Catedrática de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Católica de Quito
La desmedida manipulación mediática con la cual el Gobierno intentó desmovilizar a la ciudadanía para debilitar la marcha del 19 de noviembre, fracasó rotundamente. Los mal intencionados mensajes gubernamentales que inundaron las radiodifusoras y los canales de televisión, con el claro objetivo de sembrar en la conciencia de la ciudadanía la falsa idea de que la movilización del pasado miércoles buscaba desestabilizar al Gobierno y crear violencia, no lograron su objetivo.
Al contrario de lo que el Gobierno esperaba, la convocatoria a la marcha tuvo gran acogida, no solo en Quito, Guayaquil y Cuenca, sino en otras ciudades importantes del país. Las personas salieron a manifestar su inconformidad, su malestar y sus demandas frente a políticas gubernamentales que consideran lesionan sus derechos, pero sobre todo, creo, salieron a decirle al Gobierno que su abusiva estrategia publicitaria ya no tiene efecto.
Ni el chantaje, ni la amenaza, ni los insultos expuestos obscenamente por todos los medios de comunicación pudieron detener el malestar de las personas que, recuperando su soberanía y dignidad, salieron a las calles a decir: ¡Ya Basta!,¡Basta de comerciar con nuestros derechos a cambio de sumisión!, ¡Basta de criminalizar la lucha social!, ¡Basta de maltratar a nuestros hijos por protestar!, ¡Basta de tomar decisiones a espaldas del pueblo!, ¡Basta de engañarnos con enredos jurídicos!, ¡Basta de desacatar el mandato Constitucional!, ¡Basta de enjuiciar y encarcelar a dirigentes sociales!, ¡Basta de insultar y humillar a los ciudadanos!,¡Basta de maltratar a las mujeres!,¡Basta de violar los derechos de la naturaleza!,¡Basta de tanto abuso y corrupción¡,¡Basta de tanta publicidad política! Simplemente ¡Ya basta!
A pesar de la contundencia de la manifestación social, el Gobierno sigue sordo y necio. La arrogancia de un poder peligrosamente concentrado no es capaz de reconocer que las personas, sea en la cualidad o en la cantidad que se expresen, nunca son “pelagatos” como ofensivamente las nominan los funcionarios de gobierno. Y esta vez fueron muchos pero sobre todos muchos diversos. Y si el gobierno, en su infinita soberbia, no es capaz de observar que los habitantes de este país son poseedores de una inmensa reserva ética que no se puede agraviar, tendrá que aceptar las consecuencias de esa ceguera. Pues, si se empeña en seguir gobernando a espaldas y en contra de este pueblo que lo instaló en la dirección del país, ese mismo pueblo, que hoy desprecia y humilla, sabrá asumir la democracia que se le quiere arrebatar.
Si algo de sensatez le queda al Gobierno debería abandonar la insolencia que caracteriza a todo autoritarismo y volver la mirada hacia el fundamento democrático de su poder, es decir hacia el pueblo, y gobernar con él y bajo su mandato y no sobre él. Si algo de decencia política le queda a la “Revolución Ciudadana”, tendrían que cancelar la indecente utilización de la publicidad gubernamental con la cual intenta manipular la conciencia de la población. Y, por último, si algo de honestidad aún conservan sería saludable para el país que reconozcan y acepten la protesta y manifestación social y no intenten deslegitimarla, minimizarla y peor aún atacarla.
[PANAL DE IDEAS]
[RELA CIONA DAS]
NUBE DE ETIQUETAS
- Arriba Ecuador
- Caso Metástasis
- Galápagos Life Fund
- No todo fue una quimera
- serie libertad de expresión
- serie mesas de diálogo
- Serie María Belén Bernal
- 40 años de democracia
- serie temas urgentes post pandemia
- coronavirus
- corrupción
- justicia
- derechos humanos
- Rafael Correa
- Lenin Moreno
- Correísmo
- Dólar
- Ecuador