
Mientras en el país ya se espera por la resolución del Consejo de Seguridad para declarar terroristas a grupos delincuenciales, en Colombia van en contravía.
Gustavo Petro, el presidente del país del norte, ha decidido por no tener una política de acción clara para eliminar los cultivos de coca. Las hojas de esas matas son el principal ingrediente para la adictiva cocaína.
Petro quiere controlar el transito y en algo a los líderes del narcotráfico. Pero esto ya supone un problema para el Ecuador. Aunque se hacen operaciones espejo, es decir, fuerzas militares de los dos países actúan al mismo tiempo en los dos lados de la frontera norte, los cultivos permanecen.
Todavía se pueden ver extensas plantaciones de coca desde el lado ecuatoriano. Que no serían intervenidas por la orden presidencial. O, al menos, no serían de mucha importancia.
Quiere darles cultivos que sustituyan a la coca cuando todavía no existe producto que compita con los incalculables ingresos para toda la cadena del narcotráfico.
Petro es laxo con los cultivos ilícitos, es débil con los líderes de los grupos narcodelitivos, el ELN y las FARC. Sigue siendo el anti-imperialista de siempre.
Petro, quien se cree líder latinoamericano (como supuestamente era Correa), debería empezar por trabajar por ese título dando pasos certeros con Ecuador. Eliminar cultivos y cuidar su frontera sur. Cuidar el comercio internacional. Y ayudar a empujar para que se caiga la dictadura venezolana. Pero, no
Incluso en su reciente visita a Joe Biden, el presidente de Estados Unidos, fueron 11 minutos y con traducción simultánea, según la prensa colombiana, y se enfocó en lavar la cara a la dictadura de Venezuela. Pidiendo que levanten sanciones.
Arma el show político, luego de la expulsión del líder opositor venezolano Juan Guaidó, para que le hagan eco en su ánimo de lavar al cara al Socialismo del Siglo XXI.
Incluso, en Estados Unidos, habló a favor del golpista peruano Pedro Castillo, quien en está en la cárcel por ser un ambicioso político sedicioso. En su país están calientes por el lamentable cambio en política exterior.
Las consecuencias por esa debilidad contra el crimen ya se ven claramente en Colombia. Aquí, en Ecuador son 25 organizaciones criminales. Allá, son más de 100 grupos criminales, integradas por unas 20.000 personas armadas y relacionadas con el narcotráfico (en América Latina hay 436 organizaciones narcotraficantes). El Clan del Golfo y el ELN son más fuertes con Petro. Y hay contagio para nuestro lado.
Petro, quien se cree líder latinoamericano (como supuestamente era Correa), debería empezar por trabajar por ese título dando pasos certeros con Ecuador. Eliminar cultivos y cuidar su frontera sur. Cuidar el comercio internacional. Y ayudar a empujar para que se caiga la dictadura venezolana. Pero, no.
Ya es un digno líder, no de sudamérica, sino del Socialismo del Siglo XXI. Allá, en cambio, ya es conocido como el Presidente Cantinflas. Habla y habla… y no concreta nada. Ni lo que promete, cumple.
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