La envidia es un sentimiento estéril. El psiquiatra y escritor español Carlos Castilla del Pino decía que el envidioso está en una posición siempre inferior a la del envidiado. La raíz de la actitud envidiosa está anclada en el profundo e incurable odio a sí mismo del envidioso. Y, atención con esto, Castilla del Pino sentenciaba que “no se envidia a quien se considera inferior, la envidia va de abajo hacia arriba”. Se envidia, entonces, solo a quien sino se admira, se cela.
Tras la instalación del Festival de Loja no pararon de reflotar los celosos. Que la ciudad es muy pequeña para tantos espectáculos, que tiene poco espacio para recibir a tanta gente o que está muy lejos del resto del país, decían los envidiosos. Pero nadie cuestiona que Loja es la capital cultural del Ecuador.
Pese a todos los lamentos, miles de personas de todas partes del interior y del mundo inundaron las calles, plazas y teatros lojanos, trayendo su arte o su presencia. Todos traen una donación incalculable a esta sociedad que los acoge con cariño y gratitud. Pero ya aparecieron las voces que rabian por tener una fiesta que corresponde por derecho a una ciudad como Loja.
Capitalizar es convertir a algo en la cabeza de un cuerpo. La cabeza de ese cuerpo tiene que permanecer sobre sus hombros porque así gobierna al resto del organismo. Una cabeza no puede ser itinerante porque los pies no podrían sustituir al vientre, de la misma manera que éste no podría sustituir a la cabeza. Cada parte del cuerpo tiene una tarea insustituible. Por eso es impensable que la capital del Ecuador deambule por el país o que cada cierto tiempo Quito se instale en otro lugar.
Esto es tan soso como decir que la fiesta de la Mama Negra de Latacunga sería mejor si fuera itinerante y si recorriera por todo el Ecuador. A ese alguien tal vez le parezca, por envidia o necedad, que “mamas negras” puede haber en todas partes, que los recursos deben redistribuirse de esta manera, y que la tradición de la Santísima Tragedia cotopaxense puede trasplantarse sin motivos en cualquier lugar. Digamos lo mismo del Rodeo Montubio de Balzar, del Carnaval de Guaranda, de la Fiesta de las Flores y las Frutas de Ambato, de la Diablada de Píllaro, de la fiesta de la Yuca de Sarayacu, del Yamor de Otavalo o del Paseo del Chagra de Machachi. ¿Hay acaso chagras en cualquier rincón del país? No, no los hay. La cultura del Chagra de Machachi, elegante sobre su caballo, que es similar a la del llanero, del charrúa, del gaucho, solo existe en ciertas regiones de Sudamérica porque goza de un conjunto de características culturales que son específicas al lugar de su reproducción. Las culturas son una propiedad de las sociedades y no se pueden trasplantar por buena que parezca esa idea.
La capital del Arte en Ecuador es Loja y esto no quiere decir que este sea el único lugar donde el arte se produzca en el país, quiere decir que éste es el mejor lugar para que todos los esfuerzos artísticos puedan producirse, dando forma a una escuela artística que ya está institucionalizada como una capital, cabeza del cuerpo artístico nacional. Loja es la cabeza del cuerpo artístico ecuatoriano y la instalación del Festival Internacional de las Artes Vivas es un reconocimiento a una trayectoria histórica que no se puede desconocer por el capricho de una camarilla de políticos envidiosos, enemigos del arte, dados a la ingrata tarea de sabotear la fiesta de una nación artística que reconoce en esta ciudad a su capital.
@ghidalgoandrade
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