados a lugares remotos donde no hay transporte público, por lo que afectará a las personas de bajos recursos.
Prendas de vestir y sus accesorios, perfumes, cuadernos, hornos microondas, planchas eléctricas, cámaras digitales, videocámaras, tintes, colorantes, televisores y hasta pizarrones, son algunos de los productos importados que deberán pagar un 45% adicional. Es decir que si un televisor costaba $300, gracias a la “revolución ciudadana”, ahora le costará $435, es decir, $135 más. En cada nuevo impuesto a un producto importado, un contrabandista ve una oportunidad.
Ante el déficit lo responsable es la austeridad, pero han elegido como solución seguirle metiendo la mano al bolsillo de los ecuatorianos. Están desesperados porque se les acabó la plata: a quienes compramos por internet, nos pusieron un impuesto adicional; limitaron las utilidades de los trabajadores para quedarse con una suma importante de esa diferencia; les quitaron a miles de ecuatorianos sus fondos previsionales; y, ahora viene el paquetazo de las “salvaguardias”.
Antes de ir a dormir, no olvide agradecer que tenemos bonitas carreteras, aunque las llantas que debe comprar para recorrerlas ahora le costarán un 25% más. ¡Hasta el próximo paquetazo!, perdón, ¡hasta la próxima semana!
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