
Abogado y periodista guayaquileño. Ha colaborado en medios impresos y radiales de su ciudad. Actualmente cursa una maestría en Derecho de Empresa.
Ante la persecución despiadada que terminó con el cierre de Diario Hoy, luego de una historia de más de tres décadas junto a los ecuatorianos sobreviviendo a toda clase de tempestades políticas, he prometido no callar y agradezco este espacio con el que se me ha honrado para cumplir mi promesa. Podrán cerrar todos los medios de comunicación, pero no podrán quitarnos la libertad mientras haya por lo menos un ecuatoriano dispuesto a no callar.
Ahora bien, siempre he dicho que la coherencia es una de esas características que hacen tanta falta a nuestros políticos latinoamericanos. En el caso de Ecuador tampoco existe coherencia entre el discurso y la acción. Muestras de ello hemos visto muchas durante estos casi ocho años del gobierno de la Revolución ciudadana, pero voy a referirme únicamente a lo que ha sido noticia estos últimos días.
Mediante una resolución de la Agencia Nacional de Tránsito el gobierno del presidente Correa ha ordenado el alza de los pasajes de transporte urbano, pero quiere echarle el muerto encima a los municipios. Esta medida no afecta a los pelucones que usan cómodos y lujosos vehículos como el Primer mandatario, esto evidentemente afecta a los miles de ecuatorianos de clase media y baja que debemos usar el transporte público.
Este gobierno nos sigue cargando de impuestos… Esta vez debemos pagar $42 quienes compramos por internet para conseguir lo que aquí no se encuentra o que cuesta el triple. Evidentemente esta medida no afecta a los pelucones que están en este gobierno, porque ellos tienen la posibilidad de irse de shopping a Miami, ¿los más pobres cuántas veces al año se van de shopping a “La Yoni”?
El presidente Correa ahora quiere quitarle las utilidades a los trabajadores de las empresas telefónicas, afectando a miles de familias ecuatorianas que ya habían asumido compromisos económicos relacionados con la vivienda y educación de sus hijos. ¿No se supone que este es el gobierno de los trabajadores?, no solo les quita un derecho ya adquirido como son las utilidades, además los reprime cuando salen a las calles a protestar. Insisto, ¿no se supone que este es el gobierno de los trabajadores?
La Revolución ciudadana ahora quiere manejar los fondos previsionales de miles de familias ecuatorianas, dinero que es privado y pertenece a cada una de las personas que han hecho un esfuerzo para lograr estos ahorros. Es irónico que estos fondos hayan sido creados ante la ineptitud e ineficiencia del IESS y que ahora le quiten su plata a los trabajadores para entregársela a esa entidad.
¡Sacúdete o se te trepan las hormigas!... Ha quedado claro que este no es el gobierno de los trabajadores, sino de los pelucones. Ante la ineficiencia en el manejo económico, el despilfarro de nuestro dinero y la farra revolucionaria, la consecuencia es un déficit que a toda costa quieren ocultar. ¡Se les acabó la plata!... Ante el déficit lo responsable es la austeridad, pero han elegido como solución seguirle metiendo la mano al bolsillo de los ecuatorianos.
No hay fiesta gratis y siempre dije que esta farra de la Revolución ciudadana nos iba a dejar un chuchaqui muy fuerte a los ecuatorianos que ya hemos empezado a sufrir. Ahora la fiesta la tenemos que pagar los trabajadores, los que usamos buseta, la clase media y los hermanos más pobres. ¿Es eso justo?, ¿es eso revolucionario?, ¡hasta la próxima semana!
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