
Las maestras y maestros somos un sector importante para enfrentar la emergencia sanitaria. Los docentes apreciamos profundamente a nuestros estudiantes y buscamos retornar al aula lo más pronto. Cuando se pudo conocer que teníamos horas para adaptarnos a la educación en línea, naturalmente se presentaron diversas reacciones, varios comenzaron a trabajar más duro para cubrir la logística necesaria. Pero como muchos somos perfeccionistas y a medida que el país se apresura a buscar víveres o medicinas, nosotros apresurábamos nuestro caminar para buscar medios que garanticen un aprendizaje importante. Pero es necesario tener presente que unas horas, un día o una semana no es tiempo suficiente para organizar un curso en línea y menos si toca lidiar con hijos en casa, alimentación u otros menesteres. La actual realidad obliga a romper rutinas y esquemas, las autoridades educativas de distinto nivel deben dejar de lado el vigilar y controlar.
La cuarentena lleva consigo un tiempo complejo donde padres, madres y nuestros estudiantes están pendientes y preocupados de lo que está sucediendo, y en el caso de los docentes no podemos pasar planificando y buscar enseñar casi simultáneamente, mientras vamos descubriendo como utilizar medios telemáticos. Realidad que se vuelve más complicada donde no hay acceso a la internet.
Directores de Distritos, Rectores (a) no limiten el aprendizaje en línea a nombre del control, ayuden a promover métodos para ampliar el aprendizaje en lugar de exigir; colaboren, recuerden que en la internet hay solo información, pues el conocimiento es una construcción netamente humana que la cuarentena no puede parar. No es momento para la “eficiencia” y mucho menos para la competitividad o de cargar de tareas a nuestros estudiantes, es momento para la solidaridad y unidad. Recuerden lo que años atrás señaló George Orwell frente a momentos de crisis sanitarias: “Lo importante no es mantenerse vivo sino mantenerse humano”.
Y si alguna autoridad despistada persiste en que debemos ser estrictos frente a nuestros estudiantes, respire y no olvide usted, colega, reconocer las limitaciones de aprender desde casa. Asigne tareas simples, promueva la lectura y el jugar aprendiendo.
Y si alguna autoridad despistada persiste en que debemos ser estrictos frente a nuestros estudiantes, respire y no olvide usted, colega, reconocer las limitaciones de aprender desde casa. Asigne tareas simples, promueva la lectura y el jugar aprendiendo. Aproveche para fomentar el trabajo colaborativo en familia, mantenga una comunicación breve y clara. Ya habrá tiempo para el proceso de retroalimentación, pues todos los esfuerzos que estamos realizando es para que la vida triunfe y superar la emergencia sanitaria en medio de la delicada fase de expansión del virus COVID – 19. Esta es la prioridad de los más de 16 millones de ecuatorianos.
Todas las decisiones que adoptamos y los esfuerzos que sumamos como sociedad están enfocados en la defensa de la vida, para lo cual el aislamiento social es una medida indispensable donde la acción organizada y disciplinada de adultos, jóvenes, niños, niñas y de nuestros abuelos es factor decisivo. Y si buscamos reconocer el esfuerzo que el personal de salud, psicólogos, trabajadores de limpieza, de los servicios básicos, de la industria alimentaria y agropecuaria, campesinos, y de la fuerza pública realizan es quedándonos en casa, y demandar al Gobierno que otorgue todas las garantías para su trabajo. Son ellos quienes garantizan el alimento y la salud de todo el Ecuador en las actuales condiciones.
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