
Colombia anunció que han cruzado 470 000 venezolanos por su frontera y esperan que lleguen fácilmente al millón por la crisis humanitaria y económica. Allá debaten si es necesario un plan gubernamental para acoger a todos los que llegarán.
Miles también cruzan a nuestro país. Las cifras oficiales hablan de 25 000 personas que viven en Ecuador. Las no oficiales hablan de 100 000 venezolanos. Huyen de Nicolás Maduro y su corruptela bolivariana-izquierdista. Revisemos algunas cifras de ese drama.
Hay 300 000 niños desnutridos. Todos los días aparecen historias de gente que muere por falta de medicinas y de atención médica. El mismo día, escribió Leonardo Padrón, puede quedarse sin agua, sin energía eléctrica, sin internet, ser asaltado. Un día cualquiera.
No olvidemos los 130 muertos y más de 15 000 heridos en las protestas entre abril y mayo. La canasta básica es literalmente inalcanzable. La inflación anual posiblemente llegue al 1000%, lo que provoca que todos los días, como lo leyó… todos los días, suban los precios de los comestibles.
Los bolivarianos-izquierdistas se farrearon más de 500 000 millones de dólares del petróleo. Los ladrones amigos de Correa y Lenín manejan 526 corporaciones públicas y desde donde han desaparecido 1290 millones de dólares. 390 grandes empresas han sido expropiadas porque el Estado busca ser empresario, como el que todavía tenemos en Ecuador.
Hay presos políticos que huyen arriesgando sus vidas, como el alcalde legítimo de Caracas, Antonio Ledezma. Pesan las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea. Las acusaciones de que los jerarcas venezolanos son parte de una mafia de narcotraficantes, el Cartel de los Soles, no paran.
Pero Ecuador lleva 11 años haciéndose de la vista gorda con la terrible crisis venezolana. El partido de Rafael Correa y Lenín Moreno tiene a esos narcos opresores como referente ideológico, económico, de lucha social.
Correa continúa defendiendo a Nicolás Maduro en los medios internacionales, Lenín mira para otro lado. Él y su equipo mantienen esa idea grotesca de la ‘inmaculada’ soberanía de las naciones, con la que Correa siempre intentó atrincherarse ante la influencia de la justicia internacional y de los exámenes de los organismos internacionales de DD.HH.. Apenas, hace tres meses, algo cuestionó Moreno sobre los muertos por las protestas.
Pero a esta actitud inhumana del poder estatal, se suma la del poder político en general. La ‘casta’ política expectante de cómo avanza el culebrón de Correa, Lenín y PAIS, como si la vida de los ecuatorianos es una telenovela que se resolverá por sí sola.
Algunas preguntas para nuestros políticos: ¿Acaso creen ustedes que el apoyo que recibe Maduro desde Ecuador es gratuito? ¿Acaso creen ustedes que la crisis humanitaria venezolana no requiere de una estrategia para acoger a los que siguen huyendo? ¿Vale la pena colaborar en el papel regional que tiene el expresidente colombiano Andrés Pastrana en frenar la influencia de la dictadura cubana, el chavismo y el terrorismo de las FARC? ¿Acaso no les sobrecoge la idea de que nos pueda pasar eso en un futuro?
Mientras tanto, llegan más hermanos venezolanos por Rumichaca, frontera norte. Miles, hijos de ecuatorianos que ingresan a la tierra de sus padres. Ecuador, incluso sin el gobierno de Lenín, debe tomar grandes decisiones sobre Maduro y sus militares corruptos y opresores, y a favor de nuestros hermanos.
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