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7 de Julio del 2016
Ideas
Lectura: 9 minutos
7 de Julio del 2016
Pablo Jaramillo Viteri

Especialista en campañas electorales y comunicación política. Ha trabajado en elecciones en Colombia y Ecuador

Elecciones: malas noticias para la oposición
¿Por qué Correa querría lanzarse de nuevo a la Presidencia? Fácil, porque puede ganar. Ahí radica el primer error de la oposición: minimizar a su rival. Sí, es cierto que la popularidad del Mandatario ha bajado, que ya no tiene la misma credibilidad de hace un par de años, que la situación económica es mala, que las perspectivas a futuro son aún peores, que las cifras de empleo y subempleo son iguales a la época de la partidocracia…. Sí, todo eso es verdad. Pero, ¿qué ha hecho la oposición para erigirse como mejor alternativa?

Aunque a muchos disguste, Rafael Correa marca la agenda política del país. Ahora lo hace a las puertas de las próximas elecciones, para confirmar lo que se sospecha desde hace tiempo: que no ha descartado ser candidato en el 2017. Sin embargo, lo que realmente preocupa es la falta de reacción de la oposición, que no atina a desarrollar una estrategia, sino que sigue apelando a su (desgastada) retórica de victimización.

¿Por qué Correa querría lanzarse de nuevo a la Presidencia? Fácil, porque puede ganar. Ahí radica el primer error de la oposición: minimizar a su rival. Sí, es cierto que la popularidad del Mandatario ha bajado, que ya no tiene la misma credibilidad de hace un par de años, que la situación económica es mala, que las perspectivas a futuro son aún peores, que las cifras de empleo y subempleo son iguales a la época de la partidocracia…. Sí, todo eso es verdad. Pero, ¿qué ha hecho la oposición para erigirse como mejor alternativa?

Al mirar el abanico de opciones para quienes no quieren votar por el correísmo, queda una sensación de desolación.

Guillermo Lasso, el primer opositor según las encuestas, no encuentra hasta ahora una estructura de discurso consistente, sino que habla en función de las coyunturas que, muchas veces, son generadas por el propio gobierno. Un ejemplo es la última reunión de Compromiso Ecuador en Cuenca, donde Lasso basó su discurso en cinco puntos: educación, Fuerzas Armadas, Ley de Comunicación, economía y unidad. ¿Dónde está el error? En que casi todos los temas van dirigidos a un mismo tipo de público o son asuntos en los que el gobierno tiene un discurso sólido, donde es muy difícil de atacar.

Primer punto: educación. ¿Acaso Lasso no ve encuestas? Según mediciones de Cedatos, aunque menos del 30% del electorado califica positivamente al Gobierno en economía y empleo, hay un 62% que mira con agrado su gestión en educación. ¿Qué quiere decir eso? Es un tema de lógica. Si bien los ecuatorianos están inconformes con el manejo económico de Correa, también reconocen que ha hecho un buen papel en educación. Sí, la educación gratuita, las Escuelas del Milenio, las nuevas universidades y hasta atacar al MPD, han dado frutos al régimen. Correa lo sabe. Por eso cuando Lasso ataca al Senescyt, el Gobierno trata de posicionar que es un ataque contra toda la educación, con lo cual busca que el 62% del electorado reaccione y lo rechace.

Segundo punto del discurso de Lasso: Fuerzas Armadas. Tema promovido por el propio Gobierno, que no mueve grandes cantidades de electores. Exceptuando a quienes tienen militares dentro de su círculo íntimo familiar ¿cuántos ecuatorianos entienden lo que pasa en el ISSFA? Seguramente son pocos. La prueba es que no ha habido una movilización de más de 200 o 300 personas para defender la seguridad social de los uniformados. Este es un tema que se dirige al público informado, que ciertamente ya conoce los problemas del país y es el primero en decidir su voto. Para ganar una elección, hay que capitalizar a los indecisos.

