
Economista y Magister en Estudios Latinoamericanos.
@giovannicarrion
El Ministerio de Salud Pública (MSP), en su página institucional, destaca que la ministra Ximena Garzón, entregó recientemente un reconocimiento a la provincia de Loja por alcanzar el 85% de inmunidad de la población, precisando ‘...que el porcentaje de inmunizados corresponde a la población mayor a 16 años de edad y que tiene dos dosis de la vacuna contra la COVID-19’. Es más, en días pasados y, de manera pública, la Secretaría de Estado, declaró que Loja ‘...es la primera provincia en el Ecuador continental en haber alcanzado esta inmunidad comunitaria llamada también de rebaño’. Sin duda, se ha cumplido en el país, en términos generales, un notable trabajo en materia de vacunación. Atrás quedaron las ineficiencias mayúsculas advertidas en esta área (como en todas) del gobierno de Lenin Moreno, incluida la inmunización VIP que aún espera –con la paciencia bíblica de Job- de un proceso de investigación por parte de los operadores de justicia. No obstante, esta vez, sin sesgos ideológicos, ha existido la debida coordinación por parte del gobierno para la oportuna adquisición del biológico, su distribución y aplicación a la población objetivo. El papel cumplido por parte del personal sanitario, fuerza pública, sector público / privado y la propia ciudadanía, han sido ciertamente encomiables.
Sin duda, se trata de una noticia alentadora y que, más allá de las innecesarias condecoraciones y felicitaciones protocolarias que de manera mutua se entregaron dentro del marco de la sesión solemne por los 162 años de la declaración de Loja Federal (pues hablamos de una obligación del Estado de proteger la vida y salud de su gente), permitirá paulatinamente ir dinamizando la economía doméstica y ajustándonos a esa nueva normalidad que ha impuesto la COVID-19.
No obstante, al revisar el ‘vacunómetro’, con corte al 16-09-2021, en cuanto a la cobertura de vacunación en la población de 16 años y más (2da dosis), se tiene que la provincia de Pichincha presenta el mayor porcentaje a nivel nacional, con 88,02%; le sigue Carchi con el 87,62% y luego Loja con el 84,2%. Esto es importante tener presente a propósito de la declaración realizada por la Ministra de Salud y que debería ser aclarada la cifra que publica la propia Cartera de Estado.
Pero más allá de los guarismos y de quien alcanzó primero la inmunidad de rebaño en el Ecuador (cuyo mensaje debe ser manejado estratégicamente, pues no cabe una utilidad política antes que sanitaria), lo verdaderamente importante está en la ejecución de un plan encaminado a contener a la pandemia lo cual, evidentemente no termina con la aplicación de la vacuna. Recordemos que aún el mundo científico no tiene todas las respuestas frente al coronavirus, reinfecciones y al aparecimiento de nuevas variantes.
El propio gobernador de la provincia de Loja, hace pocos días, en una entrevista radial, de manera directa y –hasta simbólica al quitarse la mascarilla- deje entrever su inclinación a favor de ‘desmantelar las medidas restrictivas que se impusieron durante la pandemia’.
De ahí la importancia de mantener las medidas de prevención, mitigación y control del coronavirus. No cabe pensar en relajamientos. En este punto, Geral Daly, representante de las Naciones Unidas en el Reino de Bután, envía un mensaje potente al señalar que el éxito en las acciones emprendidas contra la COVID-19 pasaron por el uso del “sentido común”, el “no dar nada por sentado” y en “medidas de respuesta rápida”.
Esto resulta de vital importancia considerar, pues ya se escuchan voces, por ejemplo, en Loja, con aquello del 85% de inmunización, que animan a reducir las medidas que limitan las actividades y protocolos que fueron establecidos por las autoridades en el propósito de ralentizar los niveles de contagio.
Así, llama la atención que el propio gobernador de la provincia de Loja, hace pocos días, en una entrevista radial, de manera directa y –hasta simbólica al quitarse la mascarilla- deje entrever su inclinación a favor de ‘desmantelar las medidas restrictivas que se impusieron durante la pandemia’.
No olvidemos que hasta el momento se cuantifican 70.973 muertes en exceso en el Ecuador. Este dato refleja, en últimas, el costo en vidas que ha tenido y tiene aún la pandemia para el país. En memoria de todas esas personas (algunas inclusive que ni siquiera pudieron ser encontradas por sus familiares, como la tragedia ocurrida en Guayaquil al inicio de esta pesadilla) se debe actuar con la debida prudencia.
Ahora mismo se observa en Loja que en el lugar conocido como la ‘zona rosa’, ya se advierte la presencia de adolescentes y jóvenes que a lo mejor no tienen claro que la vacuna no los protege el 100% para prevenir la enfermedad, aunque sí para disminuir los cuadros graves de hospitalización y letalidad del virus. A propósito, en el vacunómetro se lee que del total de vacunas aplicadas contra el coronavirus, 12.1 millones de dosis pertenecen a Sinovac; 5.8 millones a Pfizer; 2.1 millones a Astrazeneca y 332 mil a cansino, cada una con sus diferentes niveles de efectividad.
Por lo mismo, y al ser un tema tan delicado, no debemos comer ansias y, por el contrario, actuemos con sentido común.
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