
Periodista de Investigación, escritora de poesía y narrativa corta, especialista en perfilación criminal.
Después de escuchar su última sabatina, señor presidente Rafael Correa, me ronda la pregunta: por qué se va del Ecuador si durante su mandato aseguró que este país es el mejor del mundo para vivir, que la Patria ya está cambiando, que esta revolución no la para nada ni nadie… ¿Por qué se va?, si tiene un país hecho a su medida, con colaboradores que acatan sus órdenes, no hay ninguna decisión que se oculte a sus ojos y oídos, usted lo sabe todo y lo controla todo. Entonces, ¿Por qué se va? Dice que lejos del Ecuador pasará tranquilo con su familia. Pero la tranquilidad puede estar aquí.
Pero su esposa es de Bélgica, entonces se va porque es una decisión familiar aunque Bélgica está en la lista de los paraísos fiscales. Imaginamos, entonces, que para el señor presidente ir a ese país debe ser un sacrificio, ya que en más de una ocasión indicó que está en contra de los paraísos fiscales.
Mientras la pregunta da vueltas en mi cabeza, escucho la canción de José Luis Perales: Por qué te vas. “…junto a la estación lloraré igual que un niño, por qué te vas, por qué te vas…”. Escucho esta frase e imagino el triste destino de nosotros, los amargados, pues ya no estará el Presidente que dedicaba los enlaces ciudadanos a los amargados, pues su gobierno era de fiesta y así justificaba el derroche.
¿Por qué se va señor Correa? No tome mi pregunta como ofensa, se la haría a cualquiera que pregone amar al Ecuador pero prefiere vivir en otro país. A veces las personas dejan su tierra por necesidad, pero con su sueldo vitalicio bien puede vivir aquí. Además, usted mismo aseguró que es el Presidente más querido; si es así, qué bonito sería caminar por la calle y que lo salude desde el señor que vende el jugo de naranja hasta el tipo que va a su trabajo, apresurado en su carro obtenido a crédito. Incluso tendría sus propios guardaespaldas, si es que un desgraciado opositor decide ser en realidad un sicario, como varias veces a invocado ese término. Aunque debería descartar esa idea de que alguien le quiere hacer algo malo, pues eso sería letal para la oposición, la misma oposición lo convertiría en héroe nacional y creo que ese no es el objetivo.
Si alguien osa decir que usted fue un corrupto, sus abogados y jueces lo defenderán, pagará indemnización y una condena. Pobre el individuo que se atreva a decir eso, él si debe salir del país. Pero usted no, aquí está su paraíso. Insisto ¿por qué se va? En el enlace 522 aseguró que el Ecuador tiene paisajes paradisiacos, es decir, es un buen lugar para descansar. Hay deportes extremos, osos de anteojos, grutas donde apareció la virgen y además lo quieren. “Allí nos quieren – refiriéndose a Oyacachi – nos quieren todos, no como esos frustrados que siempre pierden”. Usted tiene presente que su partido ganó e incluso condecoró al funcionario que defendió el resultado final de las elecciones.
En ese mismo enlace mencionó que en el Ecuador hay una democracia participativa desde la gente y para la gente. ¡Es perfecto! Por qué se va si aquí está el paraíso. O ¿dónde está su paraíso? ¿Qué país es mejor que el nuestro? ¿Acaso nos deja solo por un corto tiempo y pronto regresará?
Las dudas vienen en grupo, tengo otra inquietud. Usted en ese mismo enlace mencionó que el Ecuador tiene las mejores universidades, si esto es cierto, ¿por qué sus hijas y los hijos de algunos ministros y altos funcionarios del Gobierno estudian en el extranjero? Si el sistema educativo implementado en su régimen, con todas esas pruebas de ubicación, son excelentes, por qué no dar el ejemplo y hacer que sus hijas den esas pruebas. ¿Por qué solo al pueblo?
El video titulado Ecuador The Royal Tour es fantástico. Uno lo mira y dan ganas de amar más al país. Usted está en ese video, es el protagonista que muestra al mundo lo maravilloso que es el Ecuador y cómo enfrentó desde la Presidencia la adversidad, pero usted se va. Es contradictorio.
Escucho la canción de Perales y seguramente sus simpatizantes la cantaran con afecto pues miran en su historia un cuento de hadas: quien no tuvo nada llegó al poder. Esa es la imagen que se nos presentó, aunque sabemos que hubo un proyecto anterior, Rafael Correa no salió de la nada.
Como lo dije, las preguntas son como enjambre: ¿Usted hasta el final de su gobierno manejó un doble discurso? Y ¿en realidad, este es el final de su mandato?
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