Patricia Ochoa, viuda del General Jorge Gabela, en el cierre del evento de presentación del ‘tercer producto’ (reconstrucción) que fuera ordenado por la Corte Constitucional y realizado por el perito Roberto Meza, expresó de manera firme: ‘Este país necesita justicia y verdad’. Ciertamente, no hay mejor expresión para resumir el pedido no sólo de una familia que perdió trágicamente a uno de sus miembros en un execrable asesinato ocurrido el 29 de diciembre de 2010, sino de todo un país que requiere y exige respuestas claras y definitivas frente a un crimen que lleva casi 13 años sin conocer la luz.

De ahí que lo revelado últimamente por el investigador Meza, en su parte sustantiva, devela la radiografía de un Estado en franca descomposición al estar atrapado por los tentáculos de la corrupción y sometido al bíblico becerro de oro, lo cual explica su enorme desinstitucionalización, al no poder garantizar ni proteger derechos humanos fundamentales de las personas, como el señalado en el Art. 66.1 de la Constitución, en cuanto al ‘...derecho a la inviolabilidad de la vida...’.

Dentro de las conclusiones del Tercer Informe se establece que ‘La muerte del General Gabela terminaría con las denuncias públicas acerca de la idoneidad de los helicópteros Dhruv’.

Asimismo, en ese trabajo de reconstrucción, por una parte, se establecen indicios que involucrarían a dos ex generales de la FAE como posibles autores intelectuales del crimen del General Jorge Gabela Bueno.; y, por otra, al conocimiento de altas autoridades políticas, así como de servidores públicos, durante el periodo de la revolución ciudadana, de la falta de idoneidad técnica de los siete helicópteros Dhruv adquiridos en el año 2008 a la empresa india Hindustan Aeronautics Limited (HAL).

Sin duda, en este momento, la Fiscalía General del Estado tiene una enorme responsabilidad en la realización de la investigación que permita identificar y sancionar a autores materiales (incluso a uno de ellos que podría estar vivo, con doble identidad, según lo revelado por el perito argentino), a los autores intelectuales y todos quienes directa o indirectamente intervinieron en el cometimiento del asesinato, así como por haber interferido en la investigación. En esto último, resulta delicado escuchar en medios que, a través del tiempo, existirían cuatro versiones del ‘tercer producto’, con mutilaciones y conclusiones diferentes a las originalmente establecidas por Roberto Meza.

Los hilos conductores de la investigación que constan en el gráfico de relaciones expuesto por el perito conducen a un asesinato lo cual obliga a los operadores de justicia a actuar diligentemente y, desde luego, a sancionar a los culpables.

A propósito, la viuda del General Gabela, visiblemente conmovida y luego de recibir la reconstrucción del tercer producto, señaló que ‘...es triste el futuro que yo personalmente veo para el país, si se sigue manteniendo la misma justicia. Y esa justicia que está a orden del mandatario de turno..(...) necesitamos (...) jueces totalmente independientes.’.

Por eso, Patricia Ochoa, luego de casi 13 años de una valiente y ejemplar lucha, hoy afirma que lo que ella espera encontrar a estas alturas es al menos la verdad ya que la justicia que tarda –como ha sido en este caso- ya no sería justicia en su real definición.

¡Necesitamos un baño de verdad!.