
El presidente Lenín Moreno ya debe empezar a buscar nueva casa política. Ya son demasiadas motivaciones que tiene para irse, que tienen para expulsarlo, que tienen para recogerlo…
Los militantes y simpatizantes de Alianza PAIS ya han saboreado la desazón de ser uno más del diálogo que Moreno ha impulsado en varios ámbitos. Uno más como lo son trabajadores, empresarios, indígenas, ambientalistas, socialcristianos, socialdemócratas… Por cierto, nadie plenamente contento. Lenín Moreno no se ha mostrado como un presidente y militante de PAIS ya que desechó las ‘12 Revoluciones’, plan de gobierno con el que inscribió su candidatura. Ni siquiera las menciona.
Otros han calificado que el 24M ocurrió el fin de la revolución ciudadana. Carol Murillo, una de las simpatizantes más ideológicas de PAIS, lo aseveró en una entrevista con la cadena chavista Telesur, desde Caracas, la semana pasada. Mencionó lo que ninguna autoridad de PAIS quiere decir dentro de las fronteras. Murillo, quien también fue subdirectora del diario El Telégrafo en la era Correa, cuestionó duramente las políticas que ha diseñado Lenín. El motivo principal para la analista es que está en proceso una regresión de lo alcanzado en una década, que la derecha goza y que los medios de comunicación privados lo avalan. Ella pone el dedo en la llaga que muchos ven, pero nadie quiere tocar. Pide que Correa regrese para la campaña por la consulta y equilibre la cancha.
A esto súmele el Gabinete de Moreno, que es una clara muestra de lo que ha sido su gobierno. Tiene a María Alejandra Vicuña como vicepresidenta temporal, muy ideológica y cercana a Rafael Correa. Con ese nombramiento temporal gana tiempo para detener el fin de las relaciones diplomáticas con PAIS hasta la consulta popular. Continúa Rosana Alvarado como Ministra de Justicia y alfil de Correa en la pasada Asamblea Nacional. Y otros de la misma línea. Pero tiene, por otro lado, a Eva García. La Ministra de Producción es quien origina el deshielo con el mundo empresarial ecuatoriano que estuvo relegado de voz y voto en las decisiones económicas de la década pasada. En ese lado están Pablo Campana y Raúl Ledesma. Un gabinete ideológicamente bipolar.
Además, el pasado se lo quiere tragar vivo. Los excorreístas rabiosos lo tildan de traicionero. Retiraron su foto de los exteriores de la sede de PAIS y en redes sociales son implacables. Le crearon, muy al estilo pendenciero del que son dueños, el hashtag #JudasCuántico para señalarle las incoherencias de sus acciones. Es el coletazo del mal divorcio.
No es todo. El presidente Lenín tiene a su vicepresidente en la cárcel acusado de ser parte de la trama de corrupción del caso Odebrecht. Las encuestadoras tienen los números de aprobación del segundo mandatario preso (sí, lo es pese a todo) en rojo. Jorge Glas también es máxima autoridad en PAIS aunque ahora esté liberado de las directrices de la cúpula. Glas es PAIS. Y Moreno lo sabe, por eso abrió la brecha política para que el escándalo no le roce. Él retiró las funciones al Vicepresidente, nombró un reemplazo y lo quiere matar con la indiferencia…
Y por último. Otros partidos y movimientos lo quieren en sus filas. Democracia Sí, de Gustavo Larrea, primerito. Apenas ganó las elecciones ese partido lo quería para las presidenciales del 2021. Jimmy Jairala, líder de Centro Democrático, también hace guiños a la aplastante aprobación que tiene Moreno, según las encuestas, con más del 75%. Jairala impulsó la creación del Frente Somos Ecuador para apoyar al Presidente y es su respuesta al resquebrajamiento de PAIS.
Para la separación definitiva todo esto pesa. Y sin Moreno, sin Correa y sin Glas… PAIS quedará sin caudillos, se extinguirá.
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