
La dura situación económica del país no solo ha pasado factura a los trabajadores que han sido separados del Gobierno o los privados que sostienen con los dientes sus cargos y otros que han sido desvinculados. Los empresarios también aguantan la actual situación económica y legal. Es una coyuntura que ya tiene varias víctimas y el Gobierno todavía no logra levantar la economía nacional.
Muchos de los críticos del sector privado, por asunto ideológicos especialmente, creen que los empresarios tienen la obligación de poner su dinero para que se cree mágicamente empleo. Los argumentos más fuertes en esa línea son ‘los aires de libertad’ del gobierno, por supuestamente tener a un par de ministros que son cercanos a algunos empresarios, o un Presidente que se dice empresario… Eso sería suficiente para que abran el grifo del dinero. Pero no.
Las personas que emprenden, sean pequeños, medianos y grandes, requieren de reglas claras y que duren en el tiempo para que sus negocios, que legítimamente buscan utilidades, se sostengan y, luego de un duro trabajo de largo aliento, puedan ser los motores de crecimiento del país. La condición más básica que han pedido al gobierno los gremios empresariales es evitar destruir el empleo que existe y crear las condiciones para crear más. Además, y esa es la parte que todavía no está en debate, el sector privado no se levantará solamente con mejores condiciones, sino con un mayor consumo, y eso implica ecuatorianos con empleo y mejores salarios. Todo es una cadena.
Pero de parte de esos ecuatorianos no hay una visión positiva del entorno, sino más bien negativa. El índice Deloitte de Confianza Empresarial, de marzo del 2019, muestra cifras impresionantes, que no distan de la preocupación mayoritaria de que la situación económica no cambia y que requiere de mayores esfuerzos para crear confianza.
En 18 páginas, la consultora internacional expuso los datos de una encuesta que abarca a los sectores comercial, financiero, industrial y de servicios. Donde el 66% de los encuestados fueron los altos directivos, de ocho ciudades.
Sobre las condiciones que ofrece el gobierno para la Inversión Extranjera Directa, los empresarios respondieron que es desfavorable en un 72%, como normal 22% y favorable un 7%. Esto, según la consultora, no ratifica los esfuerzos que realiza el Gobierno por atraer nuevas inversiones y búsqueda de nuevos acuerdos comerciales.
El 53% considera como desfavorable el entorno socio-económico del país. El 43% percibe como normal y, apenas, un 3% siente como un entorno favorable.
Sobre las condiciones que ofrece el gobierno para la Inversión Extranjera Directa, los empresarios respondieron que es desfavorable en un 72%, como normal 22% y favorable un 7%. Esto, según la consultora, no ratifica los esfuerzos que realiza el Gobierno por atraer nuevas inversiones y búsqueda de nuevos acuerdos comerciales.
El 80% considera que el entorno jurídico regulatorio es desfavorable para el desarrollo de actividades económicas. Y un 71% no considera como positivos los cambios en materia laboral, legal y tributaria.
Las ventas disminuyen, según esta medición, mes a mes. Un 28% considera que las ventas disminuyeron con relación al mes anterior. Un 48% considera que las expectativas de las ventas acumuladas son estables y un 12% disminuirán. El sector que se muestra más afectado es la Industria en general: un 37% cree que las ventas acumuladas en este sector disminuirán.
Hacia el futuro, apenas un 4% de los empresarios espera incrementar su nómina en el futuro. Un 7% dice que la disminuirá.
Finalmente, a la pregunta sobre qué otros factores influirán en la actividad económica o las operaciones del negocio está la incertidumbre política en primer lugar con el 15,7%: luego, el acceso a crédito, la estabilidad económica y la iliquidez en la economía con un 7,1%, cada uno respectivamente. Siguen, con cifras menores, las elecciones, la falta de inversión, la estabilidad jurídica, la regulación laboral…
En definitiva, la encuesta de la consultora internacional nos enseña que el empresariado busca certezas, no solo buenas formas y diálogo. Pero esto es algo que, tal como lo explicó el presidente Lenín Moreno en una de sus intervenciones en Washington, no es así. Al menos no para el Primer Mandatario. El futuro es incertidumbre, dijo Moreno. “A veces las certezas no terminan siendo certezas, sino cárceles. Hay que aprender a manejar la incertidumbre. El futuro es incertidumbre y deben hacerlo así los empresarios y los gobernantes”, dijo en DC.
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