Tercer punto del discurso de Lasso: Ley de Comunicación. Parecido al punto anterior, es decir, de interés exclusivo del público informado, pero con un agravante: posibilita la reacción del gobierno. Si este tema afectara contundentemente al correísmo, hace tiempo hubieran cesado los ataques a la prensa. Pero ocurre todo lo contrario. Correa convirtió a los medios de comunicación y periodistas en sus enemigos, en el reemplazo de la partidocracia, en la encarnación de la lucha de clases, donde los dueños de medios representan a la clase privilegiada que quiere mantener el statu quo en detrimento de los pobres. Esta pugna construida por Correa le ha permitido erigirse en el enemigo de los pelucones, de los contrarrevolucionarios, de los que quieren volver al pasado… Atacar a Correa por eso lado es muy difícil, síntoma de la falta de estrategia de Lasso.

Cuarto punto del discurso de Lasso: economía. Como el país está mal económicamente, hay que dar soluciones. Tal vez el único acierto de Lasso, aunque es bastante obvio.

Quinto punto: la unidad. Los grupos políticos de oposición creen que el eje central de la elección del 2017 es una lucha por unir a las fuerzas contrarias al correísmo y sacar un candidato único. Piensan que la única salida es copiar el modelo venezolano y crear un Henrique Capriles o un Leopoldo López. Falso. Esa no es la solución. Ni en Venezuela funcionó. En primer lugar, nunca va a haber candidato único, lo demuestran las ‘unidades’ lideradas por Jaime Nebot, Guillermo Lasso y la izquierda. En segundo lugar, la oposición dura al correísmo, en el mejor de los casos, llega solo al 40% del electorado, lo que no alcanza para ganar la elección. En este punto, el único que mira el panorama completo es Jaime Nebot, quien dijo en su última entrevista en Ecuavisa que, en determinado momento, el 80% de los electores ha apoyado al correísmo, lo que quiere decir que ahí están los votos: en los arrepentidos, los indecisos, en los que alguna vez votaron por Correa y ahora buscan una nueva alternativa. Por eso es notoria la mala estrategia de Andrés Páez, cuya única oferta de campaña es encarcelar o perseguir a todo lo que huela a correísmo. Error. Si bien el 40% podría soñar con que se destierre a la Revolución Ciudadana, hay un 60% de electores que aplauden la educación, salud y vías generadas por este Gobierno. Para ganar, hay que matizar el discurso, no todo es malo.

La del 2017 es una elección compleja, nada está dicho. Si bien el gobierno se mueve en un escenario complicado, la oposición tampoco ha hecho lo suficiente para capitalizar el desgaste de su adversario. Lasso no ha construido un discurso sólido, efectivo, que movilice a los electores que necesita para ganar la elección, lo que deja abierta la puerta al Partido Social Cristiano y, bastante más atrás, a la izquierda.

Jaime Nebot entiende que para ganar en el 2017 hay que seducir a quienes en algún momento apoyaron a Correa, pero que ahora buscan otra opción. Nadie lo ha logrado. Por eso es que la indecisión ha llegado hasta al 45% del electorado, según mediciones. ¿Podrá hacerlo Cynthia Viteri? Dependerá del discurso que elija y los canales que utilice para emitir su mensaje. No es una tarea fácil, pero tampoco es imposible.

En lo que tiene que ver con la izquierda, todo parece indicar que no ha entendido las lecciones del 2013, cuando obtuvo el 3% de votos. Continúa con su discurso basado en lo ideológico, radical, con propuestas que no movilizan, dirigidas al anticorreísmo duro, sino que hable Enrique Ayala Mora, cuya oferta de campaña es llamar a una nueva Asamblea Constituyente y volver a refundar el país. ¿En serio? ¿Cuántos ecuatorianos creen que esa es la solución a los problemas del país? ¿Así piensan ganar la elección?

Si la oposición no reacciona y Correa llega a candidatizarse nuevamente, es muy posible que la mayoría de electores prefiera continuar con un modelo que, aunque tiene evidentes fallas, ha dado resultados en obra pública y servicios. El correísmo tiene un voto duro de 25% a 30%, pero un techo del 57%, que fue el resultado con el que ganó las elecciones del 2013. Si los electores no encuentran un mejor candidato que Correa, el país debiera prepararse para cuatro años más de lo mismo.

En marketing político hay una máxima: no gana el mejor candidato, gana el que le gusta a la gente. Y, hasta ahora, la oposición no ha creado un candidato que guste a la gente… 

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