
Periodista de Investigación, escritora de poesía y narrativa corta, especialista en perfilación criminal.
Ninguna historia que aclare la verdad y señale con nombre y apellido a los culpables de las desgracias se lleva un reconocimiento en este país, de manera transparente. En el Ecuador nos estamos acostumbrando a que ganen la partida quienes tienen contactos para hacerlo, ya no importa el talento ni la ética. Ecuador se acostumbró a esconder la verdad. La corrupción no solo es robar dinero público, también es ser deshonesto en actos diarios; como ver, escuchar o leer una verdad y callarla porque están hablando de amigos cercanos. El mirar para otro lado, cuando delante de nuestros ojos hay una injusticia, también es ser corrupto, podrido, apestoso, descompuesto… digno de todos los sinónimos de quien se corrompe.
Hace poco uno de los candidatos presidenciales y exministro de Cultura, Juan Fernando Velasco, reveló que el también candidato Andrés Arauz, cuando pasó por la institución cultural, entregó un contrato a dedo y de esta manera expuso de lo que sería capaz si llega a la Presidencia. Velasco vio este acto y no dijo nada, antes. Pero no solo él tiene memoria frágil, la cual se activa cuando le conviene. La mayoría de los ecuatorianos tienen una memoria débil, por ejemplo, más de una persona quiere votar por el candidato Arauz con el argumento de que él viene a recuperar la Patria, porque su antecesor, Lenin Moreno, fue un traidor entregado a la banca. ¿Quién puso en ese cargo a Moreno? Primero, el expresidente Rafael Correa y segundo, los mismos que ahora se quejan de él. Es decir que van a cometer el mismo error con gran orgullo.
Pero, en la papeleta presidencial nadie se salva de su pasado, todos tienen algo para señalarlos, sin embargo, la mayor parte de la gente se le olvidó, pues siempre hay alguien que quiere votar por sus verdugos, esos que tratan a la gente como “una bola de tarados”, sino miren el nivel de las campañas políticas, son una payasada, parece que vamos a elegir al mejor influencer de las redes sociales y no al presidente del Ecuador.
A los candidatos y a sus comunicadores les obsesiona el voto de los jóvenes, dicen que ellos decidirán quien gana y se lanzan a las redes sociales para ser parte del circo. Pero los subestiman creyendo que a ellos se les da cualquier contenido en redes.
A los candidatos y a sus comunicadores les obsesiona el voto de los jóvenes, dicen que ellos decidirán quien gana y se lanzan a las redes sociales para ser parte del circo. Pero los subestiman creyendo que a ellos se les da cualquier contenido en redes, se les olvidó que los jóvenes también critican y cuando ellos hacen un meme de un candidato lo pueden exaltar o hundir, no todo meme es sinónimo de aprobación o cariño. (Y aquí también el actual presidente Moreno falla. En el fin de año, a pesar de la prohibición de quema de los tradicionales años viejos, más de una persona creo un muñeco con su imagen y lo quemó, al igual que otros integrantes de su gobierno. Con este acto se demostró el repudio, pero enseguida el actual régimen agradeció por el cariño. ¡No fue cariño!, mucho menos respeto. Les queda mal esa aceptación).
Algunos tienen memoria tan frágil, que no recuerdan en cuestión de minutos que el candidato Arauz no da cifras concretas ni explicaciones, pero si da propuestas incoherentes. A otros candidatos, como a Guillermo Lasso y César Montúfar, se les olvida de dónde sacan las cifras que afirman con tanta seguridad cuando los periodistas se comunican con ellos o con su equipo de comunicación y les preguntan. Y el resto de los candidatos quizá ni memoria tienen, pues pasan en tik tok.
Al inicio de la campaña, la cual ya empezó, como siempre, antes que el calendario electoral lo señalara, los candidatos ansiaban captar la atención de los jóvenes y al inicio, creo, lo consiguió Yaku Pérez con los memes que los propios ciudadanos le hicieron por sus primeros recorridos. Al ganar visibilidad en redes, parece que su equipo de comunicación “se rayó” y empezaron con propuestas que cayeron mal, los jóvenes ya no tenían material para un meme pues había pasado al ridículo. Luego quiso ser el candidato serio, pero opacaron su esencia.
Otros candidatos parece que ni siquiera buscan captar a los jóvenes, simplemente son felices en el circo que inventaron. Me refiero a Xavier Hervas que al finalizar el año se vistió de viuda y se subió a su acostumbrada patineta para salir en tik tok. Los hombres en fin de año tienen esa costumbre en el país y de paso se burlan de cómo se visten y lloran las mujeres cuando pierden a su esposo. ¿Acaso el candidato no tiene como compañera de campaña a María Sara Jijón, feminista, que lucha por los derechos de las mujeres? Sí, ella está como candidata a la vicepresidencia por la ID, pero con tal de ganar likes, Hervas se viste de mujer y lo celebra con “chéveres” burlas.
Y qué decir de Lucio Gutiérrez con sus armas para matar a los corruptos… ¿a la gente ya se le olvidó cómo perdió la presidencia? Por la frágil memoria de los ecuatorianos quizá ni haga falta tanto ridículo en tik tok y para los jóvenes solo son el chiste del día. Lamentable, un país con una memoria de papel higiénico. Higiénico, porque en la pandemia todos se lanzaron a comprar este papel para soportar la cuarentena, ¿O ya no se acuerdan? Y porque parece que ya olvidaron lo que algunos personajes políticos ya nos hicieron (ya nos jodieron) y aun así quieren repetir los errores. Solo una memoria así, puede soportar estas campañas al estilo tik tok.
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