
Profesora universitaria, investigadora y periodista, con un doctorado por la Universidad Nacional del Cuyo, de Argentina.
Algunas de las proclamas difundidas por ciudadanos en las redes sociales las ha reproducido Plan V. Todas ellas y las decenas que se han publicado en las últimas semanas, en Facebook y Twitter, mantienen reclamos comunes,hastíos compartidos, repulsas consensuadas a un estilo de gobierno que tras casi nueve años ha mostrado su displicencia hacia la mayoría de ecuatorianos críticos.
Estas demandas hace rato dejaron de generarse por los proyectos de impuestos a la herencia y a la plusvalía. Es por dignidad, replican los ecuatorianos.
¿Qué es lo que aspiran los ciudadanos? El colectivo Resistencia ha sintetizado en 20 puntos aquellas pretensiones a las que adhieren tantos conciudadanos. Son las “exigencias mínimas para dejar de protestar”. Veamos algunas de ellas: el retiro del proyecto de reformas, arbitrariamente bautizado como de enmiendas, y que permitirá a la Asamblea aprobar la reelección indefinida, eliminar las consultas por iniciativa ciudadana, debilitar a ciertos organismos de control estatal.
Unas segundas reivindicaciones apelan a proteger al Yasuní, detener los planes de la mega minería y desistir de convertir a las islas Galápagos, el primer patrimonio natural de la humanidad, en un conjunto de “resorts”. Otro conjunto de reclamaciones alude a la eliminación de la Supercom, el Cordicom y la “ley mordaza”; suspender las propagandas descalificadoras, las cadenas, las sabatinas y vender los medios incautados. A este le sigue el clamor por eliminar la norma que revocó la obligación estatal de aportar con el 40% a los fondos de pensiones del IESS, devolver los dineros al fondo del magisterio y eliminar la ley que limita el pago de utilidades.
Otra advertencia se extiende a poner fin a la persecución política y a “sacar las manos de la justicia”. Hay muchas más aspiraciones. Sin embargo, desde el correísmo insisten en que las manifestaciones son por desinformación sobre los proyectos de ley de las herencias y de la plusvalía. Una diputada AP asegura que las movilizaciones no han mencionado siquiera al trámite de las supuestas enmiendas en el congreso. No advertir el sentido de la indignación ciudadana, ni comprender a los actores de ella solo revela la ceguera y la sordera del correísmo y los muestra como se han dibujado ellos mismos: incorregibles.
Mientras las calles de las ciudades ecuatorianas se llenan de voces que claman por rectificaciones, desde las alturas del poder político se repiten, hasta el cansancio, frases hechas y vaciadas de todo significado. Con ello, además de destapar su negativa a cualquier corrección, el régimen persevera en su costumbre de endilgar las acciones e intenciones que le son propias a quienes llama golpistas, opositores, desestabilizadores, alineados con la derecha y odiadores.
Si van a Los Shyris les endosa ser pelucones. Si marchan desde El Ejido les acusa de ser tirapiedras. En otras palabras: todo ecuatoriano que protesta es alguien incapaz de articular una voz, peor de mantener un pensamiento propio. Todos son desdeñados por el correísmo.
A esta cruzada acaba de sumarse otra diputada. Ahora resulta que las familias que acuden a Los Shyris son de borrachines, drogados y violentos. ¡Cómo se advierte que quien formula tamaño absurdo nunca estuvo allí!
Tanta arrogancia fastidia. Pero también provoca cansancio y descreimiento. Respeto, reparaciones, reconocimiento de la razón del pueblo, incluido el de las clases medias, es la demanda mínima a los dirigentes del correismo. Y para los opositores, el pedido ciudadano del momento es el de abandonar sus pugnas o búsquedas de protagonismos, en el peor estilo del oficialismo. A los dirigentes, líderes o cabezas visibles de las oposiciones les corresponde hallar puntos en común y escuchar al pueblo. Lo más inteligente para un político opositor es diferenciarse de quienes nos gobiernan.
El libreto correísta ya dio todo lo que podía suministrar la propaganda. La trama requiere cambios de fondo; un viraje, porque así lo solicitan los mandantes. El ciudadano se cansó de oír destemplanzas, agresiones, bravuconadas del protagonista. La prepotencia ya no convoca, ni eleva el rating. Hoy es el momento de modificar el guión.
[PANAL DE IDEAS]
[RELA CIONA DAS]





NUBE DE ETIQUETAS
[CO MEN TA RIOS]
[LEA TAM BIÉN]




[MÁS LEÍ DAS]



