PhD en Educación por la Universidad Católica de Lovaina, Maestro en Estudios Culturales y Desarrollo, Graduado en Economía. Ex gerente del Proyecto de Pensamiento Político de la SNGP. Docente universitario.
El último feriado de carnaval fue particular: fuimos a las carnestolendas sabiendo que al regreso tendríamos al menos un IVA del 13%. Los asambleístas de la Revolución Ciudadana (RC), desde el cálculo político, no mocionaron el archivo de la propuesta presidencial y con una agilidad inaudita, Henry Kronfle, el presidente de la Asamblea, dio paso a la reforma, aun cuando tenía hasta marzo para estudiarla. El presidente Daniel Noboa se salió con la suya gracias a sus socios de la RC y el PSC.
Así comenzamos el feriado, los más ingenuos diciendo que es solo un punto y que Colombia y Perú ya están en esa cifra, sin pensar que acá manejamos dólares. Los menos informados recalcando que todos debemos poner el hombro, cuando pudo evitarse desde una mínima contribución de los grandes monopolios.
El “carnavalazo”, como se conoce ya al paquetazo económico que lanzan los gobiernos antes de esa vacación, pasó en medio de un país que sigue con miedo. Desde el miedo que tuvo su punto cúspide con unos chicos con pinta de raperos saliendo en TC televisión, la policía y la economía tienen otros giros.
El miedo es el mejor dispositivo que tiene el poder para lograr sus fines y como nos dice el filósofo argentino Darío Sztajnszrajber (DS): “el poder no duda, se propia de la verdad y la presenta como propia. O mejor dicho hace pasar como verdadero lo que no es sino de su propio interés”. El decreto del 11 de enero fue el mecanismo para garantizar el ejercicio de poder a Noboa, y aunque desde la Convención de Ginebra no tiene fundamento, logró posicionarse en la población. Desde ahora, aceptará todo lo que Noboa proponga.
Así, la noche del viernes y el sábado por la mañana, previos al carnaval, las carreteras no tenían el flujo de autos iniciando su viaje, como en otras ocasiones. Quito se quedó en su ciudad e imagino que también Guayaquil. No hubo comparsas en Guano y Guamote, los hoteles de Guaranda no estaban llenos como el año pasado, a pesar de que sí llegaron turistas de la Costa. Algunos costeños fueron a la Sierra, pero los serranos no fueron a la playa. Estas estuvieron vacías…
Es que los gobiernos recurren a narrativas de orden a través de la producción de un “mal a extirpar”; desde estas sobredimensionan a ese “malo” posicionado como el “enemigo” y desde esa chapuza se garantizan el apoyo masivo. Siempre el poder necesita un enemigo. En los ochenta de Febres Cordero, se sobredimensionó a una incipiente guerrilla para justificar sus ataques burdos a toda oposición política. El 30 S fue magnificado por Correa, le victimizó y avaló sus acciones contra sus contradictores. Sztajnszrajber continúa: son estrategias de construcción de un sentido común hegemónico donde hay buenos y malos, donde todos los buenos somos amigos y pensamos igual, y nos desprendemos de nuestra singularidad. Es que el enemigo y su hostilidad nos autoafirma en una identidad creada por el poder, nos devela nuestros puntos débiles, con lo cual la ley es solo una excusa, una herramienta circunstancial.
Luego de haber calculado bien y tener la certeza de que la población sigue temerosa. Seguro de que esta se ha comido el cuento que los medios producen desde noticias “hijas de un matrimonio por conveniencia entre el poder, el saber y la información” (DS dixit) y con las atribuciones que le diera la Asamblea en la mano, Noboa no se conforma con el 13%. El hijo del hombre más rico del país que funge de presidente, va a lo máximo y nos dice que subirá el IVA al 15%. Es que, como me diría alguna vez un militar argentino en servicio durante los años de la dictadura: El poder que no se usa se desperdicia…
Desde su limitada capacidad de análisis económico o desde una consciente impostura para engañar ignorantes, nos dice que el IVA no afecta a los compradores de la canasta básica por que estos sectores no pagan ese impuesto, y luego, desde su locus de “niño nacido en cuna de oro”, espeta que si la clase media quiere darse el lujo de comer en un restaurante, debe trabajar más… ¡cómo él lo hace!, recalca cínicamente.
Pero la mayoría se queda callada y los corifeos repiten que todo lo que manda Noboa es necesario. Es que el gran triunfo del poder es poner su necesidad como algo propio de la sociedad, objetivizar su subjetividad. En las redes sociales, la policía sigue poniendo fotos de cacos menores apresados, mientras Fito sigue libre… pero una ciudadanía insegura acepta todo y agradece…
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