
Periodista de Investigación, escritora de poesía y narrativa corta, especialista en perfilación criminal.
Gracias Costa Rica, gracias Japón, gracias Panamá, gracias Chile, gracias Ecuador, gracias Honduras, gracias Israel, gracias El Salvador, gracias… ¿políticos? Los perros rescatistas hacen más que ustedes, ¡buenos para nada! Estas palabras se dejaron leer en las redes sociales. Palabras más, palabras menos, ya que los mexicanos adjetivaron a sus políticos con los más duros términos, al conocer que se negaron entregar parte de su presupuesto de campaña del 2018, para ayudar a los damnificados por los dos terremotos ocurridos en México.
Mientras ellos decían ¡NO!, madres desesperadas buscaban a sus hijos bajo los escombros y aseguraban que no se moverán del lugar hasta que sus hijos salgan. Los rescatistas raspan cada zona porque la muerte no es opción, pero para los políticos sí, pues irrespetan la vida de varias formas; una de ellas, negar recursos económicos cuando más necesidad existe. En este mundo, el dinero es más importante que la vida.
La justificación para no aportar parte del presupuesto de campaña, el mismo que será de 31 mil millones de pesos, es que todo ya está ordenado y que no se puede desbaratar lo que ya establece la ley. Según declaraciones de Angélica de la Peña, senadora por el PRD, no pueden donar dinero, porque si le quitan a los partidos políticos en época de campaña tienen que cambiar estructuralmente muchas cosas, se tendría que reordenar la ley y ya no hay tiempo. Según Azteca Noticias, Joel Ayala, senador por el PRI, señaló que el Estado mexicano cuenta con recursos suficientes para cubrir este desastre.
Las redes sociales ante estas y otras declaraciones de políticos reventaron de indignación. “Que donen, total ese dinero nunca fue de ellos, es del pueblo”, se lee en uno de los comentarios. Incluso los mexicanos opinaron que no debería existir una campaña política en esta crisis. Pero, ¿los mexicanos saben qué clase de políticos tienen? Según las críticas de medios de comunicación, sí. Una caricatura del diario La Jornada, muestra una leyenda de un político (el actual presidente, Enrique Peña Nieto) que señala: “Queremos gobernar con total transparencia… No nos importa que todos vean que tan cínicos podemos ser”.
Para el internacionalista mexicano, Ángel Dorrego, no es viable, por la ley, que entreguen los partidos políticos parte de su presupuesto, tomando en cuenta que “tenemos una democracia de baja calidad. Pero cada legislador debe dar dinero para afrontar esta tragedia, es justo que donen parte de su dieta”. También comenta que los mexicanos conocen muy bien que sus políticos son una “lacra”. Y esta realidad no solo la conocen los mexicanos, también nosotros.
Cuando Ecuador sufrió el terremoto del 16 de abril, el Ecuador entero se lanzó a ayudar, pero cuando se sugirió a los asambleístas que donen dos meses el 10% de su sueldo, también se negaron. 63 asambleístas no donaron, de los cuales, 49 fueron parte del partido oficialista. Algunos asambleístas que donaron, lo hicieron solo un mes. Cada asambleísta tenía un salario de USD 5.009, el 10%, significaba una donación de USD 500,90. Fueron señalados por los ecuatorianos, hubo indignación, pero todo continúo igual. Se recolectó dinero para las zonas afectadas, sin embargo, hasta hoy, Esmeraldas tiene problemas de agua; si uno conversa con un esmeraldeño dice que ese problema nunca fue solucionado y que tras el terremoto tuvieron que ayudarse unos a otros, pues no hubo una asistencia real como se dijo que existió por parte del gobierno central.
La esperanza para Friedrich Nietzsche es el peor de los males, porque prolonga los suplicios de los hombres. Después de darnos claras muestras de inhumanidad, aún, ¿creemos en los políticos? ¿Tenemos esperanza que un día quien tiene el poder, sea justo? ¿Por qué seguimos votando por una clase que nos aplasta? ¿Acaso nuestra moralidad es igual a la suya, pues hay que estar acorde a las castas que tienen el poder?
Mientras los políticos se niegan a ayudar porque existe una ley y ellos son tan juiciosos con las leyes, en las imágenes transmitidas por diversos medios de comunicación, se observa que un hombre viejo, cuyas piernas tiemblan, entrega dos fundas de arroz en un centro de acopio en México; una mujer apresurada lleva vasijas para preparar algo… ¡Eso!, tal vez nos falte empoderarnos.
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