
Periodista de Investigación, escritora de poesía y narrativa corta, especialista en perfilación criminal.
Cada gobierno dice que pondrá la casa en orden, quizá lo logre a ratos, aunque sobrevive el quemeimportismo. Por ejemplo, en medio de los dimes y diretes que se encuentra el Instituto Nacional de Evaluación Educativa, Ineval, por las pruebas que patrocina, sus teléfonos ni siquiera sirven para que el usuario pueda comunicarse.
En todas las áreas hay falencias, pero una que es recurrente es la cultural. Desde que se creó el Ministerio de Cultura, los ciudadanos y más los artistas, miramos con esperanza cuando asume esta cartera de Estado un nuevo personaje, pero la esperanza se convierte en mitad de su administración en la maldición de la que habló Friedrich Nietzsche. Dar un voto de confianza se convierte en un ejercicio para ingenuos.
Es triste el trato que recibe un artista en el Ecuador, por ejemplo, el Instituto de Fomento de las Artes, Innovación y Creatividades, IFAIC, encargado de las convocatorias para entregar fondos concursables tiene una administración ineficiente y hasta insultante. A inicios de enero colectivos culturales señalaron que esta institución “ha evidenciado falta de procesos, gestión, capacidad resolutiva y aptitud de su personal técnico, en una alarmante administración que es desfavorable para el sector cultural”. Y me consta, pues hace algunos meses para representar el Ecuador tuve que pedir apoyo para movilidad y hasta ahora el convenio no se cierra.
Uno como artista representa al país, llegan los aplausos, los medios de comunicación, la publicidad… pero lo que no sabe el público es que toda esa gestión es propia, pues los fondos de movilidad solo alcanzan para los pasajes aéreos y quizá la movilidad interna en el extranjero. Pero dentro del convenio se insiste al artista que debe utilizar la línea gráfica del IFAIC para difundir que gracias a esa institución uno se pudo movilizar. Yo representé al Ecuador en la Feria del Libro de Lima y me tocó hacer desde afiches con logo del instituto para presentarlos en dicha feria. El área de comunicación del IFAIC no ayuda con ese material, es más, le piden al propio artista que reporte su participación en formato noticia para ellos publicar en las redes. O sea, tocaba ser padre y madre a la vez… Pues dentro del tiempo que exige un evento y el público tenía que buscar un espacio para enviar información actualizada. Además, había que recolectar fotos y toda factura para justificar el dinero que uno ya se lo gana, pues la postulación ingresa a un jurado, este jurado califica y da el nombre de los ganadores. Pero los ganadores tenían que justificar su premio. (Varias veces estuve tentada en decirles: ¿alguna otra cosita?, porque ese es el trabajo de comunicación, el difundir a los artistas que representan al Ecuador y no ser la cola de ministros y directores).
Después de respirar hondo dije sí, está bien que los fondos sean justificados, con esta corrupción que hay… Uno de los funcionarios del IFAIC me comentó que sí hay gestores culturales que no utilizan el dinero para proyectos culturales sino para beneficio propio, como el comprarse una casa o un auto. ¿Y por qué no les hacen algo a ellos? “Ah es que son amigos de los jefes”, fue la respuesta. Y los que no somos amigos de los jefes y presentamos todos los documentos aún el IFAIC da largas y nos trata como corruptos. En mi caso envié varios mails al administrador del proyecto para saber sobre el cierre del mismo y nunca me respondió, prefirió hacer una comunicación por teléfono porque según él, “los artistas con los mails queremos perjudicarlos y allí les cae la Contraloría y como funcionarios deben cuidarse” ¿Eh? Es que algunos funcionarios con su presencia matizan muy bien la crisis del sector cultural…
Otra funcionaria que lamentablemente no tiene contentos a algunos artistas – solo al Ministro de Cultura, Juan Fernando Velasco - es la Gerenta del Plan Nacional del Libro y la Lectura, María Fernanda Ampuero. Y casi es imposible señalar la organización de la última feria del libro de Quito, sin que se caiga en el tema de me atacan por ser mujer y mejor vayan a comer en mi nombre pan de pascua (En diciembre así respondió a las críticas, mandando a los “odiadores” a comer pan de pascua. Lo hizo en una entrevista en Primicias).
Otra funcionaria que lamentablemente no tiene contentos a algunos artistas – solo al Ministro de Cultura, Juan Fernando Velasco - es la Gerenta del Plan Nacional del Libro y la Lectura, María Fernanda Ampuero. Y casi es imposible señalar la organización de la última feria del libro de Quito, sin que se caiga en el tema de me atacan por ser mujer y mejor vayan a comer en mi nombre pan de pascua.
