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24 de Febrero del 2019
Ideas
Lectura: 5 minutos
24 de Febrero del 2019
Gabriel Hidalgo Andrade

Politólogo y abogado. Docente universitario.

Papeleta contra retorno autoritario
La solución es renunciar a la idea peregrina del voto nulo, votar por los candidatos autónomos a la década ganada y exigir al presidente Lenín Moreno, con la toma de espacios públicos en las calles, debates y opinión, la inmediata inclusión de una papeleta adicional, a las 6 o 7 según el lugar, en las elecciones del 24 de marzo para que se consulte al pueblo si quiere o no la existencia de este Consejo creado para el abuso correista.

Hay un respetable sector de académicos, analistas y periodistas que impulsan la anulación del voto en la elección para integrantes del Consejo de Participación Ciudadana este 24 de marzo. En dos ocasiones, con argumentos legales, numéricos y lógicos explique su inconveniencia. Esta vez propongo una solución para estas dos teorías cuyos voceros caminan por la misma vereda, con propuestas discrepantes, pero que una de ambas pone en riesgo la democracia y facilitaría el retorno del autoritarismo.

En primer lugar sostengo que el voto nulo equivale solamente a abstenerse de votar y que de entre los votos válidos se escogerán a los integrantes del nuevo Consejo de Participación; que el voto duro correista no se fragmentará como sí podrá suceder con el voto no correista a través del impulso del voto nulo y que esto facilitará la victoria de los primeros y la atomización de los restantes.

En segundo lugar afirmo que el voto nulo será de todas formas elevado, aunque no lo suficiente como para invalidar la elección, esto por falta de información, por falta de ley y por falta de tradición electoral. Es la primera vez que se celebrarán elecciones no partidarias, innuneradas y horizontales, así como no hay forma lógica para contabilizar esos votos.

Esta es una elección de cargos unipersonales, clasificados horizontalmente, y por tanto ocuparán escaños sin una fórmula de asignación. Esto sugiere que cada voto, de cada elector, se multiplicará por 7, en lugar de fraccionarse por 7 porque ésta no es una elección celebrada entre listas. Pensemos con lógica, en las actas de las juntas, tras celebrarse las elecciones, ¿se contarán los votos de séptimos en séptimos? No, se contará de uno en uno, con lo cual un voto, de un solo votante, equivaldrá a siete. Tampoco se puede compararse ésta con una elección ordinaria a cargos unipersonales como alcaldes o prefectos porque, aunque los puestos son unipersonales, el órgano es corporativo, compuesto por varias personas.

Por lo anterior, como demuestro en mi segundo argumento el voto nulo es imposible porque, con este vacío legal, jamás se podrá superar a los votos válidos de los 43 candidatos para los 7 puestos. Si se multiplican ¿cuántos puede haber en total? Sí, millones.

Si hay 43 opciones de voto, más las legítimas opciones de votar nulo y blanco, entonces habría 45 opciones. ¿Cuál es la posibilidad de una o dos de estas, de los nulos y blancos que no son válidos, al competir numéricamente frente a la suma total de las 43 restantes? Ninguna. Esto quiere decir que no se socavará la legitimidad del órgano como se dice equivocadamente porque la votación nula quedará aplastada bajo la montaña de votos que producirá la sumatoria total de cada uno de los 43 candidatos.

Ambos sectores somos abolicionistas, los que están a favor del voto nulo y los que estamos en contra del voto nulo. Uno y otro buscamos que el órgano que institucionalizó la corrupción durante la década ganada sea expulsado del sistema institucional. ¿Cómo hacerlo? ¿Anulando el voto? No. Anular el sufragio atomizará el voto crítico al correismo y le dará esa ventaja en la competencia, como se explica en mi primer argumento. Así se correría el riesgo de elegir y luego posesionar a un Consejo repleto de clientes correistas que elegirán autoridades afines a la revolución y que pavimentarán el retorno de su mesías, frente a un voto nulo que será insignificante cuando se produzca el regreso del autoritarismo.

La solución es renunciar a la idea peregrina del voto nulo, votar por los candidatos autónomos a la década ganada y exigir al presidente Lenín Moreno, con la toma de espacios públicos en las calles, debates y opinión, la inmediata inclusión de una papeleta adicional, a las 6 o 7 según el lugar, en las elecciones del 24 de marzo para que se consulte al pueblo si quiere o no la existencia de este Consejo creado para el abuso correista.

Por eso es importante no anular el voto, promover el voto consiente y favorecer con el voto a personas comprometidas con la democracia, porque de celebrarse una consulta popular y al abolir este órgano absurdo, serán los nuevos consejeros quienes perentoriamente viabilicen la extinción del mismo Consejo, la elección por última vez de las autoridades de control que faltan y el tránsito a un nuevo sistema en donde sus atribuciones sean redistribuidas. Todo esto constaría en el anexo de la consulta.

Acabemos con este debate enriquecedor, pero innecesario, y exijamos todos una nueva papeleta para sepultar de una vez el último resquicio que les queda a los abusivos de volver al poder.

@ghidalgoandrade

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Papeleta contra retorno autoritario
 
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