La teoría económica define un sistema tributario óptimo como aquel que permite financiar en forma sostenible un nivel adecuado de bienes públicos, en forma equitativa y minimizando los costos de eficiencia, de administración, y de cumplimiento en procura de promover el crecimiento económico. Por lo que de entrada, un primer error detectado en la reforma tributaria propuesta es que estamos buscando ajustar los ingresos a un gasto publico desmedido, cuando lo razonable sería preguntarnos ¿qué tipo de financiamiento público requiere Ecuador?, después de que ajustemos el gasto público a un nivel razonable.

Sin embargo debemos reconocer que no podemos prescindir de que estamos obligados a hacer sí o sí, un esfuerzo en fortalecer la solvencia fiscal a partir de la derogación del decreto 883, del déficit fiscal crónico y el alto endeudamiento. Tampoco podemos olvidarnos de que el Ministro de Economía, después del 13 de octubre, debe acostumbrarse a planificar su política con una pistola en la cabeza.  De allí que esta reforma tributaria  no está para mover la aguja del crecimiento, sino para tratar de apagar el incendio fiscal sin morir políticamente en el intento, y cuyos elementos positivos y negativos lo podemos identificar a partir de dar respuesta a las siguientes interrogantes relacionadas con lo que representa un sistema tributario óptimo:

¿Cómo influyen estas medidas en las decisiones de los agentes económicos en cuanto al trabajo y al ocio, ahorro y la inversión y por esta vía en la eficiencia en el uso de los recursos, el crecimiento y el bienestar de la población?

Lo positivo

La eliminación del Anticipo del Impuesto a la Renta que devuelve liquidez  a las empresas y racionaliza el pago de las empresas a un porcentaje de sus ganancias efectivas, y no a través de una fórmula de antología que cobraba impuestos en base a utilidades hipotéticas.

El aumento del Impuesto a los Consumos Especiales a bebidas alcohólicas, bebidas azucaradas, cigarrillos y fundas plásticas, entre otros; que ayuda a desincentivar su uso excesivo y corrige una externalidad negativa que impone un costo para el resto de la sociedad, lo cual siempre representará un impuesto superior sobre el resto. 

Lo negativo

Los beneficios de una reducción del Impuesto a la Salida de Divisas del 5% al 2,5% en ciertos insumos y maquinarias industriales, se verían anulados por la imposibilidad de aplicar la devolución de ese impuesto mediante crédito tributario en el resto de actividades, por lo que Ecuador no ganaría nada con esta reforma en uno de los puntos más sensibles que tiene nuestro esquema tributario y que afecta directamente la competitividad de Ecuador.  

Retirar las exenciones a los no residentes, hace que la tasa efectiva que pague un extranjero se encuentre por encima del 42% (25% de Impuesto a la Renta, 15% de Utilidades a trabajadores y 10% de Dividendos), y sea poco atractivo para la inversión extranjera directa.

Proponer tributos diferenciados por provincia, actividad productiva o tamaño representa un grave error, por cuanto genera una excesiva tendencia a “disfrazarse” para efectos de aprovechar el beneficio tributario, lo cual  incentivan la evasión y la elusión, terminando generando inequidades e ineficiencias.

Se dice que no se toca el Impuesto al Consumo (IVA) como gran logro, pero  desde un punto de vista teórico, entre ajustar el Impuesto a la Renta y el Impuesto al Consumo, es preferible lo segundo, por cuanto tiene la ventaja de que no desincentiva el ahorro y el trabajo, y al estar el consumo más correlacionado con el ingreso permanente, toma en cuenta el ingreso más permanente de los contribuyentes y la capacidad de cada persona de generar ingresos a lo largo de toda su vida que es el ideal teórico.

¿Cómo influyen estas medidas en el principio de equidad horizontal y vertical que debe primar en un sistema tributario óptimo?

Lo negativo

La contribución especial por tres años de las empresas que en 2018 tuvieron ingresos por más del millón de dólares, termina siendo tan aberrante como el Anticipo del Impuesto a la Renta, por cuanto desconoce que dos empresas con un mismo nivel de ventas, puede tener una situación totalmente diferente a partir de su estructura de costos, carga financiera y los propios márgenes de rentabilidad, lo cual rompe el principio de equidad horizontal que debería primar en un sistema tributario.  

La eliminación de la deducción de gastos personales en el Impuesto a la Renta de las personas que ganan más de USD$ 100.000, al alterar el ranking de ingresos de las personas antes y después de impuestos, agudiza la escala progresiva del impuesto a la renta y termina afectando las decisiones de trabajo y ocio y con ello el crecimiento y la formalidad de la economía.

Debemos recalcar que la progresividad del sistema tributario no debe analizársela en base solamente al Impuesto a la Renta, sino en su conjunto con el total de subsidios y transferencias, y cuando se hace esto, ciertamente no se requiere ajustar impuestos al alza desde este punto de vista.    

¿Cómo afecta la reforma tributaria los costos administrativos para el gobierno en la recaudación y fiscalización del cumplimiento, así como para los contribuyentes en sus costos para cumplir  sus obligaciones tributarias?

Lo positivo

La simplificación de los trámites para las microempresas genera expectativas positivas, como puede ser el caso de una declaración y pago del IVA y del ICE cada seis meses y no cada 30 días, o la automatización del sistema de devolución de impuestos a los exportadores u otros beneficios para el sector agropecuario.

Gravar con Impuesto al Valor Agregado (IVA) a servicios digitales que ofrecen plataformas tecnológicas. Netflix, Úber, Cabify, Spotify, entre otros, representa un avance en la formalización de las actividades económicas.

Lo negativo

Sin una racionalización de los impuestos, la eliminación de deducciones por distinta naturaleza puede representar una carga tributaria excesiva con efectos nocivos en la inversión.

En conclusión, hay más aspectos negativos que positivos en la reforma tributaria presentada por el gobierno, y donde nuevamente el crecimiento económico paga la factura de los excesos fiscales que llevan a proponer este tipo de medidas.