
La versión original de El concepto de lo político de 1927 de Carl Schmitt no existía en español, hasta hoy. En esa versión, al referirse a una de sus proposiciones fundamentales del texto, sobre el amigo y enemigo, Schmitt dice: «La distinción política específica, a la que pueden remitirse las acciones y motivos políticos, es la distinción entre amigo y enemigo». En la versión de 1932 Schmitt añade: «Lo que ésta proporciona no es una definición exhaustiva de lo político, ni una descripción de su contenido, pero sí una determinación de su concepto en el sentido de un criterio». En la versión de 1933 Schmitt modifica, por tercera vez, la idea: «La distinción propiamente política es la distinción entre amigo y enemigo. Ella da a los actos y a los motivos humanos sentido político; a ella se refieren en último término todas las acciones y motivos políticos. Ella, hace posible, consecuentemente, una definición conceptual, en el sentido de una diferencia específica, de un criterio».
La diferencia de forma y fondo sin contar con el ambiente espiritual en el que se encontraba Alemania cuando Schmitt realizó las modificaciones al texto original, y tomando esta proposición tan solo como un ejemplo para mostrar los cambios insertados en las tres versiones, es radical. De forma, porque en la versión de 1927 y 1932 Schmitt inserta los textos en el capítulo dos, cosa que no hará en la versión de 1933, porque con ese texto inicia Schmitt el primer capítulo y elimina lo que es el capítulo uno de la primera y segunda versión. De fondo, porque si bien en la primera versión no dice nada sobre esa distinción, si lo hace en la versión de 1932. Schmitt clarifica que esa distinción, la del amigo-enemigo, es tan solo un criterio y no una definición exhaustiva de lo político; es decir, que no se agota ni se simplifica en ella.
Como dice Habermas, Schmitt no fue un «nazi cualquiera, sino el más sagaz e importante de los filósofos alemanes del Estado» y el cuestionamiento filosófico de esas categorías es el que todavía seduce.
Estudiar estas diferencias que a lo largo del texto se van incrementando no era posible, porque no existía una versión del texto original, de 1927, en español, y eso no facilitaba un estudio más amplio y profundo de una obra fundamental de la obra schmittiana. Sin embargo, luego de noventa y dos años, desde que se publicó la primera versión en la revista del Archivo para Ciencia Social y Política Social [Archiv für Sozialwissenschaft und Sozialpolitik], esto será posible desde el próximo mes. Versión que la he realizado junto a Günter Maschke, uno de los últimos discípulos directos de Carl Schmitt que todavía se encuentra entre nosotros. Con esto se «llena un vacío sustancial de una de las obras clave en el pensamiento schmittiano que aún no se había publicado en español» (Zarria-Maschke, 2019).
¿Porqué, habiendo tantos interesados por las categorías schmittianas, se ha esperado hasta hoy? Es una pregunta válida considerando la repercusión que ha tenido El concepto de lo político. Quizás porque la gran mayoría se ha dedicado a repetir una y otra vez las interpretaciones clásicas de los especialistas y a reducir, mecánicamente, las ideas no sólo sobre estos conceptos, sino sobre las que formuló a lo largo del texto el cuervo blanco, como se describía Schmitt a sí mismo. Quizás porque la masiva distribución de la versión de 1932-1963, modificada cuando Hitler accedió al poder, es la más conocida y leída y se decidió abandonar, sin más, cualquier intento por publicar la versión original. Quizás porque las variaciones no sean tan «importantes ni comprometedoras» o porque se precisa conservar ciertas ideas del texto modificado. Lo cierto es que, estudiar estas diferencias, bajo la lupa histórica en las que se eliminaron e insertaron los cambios, no solo ampliará nuestra comprensión de la época e intereses que giraron alrededor del texto, del autor y de los eventos, sino que ampliará el horizonte interpretativo para esta época de las diferentes categorías schmittianas desde una perspectiva filosófica, porque como dice Habermas, Schmitt no fue un «nazi cualquiera, sino el más sagaz e importante de los filósofos alemanes del Estado» y el cuestionamiento filosófico de esas categorías es el que todavía seduce. La capacidad de plantearse lo político como un filósofo tradicional; es decir, de preguntarse por la esencia misma de lo político desde el fangoso y pedregoso tiempo actual.
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