
Es consultor y analista político basado en Washington DC. Twitter: @Ezequielvazquez
Marco Tapia, joven ecuatoriano de 35 años de edad, era profesor de educación física en la ciudad de Gualaceo, provincia del Azuay. Conocido a escala local y provincial por su actividad deportiva, dictó clases en prácticamente todos los establecimientos educativos de su ciudad. En el año 2005, como resultado de su honestidad, su carisma y su liderazgo local, es llamado a colaborar en la campaña presidencial del entonces candidato, “el economista” Rafael Correa. De orígenes humildes y formado en la cultura del trabajo por sus padres y abuelos, nadie en su familia había incursionado en ningún tipo de actividad política anteriormente.
Marco comenzó recolectando firmas para Alianza País, el por entonces incipiente partido político de Correa. En poco tiempo, logró recolectar más de 2500 firmas para un candidato desconocido por la mayoría de los habitantes de Gualaceo. A mediados de 2006, le tocó organizar y coordinar todos los detalles de la primera visita de Correa a su ciudad. Luego de una recepción en el Gremio Oriente Azuayo, Correa fue recibido por un centenar de personas y medios de comunicación. Junto a Tapia, recorrieron las principales calles de la ciudad, saludando a la gente, que conocían más al “profe Marco”, que al candidato Correa. Cuando la gente le preguntaba a Marco quién era el hombre que lo acompañaba, él respondía: “él es Rafael Correa, próximo Presidente del Ecuador”.
Su trabajo y compromiso por el proyecto nacional de Alianza País no quedó allí. Luego del éxito de esta visita, a Marco le fue encargado el armado de la primer oficina del partido en la ciudad, la cual fue constituida en la casa de su propia familia. Por aquella oficina transitaron y se reunieron asambleístas, ministros y un centenar de referentes del partido, quienes reconocían en él una figura clave en el armado nacional del proyecto.
Al ser electo Correa como Presidente, el gobernador de Cuenca, Osvaldo Larriva, eligió a Tapia como su jefe político, posición que ocupó entre 2007 y 2009, y a través de la cual organizó actos públicos a favor del Presidente y de sus proyectos, movilizando en algunos casos a más de 15 000 personas, un tercio de la población de Gualaceo.
En el 2009, miembros del Partido pidieron que presente su candidatura en las primarias de Alianza País para la Alcaldía de Gualaceo. Su principal rival fue Paúl Manuel Iñiguez Ríos, exjuez por la ciudad de Santa Isabel, y hombre de confianza de Fernando Cordero, quién había sido presidente de la Asamblea Constituyente y luego presidente de la Asamblea Nacional.
Marco ganó las primarias de manera contundente, obteniendo más de 2400 votos, contra solo 300 de Iñiguez. Meses más tarde, triunfó también en las elecciones generales a la Alcaldía con un 69% de los votos.
Fue el triunfo abrumador sobre Iñiguez lo que causó al Alcalde Tapia una serie de problemas que aún no terminan. Desde el inicio de su mandato, Tapia fue víctima de persecución y acciones difamatorias y legales en su contra por parte del propio Paúl Iñiguez y sus allegados. Ninguna de estas acciones llegó a buen puerto, hasta que en el 2012, —a través de un proceso viciado de irregularidades— Iñiguez fue electo Juez de la Corte Nacional de Justicia.
Desde su posición de poder en la Corte, inició una demanda penal por “injurias” contra el Alcalde, acusándolo de haber menospreciado y lesionado su reputación durante un discurso público (en el cual —por cierto— Tapia ni siquiera mencionó el nombre de Iñiguez). Del mismo modo, inició una demanda civil por daños y perjuicios en que exige el pago de 5 millones de dólares, y la cual —de proceder— lo llevaría a una inhabilitación política.
Luego de ser condenado en las dos primeras instancias judiciales, el 17 de febrero la Juez de la Corte Nacional, Lucy Blacio (la misma que condenó a Fernando Villavicencio, Cléver Jimenez y Carlos Figueroa), acabó condenando a Tapia a 3 meses de prisión y una multa de USD 250 000, mientras que la demanda civil por daños y perjuicios continúa aún su curso. El 5 de marzo del 2014, Marco Tapia, fundador de Alianza País en su ciudad, se vio obligado a renunciar al cargo de Alcalde y permanecer en el exilio, alejando de su familia, confiado en que instancias judiciales internacionales se pronuncien a favor de su caso y pueda regresar al Ecuador.
La persecución judicial en el Ecuador se ha tornado una constante. A periodistas, políticos, activistas de derechos humanos, líderes de la sociedad civil y líderes de las comunidades indígenas; ahora se suma el caso de un miembro activo del propio partido del Presidente, quién por haber molestado al “Juez de los casos polémicos”, ha sido víctima de una brutal persecución judicial en su contra. Rafael Correa ha preferido callar ante esta situación, traicionando a quien tanto lo ayudó cuando aún no era nadie.
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