Y no es así. Cuando fue su designación más de una persona se alegró, creímos respirar aires nuevos, sin embargo, el proceso fue fatal y todo se quiere justificar con el paro de octubre. Y los funcionarios públicos deben entender que están bajo la mirada pública, no se critica a su persona sino a su gestión. Fueron contratados para ejercer un cargo y trabajar para el servicio ciudadano. (No tienen clara esta idea en su mente).
Primero se dijo que a la feria irán los escritores destacados del Ecuador que están fuera del país -exitosos y premiados- y se dejó a muchos ecuatorianos fuera de la lista inicial. Con bombos y platillos por las redes sociales de la Gerenta y del Plan Nacional del Libro se anunció a las y los literatos estrellas ¿y el resto?, parecía que no existían más escritores ecuatorianos. A partir de que las fechas de la feria cambiaron, los organizadores empezaron a llamar a todos los que quedaron fuera, ¿para cubrir espacios? Y la propuesta gustó a muchos pues por participación les correspondía un pago, lo cual considero que está bien, el escritor debe sobrevivir de algo; pero ese pago no fue equitativo para todos, dependiendo de las cercanías – sí, más claro, argollas – hubo escritores que participaron en varias mesas, por lo que sus honorarios no fueron nada despreciables, sin contar el pago de los pasajes de avión, hotel – Dann Carlton- comida y transporte.
Participé en esta feria, cuando se contactaron conmigo pedí que se hable de las manifestaciones de octubre, que sería un buen espacio, a lo que la misma Ampuero me dijo que eso estaba negado. Si se topaba este tema podían participar en la feria voces de mujeres que rechazaron la propuesta de ser invitadas por las mencionadas protestas, a lo que también se dijo no. Acepté la invitación porque me aseguró que iba a tener micrófono abierto cuando sea mi participación. Sin embargo, esto no fue posible porque la sala de poesía fue en un lugar tan pequeño, con mucho ruido y éramos tantos escritores que teníamos que leer, que no me pareció adecuado robarme su tiempo para hablar sobre lo de octubre.
Mi intención de hablar sobre las marchas era para formar un diálogo, no buscaba boicot ni mucho menos mostrar mi poesía panfletaria, la cual no la tengo... Sin embargo, hubo un diálogo sobre lo que está pasando en Latinoamérica, pero solo con invitados internacionales. Aquí en el Ecuador: silencio.
Según fuentes del mismo Ministerio de Cultura, para realizar esta feria se contó con la experiencia de técnicas internacionales que cobraron por día 1.000 dólares. Desconozco si la cifra es exacta, pero cualquiera que ésta haya sido, no se justifica, pues no hay que ser genios para saber que, en un espacio lleno de ruido, pequeño, en mitad de un corredor, donde hay poesía de diversas tendencias, donde ni entre los escritores se escuchaban, peor el público podía escuchar la lectura, el resultado sería un desastre.
Es criticable el contenido de la Feria, pero también su caparazón, quedan muchas preguntas sueltas y claro, cuando se trata de la cultura todos miran para otro lado, parece que a nadie le importa. Estas mismas fuentes indicaron que para la marca de la Feria se destinó 30.700 dólares. ¿Esto se hizo a dedo o hubo concurso público? Y por qué la Organización de Estados Iberoamericanos, OEI, se encargó de la organización de la feria, ¿entonces para qué está el Ministerio de Cultura y su Plan Nacional?
Cuando se trata de destinar dinero a lo social, el país siempre está en crisis, pues sí lo estamos ¿por qué se invitó a un reconocido fotógrafo, como lo es Daniel Mordinsky, para que haga retratos de algunos escritores, la misma selección que salió debajo de la manga? ¿Cuánto dinero se invirtió en este detalle? El presidente de la República debe tomar atención sobre el dinero que sus funcionarios gastan, pues si estamos en austeridad, no se debe derrochar el recurso económico en lujos para el ego, mientras, insisto, faltan medicamentos en el cuadro básico nacional de medicinas. ¡Por favor, por sentido común!
Y además deben analizar a quien contratan, pues quien recibe un cargo suele viajar a sus compromisos personales y particulares con esa distinción, mientras deja botado el trabajo en el Ecuador y claro, los resultados son pésimos, porque se contrata a funcionarios para que viajen por el mundo y no para trabajar. La Cultura Institucional del Ecuador aún no despega, sería bueno pensar en reformas de raíz o su cierre, porque en lugar de beneficio, ya parece castigo…
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