
Desde el levantamiento indígena en Ecuador y las otras protestas sociales que irrumpieron en América Latina durante los últimos meses del 2019, como muestra de un grado importante de desencanto popular respecto de la situación económica y social en nuestra región, los ideólogos de la izquierda nos quieren hacer creer que esto responde al fracaso y agotamiento del modelo neoliberal.
Bien se podría comparar las cifras duras de Chile —en términos no solamente de crecimiento económico, sino de pobreza y equidad— con las de Cuba, Venezuela o Nicaragua, como para refutar completamente esa aseveración y sin lugar a contrastación alguna, porque frente a los números la simple ideología no tiene espacio. En el caso particular del Ecuador resulta hasta grotesco hablar de un fracaso de reformas neoliberales, ya que nuestro país ni siquiera ha avanzado en la estabilidad macro. Peor en las reformas estructurales de primera generación como son la apertura al comercio exterior, privatización de empresas públicas, cambio del sistema provisional, liberalización de los mercados financieros, y mucho menos en las de segunda generación como son educación y salud, mercado laboral, estructura tributaria, gasto público que son las propuestas centrales de una economía liberal.
Para comprobar esto, invito a realizar el siguiente test sobre el cumplimiento en Ecuador de algunos postulados del neoliberalismo. Sume un punto por cada respuesta afirmativa a las siguientes preguntas y luego revise los resultados:
Luego de responder este test, la conclusión es que hemos sido pésimos alumnos del neoliberalismo y bajo ningún caso podríamos culpar de nuestros males a la larga noche neoliberal, que al final representa un mito tan grande como el Cura sin Cabeza o La Llorona.
1) Si es que no tiene buenos ingresos, puede matricular a sus hijos en alguna buena escuela o colegio particular, o atenderse en clínicas privadas con cargo a un subsidio estatal.
2) Tiene libertad de dejar de aportar al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social y hacerlo a algún tipo de seguro privado.
3) Si tiene que afrontar un problema judicial, piensa que su juicio será predecible, libre de corrupción, rápido y barato.
4) Puede decir si el Ecuador es abierto completamente al libre comercio.
5) Puede decir si tenemos un compromiso ineludible e inquebrantable con la sanidad de las finanzas públicas y el manejo ordenado de los excedentes petroleros.
6) Puede decir si el poder sindical es débil en nuestro país.
7) Puede decir si los trámites de iniciación de un negocio son rápidos, sencillos y baratos.
8) Puede decir que no hay subsidios a los precios de la energía eléctrica, gas, diesel y gasolina en nuestro país.
9) Puede decir que hay libre competencia verdaderamente en los diferentes sectores de la economía.
10) Puede decir que el tamaño del estado es reducido.
Entre 8 y 10 puntos: se puede hablar de una fuerte aplicación del neoliberalismo y, efectivamente se podría hablar del fracaso pleno de ese modelo, si consideramos que los indicadores económicos y sociales son bastante malos en Ecuador.
Entre 4 y 7 puntos: se puede hablar de una aplicación parcial del neoliberalismo, por lo que se puede endilgar de alguna manera la mala situación económica de Ecuador al neoliberalismo.
Entre 1 y 3 puntos: lo que habido es un remedo de neoliberalismo, por lo que no se puede culpar a ese modelo de nuestros males.
0 puntos: hemos tenido cualquier cosa, menos neoliberalismo, por lo que resulta hasta risible hablar de un fracaso de ese modelo en Ecuador.
Luego de responder este test, la conclusión es que hemos sido pésimos alumnos del neoliberalismo y bajo ningún caso podríamos culpar de nuestros males a la larga noche neoliberal, que al final representa un mito tan grande como el Cura sin Cabeza o La Llorona.
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